viernes, 27 de enero de 2023

PARADOJAS DEL LENGUAJE, QUE LO SON DE LA CIENCIA Y LA FILOSOFÍA

 Paradojas y más paradojas, esta vez en relación al lenguaje y a este  con la filosofía y la ciencia, y todo bajo el título: Paradojas del lenguaje, que lo son de la ciencia y la filosofía, para la sección de Ciencia del blog Ancile.



PARADOJAS DEL LENGUAJE, QUE

LO SON DE LA CIENCIA Y LA FILOSOFÍA



Paradojas del lenguaje, que lo son de la ciencia y la filosofía, Francisco Acuyo


 

Si el filósofo (y matemático) Descartes identificaba la materia como aquello que ocupaba la res extensa (el espacio), para distinguirla de la cosa pensante o res cogitans, que no ocupaba espacio, exponía ya de inicio una paradoja de difícil contestación, y que, de una y otra manera, ya llevamos barajando desde hace unos capítulos en esta plataforma de discusión, a saber: ¿Cómo es posible que interaccionen las cosas que ocupan espacio y son materiales, con aquellas otras que no lo ocupan y por ende se dicen que no lo son?

                Es cierto que el lenguaje de la ciencia, en sus indistintas manifestaciones discursivas, ha hecho un esfuerzo notable para expresar con coherencia y propiedad las diferentes manifestaciones paradójicas de la fenomenología que trata de explicar su ciencia. No obstante, es claro también que el recurso a tropos de la más diferente índole, no ha sido (a mi muy humilde juicio) el más apropiado. No se han usado con la idoneidad que en realidad precisa su literatura para la descripción, expresión y analógico significado en relación a especificación y referencia de la fenomenología que acometen. De este mal uso, que es un hecho, es verdad que tiene mucho que ver la disposición sensorial  de nuestros sentidos, que incluyen al redactor científico, donde priman unos respecto a otros (la vista parece ser el de más potente vigor expresivo), así como la fuerza orgánica indiscutible cenestésica (del movimiento) de nuestro organismo, el cual conlleva una aprehensión que impulsa un significado mecánico a sus aproximaciones y que es del todo equivocado. De este equívoco ya he dado cuenta en mis comentarios sobre el caso fascinante y extraordinario de la sinestesia, recurso que con un carácter fuertemente expresivo puede considerarse como claramente esclarecedor de este particular y que acaso lo destaca sobre otros, pues fracasa al pretender atribuirle movimiento mecánico cenestésico a sus representaciones y analogías, pues favorece el discurso descriptivo y expresivo de los sentidos en relación a los fenómenos de la mente, de la emoción, del dolor, sentidos por la conciencia.

Paradojas del lenguaje, que lo son de la ciencia y la filosofía, Francisco Acuyo
                Esta paradójica interacción es manifiestamente evidente en el ámbito del mundo cuántico,  donde la teoría de dicha ciencia y su teóricos tratan de evaluar la profundidad de sus presupuestos para encontrar significados a tan extraña fenomenología. Así pues, el lenguaje especial de la ciencia (sea o no, considerado jerga específica), está necesitado de metáforas de significado suficientemente potentes para expresar las simas semánticas de los fenómenos paradójicos que trata de explicar. La búsqueda de una retórica no mecanicista es esencial, y, debemos señalar que bien puede encontrar un modelo singular en la poesía. Insistía líneas atrás y en otros capítulos de esta temática, y vuelvo a destacar esta figura, como ejemplo maravilloso (¿y enigmático?) la sinestesia.[1]  El remanente de códigos, significados, información, función…. que pueden apreciarse en esta retórica dinámica, viva, no lineal de la sinestesia, puede extenderse a otros tropos que acabarán por superar el mecanicismo reduccionista de las actuales metáforas, bien sean de la mente o de la materia.

                La cuestión capital de esta insuficiente retótrica mecanicista aplicada al lenguaje y literatura científica, radica en otro problema subyacente, y que se manifiesta en el influjo indiscutible de la conciencia en los ámbitos de la materia que expone, una vez tras otra, nuevas paradojas, estimuladas por el dualismo claramente insatisfactorio de mente y materia. La realidad es que no se ha podido medir lo que la conciencia sea ni ubicarla espacialmente, a pesar de los esfuerzos de la neurociencia que, aunque pone de relieve su indiscutible relación con el cerebro, no puede identificarla plenamente con el mismo. Las relaciones, a su vez, entre conciencia y energía, no dejan sino entrever cosa bien distinta, en tanto que: la conciencia sabe, la energía fluye.[2] Es así que la conciencia es el testigo de la energía, pero no es la energía misma. La problemática para expresar todas y cada una de las paradojas inevitables que debe afrontar el científico o el divulgador de la ciencia, radican en buena parte en esa utilización mecánica de fenomenología altamente dinámica y `profundamente compleja.

