miércoles, 21 de mayo de 2025

LA PÁGINA EN BLANCO

Para la sección de Pensamiento del blog Ancile, traemos un fragmento de un libro en preparación titulo Poética del silencio: en el ser del verso, la música de la nada, fragmento que lleva por título: La página en blanco.



  LA PÁGINA EN BLANCO



La página en blanco. Francisco Acuyo


De la nada, Señor, me habéis sacado

a nuevo ser, […]

Lope de Vega


¡El universo contra la nada!

       W. Shakespeare



Nada. La nada: suspendida como un epitafio invisible  en el vacío de la página en blanco. Mas, virtuales palabras quieren, insistentes, la nada poblar sobre el papel no escrito con lo nunca visto y antes sustanciado. No obstante, la palabra se ha convertido en ceremonia, en algo insostenible para cualquiera concepto y, para la lógica, en no más que aderezo, y aderezo insípido a mayor abundamiento ¿Qué nos dice el dios de los filósofos de la nada? ¿Qué el Dios, de cuyo concepto formal adquieren fundamento las perplejidades del don de la fe viva y su ortodoxia doctrinal? ¿Qué, el demiurgo estricto, extremado y riguroso de la ciencia positiva ante la infinitud que ahuecan los espacios siderales, y aún los entresijos más íntimos y oscuros del microcosmos?  ¿No infiere un agravio profundo a la razón y a la experiencia –material- esa página en blanco que, sin embargo, diríase que sostiene el mundo? Pero, ¿cómo, siendo remunerador liberal del vacío la nada parece que, con el término natural de todas las cosas acabará, y en su propia disolución, por sostener la existencia misma?

La página en blanco. Francisco Acuyo

¿Será la bizarría acreditada por la nada harto más relevante para el conocimiento de la realidad que la de la misma materia? La nada es de desconocido linaje, de acreditada oscuridad y rareza reconocida, y todo esto no siendo más que nada; causa ha sido de no pocas y agrias controversias y muchas y profundas reflexiones que todavía, ahora, se suceden no siendo la nada vista, ni oída, ni palpada jamás. Es pues, el vacío de la nada la esfera donde las explicaciones suelen quebrar de sutiles; pero no por eso dejarán muchos el delicado y perspicaz intento de indagar y satisfacer en ella la curiosidad de la que, por cierto, también es reflejo este relato extravagante. En cualquier caso, nos sugiere el vacío de la nada que, siendo un lugar al completo indescriptible, será siempre harto interesante, sobre todo, si es ¿sitio? donde la realidad obtiene la posibilidad de sustanciar su materialidad y, si es que hay, como aparenta, un antes para la materia y un después para la nada. ¿Es así, o de forma semejante, que inscribe el ser la rara hazaña de surgir y subsistir y permanecer con su escritura material sobre la nada inaudita de la página en blanco? 




Francisco Acuyo



La página en blanco. Francisco Acuyo



martes, 13 de mayo de 2025

UN JARDÍN SIDERAL

Traemos para la sección de Poesía del blog Ancile, el post titulado: Un jardín Sideral



 UN JARDÍN SIDERAL




Un jardín Sideral. Francisco Acuyo





Para Antonio Campos

En el reconocimiento de la vida 
interior como tejido del mundo.


En una noche de observación estela
r




    No pide el alma mía más subido
deleite, que no sea el esplendor
contemplar que, ya espíritu, interior-
mente se hubiese estrella entretejido.


    Invisible ilumina su sonido
de rojo, de amarillo en el sabor
sonoro que combina un color
que al labio sabe azul, si se ha sentido.


   ¡Oh amor!, que celeste cultivaste
este jardín sensorial, sentible,
sensitivo, en el sideral espacio.


  Eternidad, efímero contraste
sobre tu luz veloz que a lo sensible
nos llegó, fugazmente, tan despacio.



