Abundando sobre curiosidades y paradojas para la sección de Ciencia del blog Ancile, esta vez con el título de: Suplicante de respuesta ante paradojas y curiosidades varias.
SUPLICANTE DE RESPUESTA
ANTE PARADOJAS Y CURIOSIDADES VARIAS
Es muy cierto que, en bastantes
ocasiones me he visto suplicante de alguna respuesta a la trascendente
situación de todas aquellas paradojas y curiosidades que pueblan la ciencia
nueva, y que claman por una significación para el razonamiento, discusión y
experiencia en el ámbito de los significados, me refiero a todos aquellos
principios extraños al sentir intuitivo convencional y el razonar común, y de
la que son sujetos no pocas mentes curiosas de todo entendimiento.
Lo que se ha convenido
en denominar el paradigma moderno de la ciencia, no ceja de esta lleno de curiosas
paradojas como ya hemos venido advirtiendo. La heredad de la Ilustrada
percepción objetiva tuvo la apremiante necesidad de extraerse del mundo
material para justificar la cesura entre el objeto y el sujeto. Se deduce la
primera paradoja de este apercibimiento, ya que se negaba cualquier realidad
mental fuera de la materia, sin embargo, para que esto sea posible, la mente no
puede estar mirando desde dentro, mas, la ciencia insistió más radicalmente afirmando
la total inexistencia de una propia realidad de la conciencia, que radica en la
sopa electroquímica del cerebro y del sistema nervioso.[1]
La subjetividad no pasa de ser una ilusión ante la aplastante veracidad de la materia.
La paradoja está servida si intentamos entender ¿cómo es posible la realidad de
la materia sin un punto de vista fuera de sí misma, si este es una mera
ilusión? Pero lo que es aún más inquietante, ¿cómo es que una ficción como la
conciencia subjetiva ha podido construir una imagen objetiva del mundo?[2]
Esta
paradoja puede llevarnos a otra no menos curiosa y que versa sobre la confusión
(vieja, muy vieja por cierto en el ámbito del lenguaje) de que podríamos estar
confundiendo nuestros discursos cosmológicos con la realidad que tratan de
describir.
En
cualquier caso, este dualismo mente-materia (como de común sucede con los
dualismos) no estará exento siempre de serias contradicciones. A no ser que
volvamos al herético Giordano Bruno y expongamos la posibilidad de que la
materia sea inteligente, cuyo pamsiquismo se extrapola a otros genios de neoplatonismo
o personajes concretos como Anaximandro, Aristóteles, Paracelso, Leibniz, y
mucho más reciente el caso del filósofo Alfred N. Whitehead, entre otros, cuyo
evidente pamsiquismo nos puede hacer entender sin tantas contradicciones la
historia de la materia.
Pero,
la cuestión de las paradojas no queda aquí resuelta ni mucho menos. De hecho,
el dualismo sigue vigente pese a sus evidentes paradojas y, por supuesto, el
materialismo más recalcitrante, que impone su ley, aunque sea irracionalmente,
pues nos dice que la materia dará el salto inexplicable a la mente subjetiva,
si es que la materia responde a la mecánica insensible de funcionamiento; pero,
¿qué nos dice el idealismo sobre estas paradojas tan extrañas e irresolubles?
Veremos en próximas entradas este y otros posicionamientos al respecto en este
blog Ancile.
Francisco Acuyo
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