                La experiencia consciente subjetiva exige de una valoración y evaluación que necesariamente está vinculada a la naturaleza dinámica, orgánica y compleja de su fenomenología, que no puede ser explicada ni expresada con la retórica mecánica al uso del discurso cenestésico y visual del lenguaje normativo científico común.

Sobre esta exigencia y su problemática apuntaremos nuevas ideas para intentar solventar sus paradojas fenomenológicas y su extensión al ámbito lingüístico, eso será en próximas entradas del blog Ancile.

 

Francisco Acuyo



[1] Acuyo, F.: Ob. cit.

[2] De Quincey, C.: op. cit. pág. 101.



Paradojas del lenguaje, que lo son de la ciencia y la filosofía, Francisco Acuyo


martes, 24 de enero de 2023

COMUNICACIÓN Y LAS CURIOSIDADES DE LA PARADOJA LINGÜÍSTICA

 Con el título: Comunicación y las curiosidades de la paradoja lingüística, ofrecemos un nuevo post para la sección del blog Ancile, abundando sobre este tema ya expuesto en anteriores entradas.



COMUNICACIÓN Y LAS CURIOSIDADES

 DE LA PARADOJA LINGÜÍSTICA



 

Comunicación y las curiosidades de la paradoja lingüística, Francisco Acuyo



Cuando en su Minerva: seu de causis linguae latinae, el Cahedrático de Rhetorica de Salamanca, Sánchez de las Brozas exponía la problemática de una de las incógnitas más hondas de la dialéctica lingüística en relación a la tensión entre los extremos del carácter explícito y la elipsis en la lengua, y aun siendo la ratio el instrumento fundamental para dirimir cualquier controversia, exponía ya (acaso sin proponérselo) la necesidad de superar la misma primacía de la razón para explicarla. Así las cosas, y en pos de afrontar la realidad del uso desviado de la norma en casos muy concretos, como es el de la poesía, podemos afirmar que habría de consumarse, sino la disolución, sí en la superación del estricto criterio racional normativo de la lengua. Se hacía preciso un criterio más dinámico y sobre todo expresivo, aunque en muchos casos estuviese supuestamente extraviado de razón (en el caso de la Minerva, recordemos el estudio del hipérbaton llevado a cabo por el gran lingüista) que nos transporta a una suerte de desorden que, si lo actualizamos, salvando los muchos años entre aquella y otras aproximaciones recientes, podremos establecer una analogía con las nuevas teorías del caos y la complejidad que, no obstante, se sustentan en la realidad un orden dinámico implícito, que no necesariamente se apoya en razón, y que analógicamente podríamos enlazar con la lingüística y poética modernas (véase Jakobson) que tratan de explicar la singularidad del lenguaje poético un paso más alla de la razón normativa.

                No obstante, ya desde entonces, el Brocense, ponía de relieve la importancia en la distinción del uso normativo y racional, y el uso extremado de la lengua (que según la nueva lingüística, puede considerarse desviado), y que se extremaría en el objeto lingüístico discursivo de la poesía. Y es que el código lingüístico en el vasto dominio de la poesía ofrece una conjunción harto especial entre los elementos fonéticos y las unidades de significación. Pues bien, con las nuevas necesidades de significación de los paradigmas de la ciencia, parece tomar un nuevo protagonismo el secreto de la economía del código lingüístico para el nuevo reto de la significación en el ámbito de los fenómenos que estudian estas disciplinas de la ciencia.

Comunicación y las curiosidades de la paradoja lingüística, Francisco Acuyo

                Si en poesía, el análisis articulatorio ofrece unos rasgos diferenciales singulares, mediante los que el emisor y el receptor pueden entenderse de manera no necesariamente normativa y racionalmente conceptual, añaden significados profundos que exponen el sonido (la fonética) al servicio mismo del lenguaje poético. Mas, en lo que a las paradojas de la nueva ciencia se refiere, importa particularmente el plano significativo (o semántico), si es que queremos con cierto rigor establecer una ciencia de las significaciones que resulte positivamente reconocible en estos dominios.