Francisco Acuyo




Un jardín Sideral. Francisco Acuyo


viernes, 9 de mayo de 2025

ALMAS GEMELAS

   Para la sección de, Poesía, del blog Ancile, traigo el poema intitulado: Almas gemelas.



 ALMAS GEMELAS








    Soledad es espíritu un instante
que escoltó el infinito por el cielo
constelado, y en cuya luz el vuelo
la eternidad examinó durante.

   La estrella del amor, siempre constante,
se nos oculta con el paralelo
rayo de luz cuando atraviesa, velo
del dolor, una ausencia rutilante.

     ¿Ha el tiempo terminado del amor?
¿Se marcha sola el alma de esta vida?
¿Si es inmortal el alma, y el dolor?

   En una única estrella el alma observo:
y  diversa en el centro está expandida
la luz que al fin confluye en universo.




Francisco Acuyo






martes, 6 de mayo de 2025

EL ÁNGEL DE LA NADA

Traigo para la sección de, Pensamiento, del blog Ancile, un fragmento de un libro del que por ahora me reservo el título, y que está inédito; los párrafos en cuestión se intitulan, El ángel de la nada.


 EL ÁNGEL DE LA NADA 



El ángel de la nada. Francisco Acuyo


Visión del cielo constelado:

una noche estival,






[…] el pensamiento es el esclavo de la vida, 

y la vida es el loco del tiempo, y el tiempo, 

que domina el mundo entero, debe detenerse.


W. Shakespeare


La noche, al infinito constelada: el olvido, la oscuridad, la ausencia, el silencio, la soledad, la nada. La quietud del espacio sideral. El olvido, sin tiempo ni distancia, abre al vacío inmarcesible donde la luz está presente al ser que se sustancia sin sustancia. 

Anoche tuve un sueño. Alguien en él creía ser. Y ese mismo ser en otro ser intangible se formaba. Y vi la vacuidad del mal. Y vi la luz de la conciencia cuya sombra al mundo proyecta el sin sentido de la lógica y la razón existencial. La entraña vi del vacío, si reminiscencia de la nada. En el cielo una figura delinea fantástica una luz. En ella, lejos de cualquier mirada, supe del devenir de las estrellas: y que será sólo constante aquella, la nada.

El ángel de la nada. Francisco Acuyo
Son vacuas las promesas, imposibles las razones: que nunca en este mundo tuvo presencia verdadera nadie. Me vi, por fin, en este sueño sin reconocerme vivo. De las fértiles entrañas del vacío solidario se abre el germen de la nada. Al sopor de lo real, la soledad un ángel en el cielo nocturno dibujaba.

¿Es esplendente en verdad el silencio que ilumina este panorama? ¿Quién, con inútil anhelo, osó la calma profanar de la hermana nada? ¿Quién en ningún cabo al ansia audaz dejó reposo en su querer ser y perdurar?  ¿Quién al condumio célico de la  luz renuncia, si oscuridad ofrece en derredor al ser para no ser en un instante eternidad? 

¿Qué es el azar, sino el sueño frugal de la materia? ¿Qué es, sino tapar, cegar todas las lucernas y todas las troneras por donde el ojo puede la ley del caos atisbar? Mas, no será realidad siniestra la existencia. No. A la obediencia de esta órbita el ángel su retiro olvida y al universo en paz, en armas ahora desafía, que es justa casi siempre la causa de la nada. Su flamígera espada, si es esclavo de la vida, el pensamiento arrasará con cólera. Suena en su escudo la oquedad horrísona del vacío y su honda gravedad.

El ángel, su caballo, arrebatado, espolea con veloz galope por el sideral espacio, que parece el tiempo devorar con furia. Es hora que el cielo bese la tierra. Que muera todo orden y la noche sólo quede para los muertos sepultar. Se duerme tras la victoria el ángel de la nada en soledad.



