Ante las insistentes peticiones de amigos y visitantes al blog Ancile para que incluya algunos análisis métricos de poemas (sonetos, concretamente),dentro de la sección de métrica del blog (De la métrica celeste), incluiré algunos análisis más entre los que se encuentra este soneto excepcional del gran Juan Ramón Jiménez, intitulado Mujer celeste.
JUAN RAMON JIMÉNEZ
MUJER CELESTE
Trocada en blanco toda la hermosura
con que ensombreces la naturaleza,
te elevaré a la clara fortaleza
torre de mi ilusión y mi locura.
Allí, cándida rosa, estrella pura,
me dejarás jugar con tu belleza…
Con cerrar bien los ojos, mi tristeza
reirá, pasado infiel de mi ventura.
Mi vivir duro así, será el mal sueño
del breve día; en mi nocturno largo,
será el mal sueño tu cruel olvido;
desnuda en lo ideal, seré tu dueño;
se derramará abril por mi letargo
y creeré que nunca has existido.
Esquema métrico:
Trocada en blanco toda la hermosura
—–––2ª———4ª——6ª————10ª
con que ensombreces la naturaleza,
(1ª)——————4ª—————10ª
te elevaré // a la clara fortaleza
———4ª———6ª———10ª
torre de mi ilusión y mi locura.
1ª——————6ª———10ª
Allí, // cándida rosa, // estrella pura,
——2ª–– (3ª)——6ª———8ª—10ª
me dejarás jugar con tu belleza…
———–4ª——6ª————10ª
Con cerrar bien los ojos, // mi tristeza
———3ª (4ª)———6ª—————l0ª
reirá, // pasado infiel de mi ventura.
——2ª——4ª——6ª————10ª
Mi vivir duro así, // será el mal sueño
———(3ª) 4ª——6ª——8ª——(9ª) 10ª
del breve día; // en mi nocturno largo,
——2ª—4ª——————8ª——10ª
será el mal sueño tu cruel olvido;
—2ª—(3ª)——4ª———8ª——10ª
desnuda en lo ideal, // seré tu dueño;
——2ª————6ª——8ª——10ª
se derramará abril por mi letargo
—————(5ª) 6ª—————10ª
y creeré que nunca has existido.
——4ª———6ª—————10ª
LOS versos endecasílabos que conforman el poema establecen una relación y estructura versal (soneto) que manifiesta la siguiente distribución de verso y rima: catorce versos (arte mayor) endecasílabos con rima consonante que obedece a la distribución de dos cuartetos con rimas ABBA ABBA, y dos tercetos con rimas en la distribución CDE CED.
Verso primero: endecasílabo a maiori (6ª y 10) con acentos rítmicos en 2ª y cuarta sílabas: Trocada en blanco toda la hermosura, describe ritmo binario (yámbico) que da equilibrio y sobriedad al discurrir del verso.
Verso segundo: verso este extraño por su atonía (se apoya rítmicamente con acentos en 4ª y 10ª sílabas): con que ensombreces la naturaleza; lo que aporta una sensación de celeridad y liviandad al verso tan extraordinarias que prácticamente lo harán volar hasta la transición del siguiente verso.
Verso tercero: nuevamente equilibra el verso compensando el mismo con acentos en 4ª, 6ª y 10ª: te elevaré a la clara fortaleza; (endecasílabo a maiori –—heroico—), mas precipitado al fin por el encabalgamiento final hacia el verso último del cuarteto. Cesura en la cuarta sílaba acentuada.
Verso cuarto: sigue con énfasis la tónica (o mejor la atonicidad del segundo verso), mas esta vez marcando acentos en 1ª, 6ª y 10ª sílabas: torre de mi ilusión y mi locura (endecasílabo a maiori –—heroico—), aquel énfasis se verá con tanta ligereza y elegancia brillantemente resuelto con el final espléndido de cuarteto.
Verso quinto: este endecasílabo de inicio del segundo cuarteto, con acentos de equilibrio, a nuestro juicio (o mejor, a nuestro oído) en 2ª, 6ª, 8ª y 10ª sílabas: Allí, cándida rosa, estrella pura, quiere llevar un impulso rítmico binario que se ve descompensado por el acento en 3ª —sílaba impar—, acento por tanto de incitación al desequilibrio que, no obstante, en virtud de las pausas (comas) mantiene un grado de inquietud expresiva que lo caracteriza singularmente.
Verso sexto: vuelve el perfecto equilibro y melodía endecasilábica con acentos en 4ª, 6ª y 10ª sílabas: me dejarás jugar con tu belleza… (a maiori —endecasílabo heroico—).
Verso séptimo: mantiene el equilibrio del endecasílabo esta vez con acentos en 3ª, 6ª y 10ª sílabas: Con cerrar bien los ojos, mi tristeza (a maiori, heroico), mas con un final acelerado por el encabalgamiento que busca la finalización expresiva y dinámica del cuarteto. Cesura en la 6ª sílaba acentuada.
Verso octavo: cierra el cuarteto exquisitamente en equilibrio bajo el signo rítmico binario (yámbico) y una acentuación en 2ª, 4ª, 6ª y 10ª: reirá, pasado infiel de mi ventura, en perfecto discurrir y enlazar (sinalefa en pasado_infiel) de los elementos que constituyen el verso.