                Las paradojas, por ejemplo, de la relatividad del espacio tiempo (teoría de la relatividad), o la de la dualidad onda partícula, en el misterioso resultado del experimento de la doble rendija, o el patrón de interferencia (mediante el que un solo neutrón se mueve a lo largo de dos caminos simultáneamente, en proporciones perfectamente cuantificables) en la mecánica cuántica, por poner solo un par de ejemplos en este último dominio de la física; o en el ámbito de las matemáticas de conjuntos, la paradoja de Cantor (que establecía que C, como conjunto de todos los conjuntos, es más grande que sí mismo, y también más pequeño, y de la que se acaba por inferir, nada menos que el alcance del lenguaje matemático no es tan perfecto como se creía), sin entrar en la gran paradoja que propuso el teorema de la incompletitud de Gödel (que afirma que, si un sistema es coherente no puede ser completo, por lo que los axiomas y su consistencia no pueden verificarse dentro del mismo sistema); siendo todos estos sólo algunos ejemplos entre otros muchos, para el desafío de deducir significados de todas y cada una de sus paradojas.

                Pero es que la propia lengua tiene sus propias paradojas. Por un lado, los aspectos sincrónicos y diacrónicos de la misma, siendo puntos de partida para el estudio del lingüista, infieren que el lenguaje es un sistema normativo cuyas unidades y valores es estable, si fijado por una comunidad para su coherencia, pero, por otro lado, nos encontramos conque el lenguaje es algo vivo, que evoluciona y cambia, por lo que se colige que dichas reglas permutan, se transforman e incluso eliminan a otras, paradoja singularmente manifiesta en el discurso poético.

                Como observamos, la paradoja forma parte sustancial de la vida intelectual de los seres humanos. Así las cosas: ¿Cómo podemos encontrar significados relevantes de este mundo de aparentes contradicciones e incertidumbres en el que nos vemos envueltos?

                Trataremos de hallar respuestas en próximos post del blog Ancile.

 

Francisco Acuyo



Comunicación y las curiosidades de la paradoja lingüística, Francisco Acuyo


viernes, 20 de enero de 2023

EL LENGUAJE DE LA PARADOJA Y SUS MUCHAS Y CAUTIVADORAS CURIOSIDADES

 Seguimos indagando sobre las paradojas y los significados de las mismas a la luz de las nuevos paradigmas de la ciencia, y todo para la sección de Ciencia del blog Ancile, esta vez bajo el título de: El lenguaje de la paradoja y sus muchas y cautivadoras curiosidades.

 


 EL LENGUAJE DE LA PARADOJA  

Y SUS MUCHAS Y CAUTIVADORAS CURIOSIDADES




El lenguaje de la paradoja y sus muchas y cautivadoras curiosidades. Francisco Acuyo



CUANDO el filósofo Christian de Quincey enunciaba, respecto a la observación científica de la conciencia, que uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan filósofos y científicos de la conciencia es encontrar los conceptos, las palabras y las metáforas adecuadas[1] para explicarla, exponía una cuestión de capital importancia, pero acaso de rancio y viejo abolengo para los estudiosos del no menos fascinante mundo de la semiosis.

                La significación en lingüística es el fundamento de cualquier vía de comunicación mediante el lenguaje que, hay que señalar, va más allá de la mera comunicación interpersonal, de hecho, a la hora de entender procesos más profundos de expresión verbal, será el momento comunicativo donde mejor veamos las insuficiencias del lenguaje personal intercomunicativo, pues centrado en salvar el espacio, deja fuera de sí la comunicación intrapersonal, cuyo lenguaje interno se desarrolla temporalmente. Esta interacción espacio temporal de la significación tiene mucho que ver con la insuficiencia lingüística para observar el ámbito de las curiosidades paradójicas en las que suceden los fenómenos que estudian los paradigmas científicos de la nueva ciencia, que se dirían estar fuera de esos parámetros espacio temporales, violando el principio básico de todo lenguaje, cual es el de propiamente significar (Benveniste).

El lenguaje de la paradoja y sus muchas y cautivadoras curiosidades. Francisco Acuyo
                Las dificultades para hallar una significación a estos procesos y fenómenos estudiados por, digamos, como ejemplo, la física cuántica, es proverbial, porque los signos en general, y sobre todo los verbales en particular, necesitan ser tratados teniendo presente su significación. Establecer una semántica coherente, digamos, también como ejemplo particular, de la dualidad onda partícula, necesita de una aceptación extraña de significado que es complicada de entender, y esto porque se establece una contradicción entre la relación del signans y el signatum, es decir: entre lo que es perceptible (signatum) y lo inteligible o aspecto traducible del signo. Por eso decíamos que en verdad existe un problema más que lo que la realidad físico cuántica ofrece, como la de encontrar un lenguaje capaz de hallar significados a aquella realidad aparentemente controvertida y extraña.

