martes, 2 de abril de 2024

LA ABSTRACCIÓN Y LA EMOCIÓN: LAS INVISIBLES FRONTERAS ENTRE LA ABSTRACCIÓN MATEMÁTICA Y LA SENSACIÓN Y ESTÉTICA

 El mundo de la abstracción y la sensación puede que no estén tan disociados como creemos, de ello hablamos en esta nueva entrada del blog Ancile para la sección de Ciencia y bajo el título: La abstracción y la emoción, las invisibles fronteras entre la abstracción matemática y la sensación estética.



LA ABSTRACCIÓN Y LA EMOCIÓN:

LAS INVISIBLES FRONTERAS ENTRE LA 

ABSTRACCIÓN MATEMÁTICA 

Y LA SENSACIÓN Y ESTÉTICA




La abstracción y la emoción, las invisibles fronteras entre la abstracción matemática y la sensación estética. Francisco Acuyo



Cuando algunos matemáticos aseveran que no hay una sola pieza expresiva musical que no haya sido generada en virtud de un determinado algoritmo, no creo que en serio puedan aceptar que el contenido emocional sea deducido a priori por la regla que constituye dicho algoritmo. Quiero decir que, efectivamente, se pueden colegir números de la composición artística cualesquiera, pero es cosa bien distinta que sean los números los que interfieran en los contenidos emocionales que viene a dar como fruto cierto determinada pieza musical.

La emoción es deducible para un matemático por la mera elegancia del constructo formal matemático de la misma, y en lo que a la música se refiere, sucede que también puede quedar uno encantado por la manera de solventar expresivamente unos determinados acordes que pueden describirse en su evolución musical de manera matemática. Acaso sucede lo propio en el ámbito de la
La abstracción y la emoción, las invisibles fronteras entre la abstracción matemática y la sensación estética. Francisco Acuyo
poesía, cuando vemos algún hallazgo o audacia métrica y eufónica en determinados momentos de un verso o de un poema. Pero quiero ir un paso más allá. No es casualidad que en esos momentos críticos expresivos donde se produce el hallazgo, sean de los de más intensidad emocional que se reúnen en un momento musical o poético extraído de una pieza musical o de algún poema de excepcional belleza.

Desde una óptica matemática podemos imaginar cuál sería o podría ser el código fuente mediante el que articular determinados algoritmos y reglas para la construcción deconstrucción de un axioma, pero ¿podríamos hacer lo mismo con el artefacto poético, musical, plástico en una obra de arte, según pudiésemos deducir estos aquellos patrones en la construcción de aquella?

Todo parce indicar que gozamos de una suerte de sensibilidad ante todas aquellas construcciones o estructuras que nos rodean y que se manifiestan de manera caótica y que nosotros reformulamos y tratamos de reconducir a través de patrones abstractos que atenúen el vasto ruido de las sensaciones, y que en ello encontremos un manera de gozo singular. A mi modesto juicio, el hecho de que en la sucesión aleatoria de sonidos, de colores, olores… sean susceptibles de encontrar orden a través de unas reglas, de unos algoritmos, o unos patrones, no significa que estos sean los que producen los versos sentidos, las piezas musicales emocionantes, sino que serán las propias emociones, los pensamientos profundos, los que incidan en la manera de hacer coherente el caos de las sensaciones a través de la apreciación del constructo coherente deducido algorítmicamente. O lo que es lo mismo, la emoción no puede programarse, al margen de que alguien puede sentirse concernido emocionalmente por un constructo artístico cualesquiera, en el que se observará la huella de la regla y del patrón que lo hace armónico o eufónico.

En el ámbito de investigación de la sinestesia, he encontrado argumentos de enorme interés explicativo a estas cuestiones que, por otra parte, ahora está tan en boga. Hablaremos de todo esto más adelante en el próximo post del blog Ancile.




Francisco Acuyo




La abstracción y la emoción, las invisibles fronteras entre la abstracción matemática y la sensación estética. Francisco Acuyo

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