Francisco Acuyo



El ángel de la nada. Francisco Acuyo



viernes, 2 de mayo de 2025

ARTE, LA VIDA EN BUSCA DE SENTIDO

He querido ofrecer un extracto, o una síntesis muy general sobre un librito sobre el que llevo trabajando hace algunos meses y que llevará el título: Arte, la vida en busca de sentido, y que lo incorporo a la sección de Ciencia del blog Ancile, con el fin de ver el interés que pudiera levantar entre algunos de los asiduos seguidores de este medio.


ARTE, LA VIDA EN BUSCA DE SENTIDO



Arte, la vida en busca de sentido, Francisco Acuyo


Arte, la vida en busca de sentido, conforma una serie de textos sobre el impulso creativo manifiesto en la producción artística como una vía singular y, ahora, en nuestros días, como archiconocida terapia, aunque, acaso  no suficientemente entendida su capacidad y necesidad, no solo en los ámbitos propiamente artísticos (el artista ya sabe de su necesidad vital y de su aliento para dar sentido y equilibrio a su vida personal), sino también porque esta senda creativa es fundamental para el tránsito existencial de cualquier individuo. El arte de vivir puede considerarse una necesidad que requiere conocimiento y puesta en acción, y cuyo impulso creativo por unas u otras causas ha sido inhibido para nuestra conciencia en la actualidad.

    En la filosofía y en la protociencia de la antigüedad esto no sucedía. El logos y el mythos convivían de manera pacífica, es más para muchos de aquellos sabios (por ejemplo, Platón, o antes que él Empédocles o Parménides), ambos términos y sus contenidos bien pudieran ser indistinguibles. La filosofía y la ciencia primeras, cuya atención y estudio del mundo natural, entonces, establecían supuestos siempre sujetos a la probabilidad, nunca a la certeza determinista a la que nos acostumbra nuestra ciencia moderna positiva. 

    Contemplación que de manera verdaderamente fascinante emparenta con la visión de la nueva ciencia, no obstante, sobre todo de la física y sus derivados y particulares paradigmas de la más rabiosa
modernidad. Sobre todo, con la mecánica cuántica, donde la probabilidad y la incertidumbre son principios básicos de su fundamento dinámico, descriptivo y estructural en atención de lo más íntimo que constituye la materia. Es claro que esta percepción de la ciencia (moderna y antigua) y la naturaleza, traspasa todos los límites de la resignación a entender el mundo mediante la razón del sentido común, amparada desde siglos, bien en las relaciones del principium reddendae rationis  o el científico basado en las relaciones de causa y efecto.

    Reflexionamos en estas páginas, si en realidad no permanece en lo más íntimo (o inconsciente) del ser humano intactas aquellas componendas míticas, reconocidas como imprescindibles para el entendimiento de la naturaleza en el mundo antiguo. Parece ahora, tal vez como nunca antes, que no son tan fáciles de desprenderse precisamente por la ciencia positiva moderna, sobre todo la física.

    Ya desde Empédocles, los remedios, pharmaka, tenían unas singularidades muy específicas que no distinguen entre el mythos y el logos precursor de lo científico, no en vano la palabra pharmakon poseía también la acepción de encantamiento y no solo designaba los remedios para la cura del mal, sino también los conjuros (epoidai), que eran recitados durante la preparación, por ejemplo, de las plantas curativas, poniéndonos en antecedentes de la importancia de la cualidad evocativa que pierde fuerza cuando se trata de explicar mecánicamente, y se evitan aquellas expresiones simbólicas universales más adecuadas para dar cuenta del proceso de individuación (que diría Jung).