                Si hacía mención con anterioridad a la poesía como parangón con el que contemplar y superar dicha aparente contradicción, será porque aquella esta fundamentada en el signo verbal como tal, a saber: está centrada en el sonido (aspecto perceptible) y el significado mediante su interrelación singular. Si la semántica en poesía es de capital importancia para su análisis (científico mediante la poética), lo será también para encontrar significados en ese mundo de paradojas de la nueva ciencia, por lo que debemos centrar nuestro esfuerzo en construir una poética que dé sentido a una semántica de aquellos fenómenos cuyos significados sean inteligibles a su lector.

                Para la ciencia de los signos verbales (la semiótica) se abre un reto de extraordinaria importancia para afrontar estas curiosidades y paradojas de la ciencia (acaso como trata de hacer con las que les propone el singular mundo expresivo de la poesía), ante todo porque el reto semántico entre los potenciales componentes de su discurso (fonémicos, morfemas, palabras, estructuras sintácticas, frase y segmentación el mismo) es en verdad fascinante, ya que en este domino paradójico es donde se ofrece el mayor desafío para diferenciar, no solo los significados gramaticales y léxicos, también los de sentido más profundo que exhortan a un profundo desarrollo lingüístico. En este punto recomiendo hacer una incursión en los estudios sobre la sinestesia y el orbe inmenso de paradojas que ofrece su fenomenología.[2]

                Si el gran propósito del ejercicio del lingüista es esclarecer la relación entre el significado general de un signo verbal y su contexto y dependencia contextual, estamos, al igual que sucede con la hermenéutica de la poesía, en un ámbito de estudio de excepción para aclarar dichas relaciones y su incidencia en el propósito creativo de cualquier lengua, y que acabará conectándonos en su interpretación con la tradición retórica y la doctrina de los tropos que, acaso como la sinestesia, también requieren una profunda revisión.

                Seguiremos indagando en próximos post del blog Ancile sobre asunto tan profundo y sugestivo.

 

Francisco Acuyo



[1] Ob. cit. pág. 93.

[2] Acuyo. F.: ob. cit.





El lenguaje de la paradoja y sus muchas y cautivadoras curiosidades. Francisco Acuyo


martes, 17 de enero de 2023

LA REALIDAD (Y EL SUEÑO) DE LAS CURIOSIDADES Y PARADOJAS DE LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA CIENCIA

 Me parece totalmente necesario alimentar la curiosidad de estas paradojas, no con una, sino con varias entradas más, y todo para la sección de Ciencia del blog Ancile, pero esta vez bajo el título de: La realidad (y el sueño) de las curiosidades y paradojas de los nuevos paradigmas de la ciencia.

 

LA REALIDAD (Y EL SUEÑO) DE LAS CURIOSIDADES

Y PARADOJAS DE LOS NUEVOS

PARADIGMAS DE LA CIENCIA

 

La realidad (y el sueño) de las curiosidades y paradojas de los nuevos paradigmas de la ciencia. Francisco Acuyo

LA ontología de la filosofía perenne, me pregunto, si a día de hoy no está teniendo un extraño pero flamante resurgimiento a la luz de los paradigmas de la nueva ciencia. No obstante, el idealismo recurrente en el pensamiento crítico de ciertas corrientes de la actualidad pensante (heredero, no cabe duda, de las viejas doctrinas orientales de pensamiento), es una herramienta de grande interés para afrontar y superar lo más caduco de los dualismos de la ciencia y el pensamiento positivo materialista en la contemporaneidad.

                A pesar de la dificultad pragmática de estos idealismos no deja de ser fascinante su audacia frente al materialismo más recalcitrante de nuestros días. El maya de la filosofía hindú,. deducible de estas corrientes heurísticas, adquiere una dimensión nueva a la hora de interpretar las variedades y el  linaje sin igual de paradojas que nos ofrece la ciencia, por ejemplo, de la física cuántica, sobre todo, si de todas ellas accedemos a su versión emanacionista, cuyo continuo ontológico[1], en realidad mantiene un nexo con la fisicidad del propio espíritu.