Verso noveno: inaugura los tercetos con un verso pleno y de enrevesado dinamismo que quiere expresar la inquietud del poeta. Así, ofrece acentos de equilibrio en 4ª, 8ª y 10ª sílabas: Mi vivir duro así, será el mal sueño (endecasílabo a minori, sáfico) mas en dura contraposición, primero el acento en 3ª de incitación, que hace expresivamente duro el vivir; y el acento de tensión en 9ª, que hace en realidad aún más duro el sueño que quiere hacer extensivo al lector el poeta; mas no satisfecho con estas incidencias dinámicas no lineales en el verso concluye con un veloz deslizamiento al verso siguiente. Cesura en la sílaba 6ª.
Verso décimo: la celeridad del verso anterior se verá en este otro culminada por la brevedad del día; mas con brusca pausa (punto y coma) trata de recobrar el aliento del verso noveno, así con ritmo binario (yámbico) y endecasílabo con acentos en 2ª, 4ª, 8ª y 10ª: del breve día; en mi nocturno largo, (a minori —sáfico—) trata de reinstalar el equilibrio de anteriores versos. Cesura en 4ª sílaba.
Verso undécimo: vuelve la inquietud, mas esta vez propiciada al margen de los acentos de equilibrio en 2ª, 4ª y 8ª: será el mal sueño tu cruel olvido; (endecasílabo a minori –sáfico– nuevamente), pero con acento en 3ª sílaba de incitación en sílaba impar.
Verso duodécimo: acentuación rítmica en 2ª, 6ª, 8ª y 10ª: desnuda en lo ideal, seré tu dueño; con aires binarios (yámbicos) (endecasílabo a maiori —heroico—) que estabiliza nuevamente el poema. Cesura en la 6ª sílaba.
Verso decimotercero: prepara el poeta el final del soneto en el penúltimo verso con nuevo regreso a la inquietud, esta vez de la mano, por un lado de los acentos rítmicos en 6ª y 10ª sílabas: se derramará abril por mi letargo; (endecasílabo a maiori) con un acento de tensión (de desequilibrio) en la 5ª sílaba, impar y en franca colisión con el acento en 6ª, además por la atonía inicial del verso; todo lo cual expone una semblanza de contrastes de grande expresividad que, añadida al deslizamiento (encabalgamiento) hacia el siguiente verso, nos propone una selecta finalización del terceto y del poema.
Verso decimocuarto: las sílabas 4ª, 6ª y 10ª: y creeré que nunca has existido (endecasílabo a maiori, heroico), proponen el equilibrio nuevamente del poema en una conclusión que contrasta con el verso que precede a este. Mantiene un pulso igualmente binario (yámbico), estira el verso al deshacer el diptongo en cre_eré, para buscar la medida y la eufonía deseada, la cual mantiene a su ritmo para así expresar la vuelta a la normalidad basada en la creencia de la no realidad (o, mejor la ilusión) de su existencia, rota acaso por el extravío rítmico intencionado de versos anteriores.
A modo de recopilación de lo analizado podemos decir que estamos ante otra muestra clara de que el funcionamiento versal no responde necesariamente a una concreción mecánica y lineal de preceptos que informan sus más íntimas estructuras, tampoco estamos ante un caso de caótico devenir que suponga la comprensión de las violaciones de las normas de preceptiva como meros accidentes, aunque tengamos que reconocer impulsos azarosos en sus posteriores y estéticas (y expresivas) consideraciones. La atonía del verso 2º (y la posible acentuación latente de la 1ª sílaba) en claro contraste con versos posteriores, donde la conjunción de acentos se muestra especialmente tensa, es caso suficiente para llevar a cabo serias reflexiones sobre el funcionamiento del verso, máxime teniendo en cuenta el acierto expresivo y estético de su uso potencialmente desviado. El verso 4º en su acento 3º ofrece la incitación expresiva necesaria para dinamizar el verso con su acentuación en sílaba impar, la cual contrasta con la natural yámbica (par) del mismo. Sucede igual con los versos 9º y 11º que advierten similar contraste expresivo. Serán definitivamente clarificadores los acentos de tensión manifiestos en los versos 9º y 13º, en los que la expresividad viene expuesta tras los acentos en 9ª y 10ª sílabas y en 5ª y 6ª sílabas, respectivamente; este último verso si cabe aún mas excepcional, en tanto que dicha acentuación es verdaderamente rara por inhabitual en el verso endecasílabo.
El soneto muestra una vez más, ahora en poetas de la modernidad, que muy bien puede mostrar todos los rasgos de compleja dinamicidad de la que tan bien fueron partícipes los poemas y poetas anteriores. Los elementos constituyentes del verso se entenderán también en el mismo grado de movilidad y totalidad compleja, así las sinalefas se mantienen en su licencia con tanta naturalidad como dinamismo (por ejemplo: en el verso noveno: del breve día__; //__en mi nocturno largo,); el verso 11º muestra, sin embargo, la distensión y separación vocálica (diéresis) cuando dice: será el mal sueño tu cru__el olvido, que lleva el acento a 8ª sílaba y que nuevamente muestra aquellos rasgos de extraordinario movimiento expresivo, y así también el verso 14º en la separación vocálica que lleva el acento a la 4ª sílaba (hiato): y cre_e_ré que nunca has existido, que se manifiesta para la compensación de acentos propios del endecasílabo con igual dinamismo expresivo.
Un excelente estudio métrico,que siempre nos ayudará a los que somos partidarios también de la métrica y especialmente del soneto y endecasílabos.
ResponderEliminarGracias Francisco.Un abrazo
Ignacio Bellido