    A partir de estas apreciaciones es que me expongo en una serie de ponderaciones y cavilaciones sobre la necesidad de retomar la dinámica de cualquier terapia desde una óptica que aúne la razón lógica y la apreciación emocional inconsciente e incluso mítica que compone nuestro corpus psíquico en una totalidad que acaso nunca debió de escindirse. Así las cosas, a mi juicio, no hay ministerio de honor más grande que el que propone el arte a nuestras vidas como terapia y forma de afrontar nuestro trajinado tránsito existencia: me refiero nada menos que a la prerrogativa, el vigor, la potestad de la creación. Muchas veces se hace portador de sabiduría excelsa aquel que sigue el impulso creativo, pues este lo instruye y alienta, porque a través del arte se adorna de una elocuencia fundamental el ser humano para contar la vida, donde muchas veces la filosofía y la ciencia fracasan. Gracias a aquel saber decir, mostrar, compartir, el espíritu se ha liberado y manumitido de cualquier ley (o leyes) determinista(s) que creyeran conformarlo para seguir el curso creativo de la gran naturaleza. 

Arte, la vida en busca de sentido, Francisco Acuyo
    Por ejemplo, la poesía, como todo arte, va más allá de la intelectualización que, tantas veces lleva al constructo mecánico. Si se sitúa, aun con rara frecuencia, en las auras celestes será porque es poco o nada utilitaria. Porque el arte no es un medio para lograr esto o aquello, el arte, la creación, es (son) un fin en si mismo(s). No es, pues, un productor de bienes (que, por cierto) tanto halaga a las sociedades de consumo. Nos advierte que la tecnología, que tanto puede aportar para hacernos más fácil la vida cotidiana, puede ser el camino de la perdición del espíritu, de la psique, de la conciencia, pues su proceso mecanicista y utilitario hace imposible el entendimiento de la vida como un todo.

    Ver no es suficiente.  El artista debe meterse en la cosa, sentirla interiormente y vivir el mismo su vida. Por eso, a través de la escucha (que también es contemplación) artística aprendemos a ver, escuchar, inquirir con respeto a la naturaleza y a la conciencia atenta que la escruta, pero también al espíritu que habita en lo más profundo de las criaturas y de las cosas que invisten el mundo como un solo cuerpo. Por esto es el arte profundamente terapéutico. Nos muestra o enseña o revela al alma el prodigio de expresar emociones y sentimientos con resplandor y seguridad. Tiende a la búsqueda de un grupo o de una persona determinados con los que compartir la hermosura. Pero también, a reconocer el valor de la inteligencia emocional, fundamento para cualquier terapia que se precie de ser efectiva.

    La potencia creativa manifiesta en el arte es terapéutica porque nos enseña a afrontar la vida bajo profundas reflexiones que extrapolan lo netamente racional o lógico.  Decía, verbigracia, el poeta Novalis que: cada desastre de la naturaleza es el recuerdo de una patria superior; es por eso que el sufrimiento, en su extraña intercesión, muchas veces es el que inspira a la humanidad para hollar caminos superiores y trascendentes; acaso sea ese el significado más profundo del dolor, que es precisamente, el que fortalece la voluntad para cumplimiento del alivio, del sosiego o de la curación.

    Por todo esto es que el arte y su potencia creativa es además una fuente crítica de la realidad convencional o adquirida y porque las herramientas simbólicas y retóricas que ofrece en su proceso de creación son en verdad muy dignas de ser consideradas en cualquier proceso serio de recuperación o de terapia.

    La pasión creadora es terapéutica, lo es, y no me aventuro al afirmarlo, porque funciona cual espita o avenamiento extraordinario, cuyo inédito, fresco, libre impulso, se ofrece al conflicto del trastorno, en su amargo arbitrio que tortura la vida psíquica, como el bálsamo empíricamente comprobado, si a través del cual se hace posible la realización personal mediante la obtención de un sentido, de un significado de vida. Es el espacio en donde ya no hay hueco para la amenaza cruel de la enfermedad real o imaginaria, solo para la pasión creadora. Esta psicología del instinto creativo (curativo) es de una importancia no suficientemente ponderada, a mi juicio, en la actualidad ante el oprobio de la dolencia, del padecimiento, de la aflicción.