                En esta, como en tantas otras ocasiones que, con toda modestia, he tratado de expresar o definir o contemplar la materia conceptual y sustancialmente, siempre he manifestado mi inconformismo, ya que esta ha sido (y es hasta el momento) entendida (consciente o inconscientemente) en su sentido físico más clásico y de arraigo al sentido común que no explica sus extrañezas y paradojas,, y equivocados a fuer de repetir la mismas consignas (¿ideológicas y no científicas?) acabaron dando crédito a lo que no podía científicamente sostenerse. La cuestión es que, acaso, no sepamos lo que es la materia en su significado y realidad más profundos. Las filosofías del proceso,[2] en su manifestó pamsiquismo, han expuesto con gran acierto esta y otras incertidumbres sobre conceptos y realidades que siempre hemos dado por supuestas.

La realidad (y el sueño) de las curiosidades y paradojas de los nuevos paradigmas de la ciencia. Francisco Acuyo
                Por otro lado, la flagrante contradicción de que, tanto lo netamente material pueda surgir de la conciencia, o, viceversa, que de la conciencia (inmaterial) provenga la materia, trata, por vías intermedias de buscar una solución razonable que, pretende ser una vía complementaria de ambas, así, se dice que la materia y la energía permanecen sujetas a un principio de organización que garantiza su equilibrio.

                En cualquier caso, para afrontar toda esta suerte de curiosidades y paradojas, manifiestas como contradicciones en no pocos casos, se hace preciso superar su dificultad de entendimiento, no culpando  al mundo de realidades desconcertantes de lo infinitamente pequeño, como al modo de acceder al mismo conceptualmente. La expresión lingüística en estos casos requiere muchas veces del uso de la metáfora, de la analogía… para poder hablar de este mundo con alguna garantía de comprensión. El significado de este mundo de curiosidades y paradojas está todavía por definir. El lenguaje normativo, de uso común, es aquí donde ofrece sus mayores dificultades y, no es raro, el recurso a aquellas herramientas trópicas, propias del discurso poético, para establecer un modo de entendimiento a sus extravagantes manifestaciones físicas. No deben extrañarnos estos errores de la tradición científica, si bien es verdad que, en la historia, también virtuosas matrices han producido perversos vástagos.

                No en vano, y a la sazón muy gratamente, he invertido tiempo en este asunto con el fin de dilucidar una semiosis de estas paradojas físicas de la nuevas ciencias (que he detectado también en fenómenos no menos fascinantes como en el estudio de la sinestesia[3]), necesitadas igualmente de un lenguaje especial, extra normativo, ¿desviado?, para atender a sus sutilezas y profundas y extrañas peculiaridades.

                Hablaremos con más detenimiento de estas necesidades lingüístico expresivas en el próximo post de este blog Ancile, y que me recuerdan vivamente las que son propias del fenómeno poético, y es esta una sugestión que hace afluir en el líquido discurrir de mis venas una inquietud que parece aquietarse en la curiosidad y la necesidad de imbuirme en sus extraordinarias paradojas.

 

Francisco Acuyo

 

 

 

 



[1] Se refiere a la jerarquía que ofrece el universo material como resultado de la condensación o involución del espíritu (que muy bien puede evocarnos el colapso de la función onda en partícula al ser observada en el ámbito de la física cuántica.
[2] Véase Alfred N. Whitehead o Bergson.
[3] Acuyo, F.: Fisiología de un espejismo: Sinestesia, pincel del pensamiento, en prensa.


La realidad (y el sueño) de las curiosidades y paradojas de los nuevos paradigmas de la ciencia. Francisco Acuyo


jueves, 12 de enero de 2023

SUPLICANTE DE RESPUESTA ANTE PARADOJAS Y CURIOSIDADES VARIAS

 Abundando sobre curiosidades y paradojas para la sección de Ciencia del blog Ancile, esta vez con el título de: Suplicante de respuesta ante paradojas y curiosidades varias.




SUPLICANTE DE RESPUESTA

ANTE PARADOJAS Y CURIOSIDADES VARIAS



Suplicante de respuesta ante paradojas y curiosidades varias. Francisco Acuyo


 

Es muy cierto que, en bastantes ocasiones me he visto suplicante de alguna respuesta a la trascendente situación de todas aquellas paradojas y curiosidades que pueblan la ciencia nueva, y que claman por una significación para el razonamiento, discusión y experiencia en el ámbito de los significados, me refiero a todos aquellos principios extraños al sentir intuitivo convencional y el razonar común, y de la que son sujetos no pocas mentes curiosas de todo entendimiento.

Lo que se ha convenido en denominar el paradigma moderno de la ciencia, no ceja de esta lleno de curiosas paradojas como ya hemos venido advirtiendo. La heredad de la Ilustrada percepción objetiva tuvo la apremiante necesidad de extraerse del mundo material para justificar la cesura entre el objeto y el sujeto. Se deduce la primera paradoja de este apercibimiento, ya que se negaba cualquier realidad mental fuera de la materia, sin embargo, para que esto sea posible, la mente no puede estar mirando desde dentro, mas, la ciencia insistió más radicalmente afirmando la total inexistencia de una propia realidad de la conciencia, que radica en la sopa electroquímica del cerebro y del sistema nervioso.[1] La subjetividad no pasa de ser una ilusión ante la aplastante veracidad de la materia. La paradoja está servida si intentamos entender ¿cómo es posible la realidad de la materia sin un punto de vista fuera de sí misma, si este es una mera ilusión? Pero lo que es aún más inquietante, ¿cómo es que una ficción como la conciencia subjetiva ha podido construir una imagen objetiva del mundo?[2]

Suplicante de respuesta ante paradojas y curiosidades varias. Francisco Acuyo
        El relato científico del universo se impone de manera bastante inquietante en relación a su supuesta materialidad mecánica y de un cosmos sin sentido ni contenido, todo lo cual es de nuevo paradójico, ya que la historia viva del cosmos es una realidad constatable. Cualquier realidad histórica está cargada de significados, cualquier lingüista o simplemente cualquier amante de la narración lo sabe. O, es que, ¿la materia se cuenta a sí misma, producto de una evolución que traspasa información a través del tiempo?

                Esta paradoja puede llevarnos a otra no menos curiosa y que versa sobre la confusión (vieja, muy vieja por cierto en el ámbito del lenguaje) de que podríamos estar confundiendo nuestros discursos cosmológicos con la realidad que tratan de describir.

                En cualquier caso, este dualismo mente-materia (como de común sucede con los dualismos) no estará exento siempre de serias contradicciones. A no ser que volvamos al herético Giordano Bruno y expongamos la posibilidad de que la materia sea inteligente, cuyo pamsiquismo se extrapola a otros genios de neoplatonismo o personajes concretos como Anaximandro, Aristóteles, Paracelso, Leibniz, y mucho más reciente el caso del filósofo Alfred N. Whitehead, entre otros, cuyo evidente pamsiquismo nos puede hacer entender sin tantas contradicciones la historia de la materia.

                Pero, la cuestión de las paradojas no queda aquí resuelta ni mucho menos. De hecho, el dualismo sigue vigente pese a sus evidentes paradojas y, por supuesto, el materialismo más recalcitrante, que impone su ley, aunque sea irracionalmente, pues nos dice que la materia dará el salto inexplicable a la mente subjetiva, si es que la materia responde a la mecánica insensible de funcionamiento; pero, ¿qué nos dice el idealismo sobre estas paradojas tan extrañas e irresolubles? Veremos en próximas entradas este y otros posicionamientos al respecto en este blog Ancile.


 

Francisco Acuyo



[1] Churchland, P.S.: On the Contrary: Crytical Essaysw 1987-1997, MIT Press, Cambridge, Massachusettsw, 1998.

[2] De Quyncey, C.: ob. cit. pág. 70.



Suplicante de respuesta ante paradojas y curiosidades varias. Francisco Acuyo


martes, 10 de enero de 2023

LA CURIOSIDAD COMO PARADOJA

 Abundando sobre curiosidades y paradojas varias, traemos un nuevo post para la sección de Ciencia del blog Ancile, esta vez bajo le título: La curiosidad como paradoja.



LA CURIOSIDAD COMO PARADOJA





 

Si la paradoja puede ser una curiosidad, también la curiosidad pudiera resultar paradójica. Sea de por sí este inicio un clamoreo de lo que la curiosidad y la paradoja conciertan y aun exigen al entendimiento. Bajo el atento escrutinio de una mente despierta pueden derivarse observaciones de curiosidad verdaderamente paradójicas. Así, aquello que tras la observación pudiere parecer absurdo e increíble por heterodoxo, pudiere participar de verdad que al principio se nos muestra oculta. De la paradoxum latina mucho tiene que decir el ámbito que imbuye el extraño mundo de la mecánica cuántica e incluso el de la teoría de la relatividad y, cómo no, el dominio del territorio del caos de la física. Pero no entraremos sobre este mundo de las paradojas sino para hacer un nuevo inciso en la implicación (si es que tiene alguna, para nosotros evidente) en el mundo de los significados y del sentido (no precisamente común).