Francisco Acuyo







 


martes, 29 de abril de 2025

NOCTURNO

Para la sección de Poesía del blog Ancile, traigo un nuevo poema, inspirado, como tantos otros en la observación del cielo constelado, en esta ocasión lleva por título: Nocturno.



NOCTURNO



Nocturno. Francisco Acuyo



(Intuición del amor en la noche constelada)




   ¿Quién tiene de mi vida señorío,

si no quien de esta noche constelado

un cielo de verdades demasiado

hondo siembra de amor en desafío?


   ¿Quién el cosmos salvó del extravío

del caos, si no el corazón amado

que, acaso sin razones, transformado

de estrellas deja un alma en sembradío?


   A pocos alimento el inmortal

mantenimiento del amor procura;

será más raro aquel que al ventanal


   un instante del firmamento mira,

sin saber que en el cielo la criatura

del amor en la estrella luz respira. 




Francisco Acuyo




Nocturno. Francisco Acuyo


viernes, 25 de abril de 2025

LA SUSTANCIA DE LA NADA, BREVÍSIMA INTRODUCCIÓN

Para la sección de Pensamiento del blog Ancile, traigo a nuestros habituales lectores y amigos un nuevo post que indaga sobre las exóticas cuestiones que acostumbramos a indagar de vez en cuando, para curiosidad de algunos y caso para fastidio de otros, en este caso lleva por título: La sustancia de la nada, brevísima introducción. Se trata de un breve fragmento de la que puede ser una nueva publicación o tratado nada menos que sobre la nada



 LA SUSTANCIA DE LA NADA, 

BREVÍSIMA INTRODUCCIÓN



La sustancia de la nada, brevísima introducción. Francisco Acuyo



Ruego al lector que se acerque a mí o a estas páginas, que será la misma cosa, como a un espejo, pues mirarlas a ellas será mirarme (mirarse) a mí (a sí) mismo como reflejo, y quizá de esta manera pueda mostrarle lo que existe en el espíritu del lector que acaso del todo ignorase, y también puede que vean en esta nada tan torpemente referida algo tan profundo que pese y se vea como cualquiera material o fisonomía evidente, es así que ¿la sustancia de la nada? tal vez quede dispuesta a través de estas páginas, como maleable metal, a ser forjado para constatación verídica de su entendimiento.

La sustancia de la nada, brevísima introducción. Francisco Acuyo
Estimo sin presunción, que este asunto, siendo nada, os conmueva acaso hondamente porque, a mi juicio, estremece sin ser y conmueve en masa los cimientos del cosmos mismo como cosa en extremo vacilante. Verán de la nada surgir como fantasmas errantes lo más nutrido de material constancia, y cómo, aquello que, por más veraz por sustancioso se tenía, abandona el ser y los atributos de su producto ymercancía, y que todas aquellas cosas tenidas por indiscutiblemente veraces transfiguran su forma, su ser indiscutido, y las tenidas por cualidades primigenias, por otras tan extrañas que apenas dará de ellas, tenidas por reales, singular constancia.

Ved pues, aquí, sin embargo, no tanto el valor indiscutible de la rigurosa ciencia, tampoco el atavío intelectual cierto y la profundidad imprescindible de una sistemática filosófica, como la indagación limitada, insegura, perpleja y fluctuante de un alma que no ceja en asombrarse ante una realidad tan duradera y fértil, que hace crecer como fruto cierto desde la nada misma todo lo que en la conciencia y en el mundo mismo se tiene por verdadero. Es así que quiero mostrar cómo, a tenor del detenimiento en la nada, el espíritu y los sentidos parecieron asamblea inaudita celebrar, y esta humilde, menesterosa conciencia que les habla, sufre desde entonces una extraña transformación de la que quieren hacerse eco estas páginas jalonadas acaso por la comprensión, o, a lo peor, conjuradas por lo inefable. 



Francisco Acuyo




La sustancia de la nada, brevísima introducción. Francisco Acuyo