                La angustia de Pascal, ante la inmensidad del cosmos y su falta de sentido, permanece férreamente adherida al espíritu aún en nuestros días. La búsqueda de significado sobre lo que es y cómo y por qué es en el universo, se hace ahora quizá más que nunca apremiante. Empujado ese anhelo por la falta de respuestas a lo que significan aquellas visiones de la nueva ciencia y sus paradójicas curiosidades que pueblan dicho universo, quizá fueron expuestas por mi espíritu para superar la deriva materialista sin sentido y sin propósito de un cosmos sin sentido ni propósito.

                La idea de la materia inducida como una mecánica trasposición de elementos y fuerzas, donde toda verificación responde a causas externas y sin objetivo, quizá esté agotando su impulso teórico, y también empírico. Las curiosas y extrañas paradojas que ofrece la nueva ciencia exponen la necesidad de superación (o al menos una nueva interpretación) de los viejos dualismos platónico aristotélicos, a pesar del interesante hilemorfismo de este último, y su más dura consecución con Descartes y Newton,

que llevan al extremo el mecanicismo como expresión de intercambio de fuerzas físicas en las ciencias de la naturaleza, y cuya culminación se observa a través del darwinismo evolucionista más estricto, y que acabarán a la postre en un determinismo causalista incuestionable, al menos en aquellos momentos.

                Todo aquello habría de acabar, puede decirse que abruptamente, con la irrupción de las paradojas y curiosidades de la nueva ciencia (de las teorías de la relatividad, de la cuántica y de la complejidad). Será precisamente la curiosidad sobre la interpretación de estos dominios de la nueva ciencia, donde puede ver acrecentado mi interés por sus significados: el espacio tiempo no solo no eran absolutos, sino que estaban íntimamente imbricados, donde la gravedad exponía el aspecto geométrico de dicho espacio-tiempo, señalando la constante insuperable de la velocidad de la luz (relatividad).

Pero será la mecánica cuántica la que exponga con más extravagante virulencia toda una suerte de paradojas expuestas en principios (como la indeterminación, la complementariedad, la participación y deslocalización) que, ponen patas arriba los conceptos elementales de la causalidad hasta llegar al punto de poner de relieve más que las cosas en sí (como objetos), a la sucesión de los procesos que suceden como la auténtica entidad, y donde el observador es esencial par la constitución de lo que sea la realidad (dejando expuesta a la duda el principio determinista de la ciencia clásica).

 Finalmente, la teoría del caos nos dice que hay leyes en el mismo fundamento de lo caótico, y donde todo está entrelazado en un todo complejo y dinámico, de cuyo aparente caso podemos extraer orden, un orden creativo que nos habla de que formamos parte de un sistema complejo, orgánico, no lineal, dinámico y vivo.

                Me causó en su momento una gran sorpresa que todos estos paradójicos principios, ya residían en el ámbito inconsciente de los seres humanos, pues en cierto modo todavía subyace la intuición de la vieja magia simpatética, en la que todo estaba vivo y en contacto íntimo con el que la entidad observaba, y donde la dualidad de la mente y la materia no tiene en el fondo ningún sentido; al fin y al cabo todo esto nos lleva a la gran paradoja que se traduce en la siguiente interrogante, que nos es por cierto, cosa baladí, a saber, según la ciencia material positivista: ¿cómo es posible que, de una base sustancial material pueda surgir el milagro de la conciencia, si es que esta, como parece, es algo inmaterial e inaprensible para los sentidos y para la razón práctico-determinista, que solo acepta la materia como origen y sustrato  de todo?

                Trataremos de dar respuesta a esta interrogante en las próximas entradas del blog Ancile.

 

 

 

Francisco Acuyo

               


jueves, 5 de enero de 2023

EPIFANÍA, POR ANTONIO CARVAJAL

 Para la sección de Extractos críticos del blog Ancile, traemos, por cierto, muy a propósito de  estas fechas, un texto acompañado de unas reflexiones sin desperdicio de  nuestro admirado poeta, eximio profesor y muy querido amigo Antonio Carvajal que, de seguro, harán las delicias de sus lectores, y todo ello intitulado por su insigne autor como Epifanía.


    EPIFANÍA, POR ANTONIO CARVAJAL [1]





Mami, qué será lo que quiere el negro[1]


Escribió Nicolás Guillén :

Diré finalmente que estos son unos versos mulatos. Participan acaso de los mismos elementos que entran en la composición étnica de Cuba, donde todos somos un poco níspero. ¿Duele? No lo creo. En todo caso, precisa decirlo antes de que lo vayamos a olvidar. La inyección africana en esta tierra es tan profunda, y se cruzan y entrecruzan en nuestra bien regada hidrografía social tantas corrientes capilares, que sería trabajo de miniaturista desenredar el jeroglífico.

Opino por tanto que una poesía criolla entre nosotros no lo será de un modo cabal con olvido del negro. El negro -a mi juicio- aporta esencias muy firmes a nuestro coctel. Y las dos razas que en la Isla salen a flor de agua, distantes en lo que se ve, se tienden un garfio submarino, como esos puentes hondos que unen en secreto dos continentes. Por lo pronto, el espíritu de Cuba es mestizo. Y del espíritu hacia la piel nos vendrá el color definitivo. Algún día se dirá: «color cubano».

Estos poemas quieren adelantar ese día.

 

…Quemaste la madrugada

con fuego de tu guitarra:

zumo de caña en la jícara

de tu carne prieta y viva,

bajo luna muerta y blanca.

El son te salió redondo

y mulato, como un níspero.

Bebedor de trago largo,    

garguero de hoja de lata.

en mar de ron barco suelto.

jinete de la cumbancha:

¿Qué vas a hacer con la noche,

si ya no podrás tomártela

ni qué vena te dará

la sangre que te hace falta,

si se te fue por el caño

negro de la puñalada?[2]

¿Qué será ser níspero? Busco en internet y, a lo sumo, me repiten el texto de Guillén. En los diccionarios sólo aparece el árbol frutal. En los vocabularios, nada de nada que me aclare esta noche del sentido. Recurro a un amigo lingüísta riguroso y serio, a mis amigos y conocidos cubanos. Y uno, artista de mis entretelas al que tengo en el sitio mejor de mis afectos, me contesta así:

es dificil de explicar el níspero, que no es frutal... es el nombre de burdel que se da al vello púbico de las... y por derivación a todo cotilleo de mujeres, "son como un níspero", tiene una connotación de lío de lenguas negras, algo así como un avispero. Recuerdo que en mi casa se evitaba la palabra y ponía los pelos de punta a mis tías. No sé con seguridad si se refiere a la vulva pero podría ser. Me estoy riendo ahora... lo que es la vida[3].

ahora me acuerdo que las flores son blancas y las hojas de la níspola están llenas de pelos por el envés y tiene forma ovalada el fruto, por eso el origen sería el árbol que da estos frutos peludos [4].

Pues si el níspero erizaba a las piadosas tías, si Guillén dice que todos somos un poco níspero con el atributo en singular (si no hay errata) y reclama el mestizaje, y luego canta que el son salió redondo y mulato, como un níspero, sigo sin tenerlo bien delineado pero empiezo a ver el tiesto, la planta y el fruto. Mas no me convence del todo. Nuestra Academia sigue considerando que la lengua propia le pertenece por su condición de clase privilegiada (nadie ose hurgar en el linaje de sus miembros, jueces constituidos del bien decir) y no registra ordinarieces[5].Ni siquiera las importa, y menos de Cuba, dado el bloqueo impuesto por el tío Sam, tan despiadado. 

¿Y? Alguien dice que Velázquez pintó negro a Baltasar por inspiración de los jesuitas, aunque sostiene que su modelo fue un blanco al que atezó doctrinariamente porque el pintor no había visto un negro en su vida. ¿En Sevilla se habían extinguido los negros porque el portero de la casa de Carrizales, celoso extremeño, estaba capado? Pululan los negros desde el Lazarillo de Tormes en la obra de Góngora, de Cervantes, de Lope, canturrean villanescamente en las capillas reales y llegan al palacio de Liria para que Quintana exclame bárbara Europa al celebrar que la duquesa pintada por Goya liberó a una joven negra que antes compró en el mercado de carne esclava. Si nuestros abuelos no se los comieron y a lo sumo los godaron, ¿seremos todos un poco nísperos

          como quiera el negro?





[1] Georgi Dann

[2] Sóngoro cosongo, 1931. Del prólogo y de “Velorio de Papá Montero”-

[3] El mié, 21 dic 2022 a las 17:08, PG escribió.

[4]PG escribió: a las 17:26.

[5] Ordinariez / De ordinario y -ez./ 1. f. Falta de urbanidad y cultura. 2. f. Acción o expresión grosera.

ordinario 2. adj. plebeyo (‖ que no es noble).

 3. adj. Bajo, basto, vulgar y de poca estimación. U. t. c. s.

4. adj. Que no tiene grado o distinción en su línea.

Nota a las notas 4 5 y 6 : Vista la 23ª edición (digital)  del Diccionario de la RAE, se puede llegar a la conclusión de que gilipollas no es una ordinariez sino el término cabal para las miembras y los miembros y aún los membretes de la Docta Casa.