lunes, 9 de agosto de 2010

FUNDAMENTOS DE LA PROPORCIÓN EN LA DIVERSO

Lo que en su día fue tesis doctoral, se publicó después como libro especializado, remozado y adaptado para una lectura menos especializada, y tuvo como resultado la edición que lleva el título de Fundamentos de la proporción en lo diverso. Ofrecemos un extracto, o, mejor, un fragmento extractado de los prolegómenos de la misma, por si alguien está interesado en los estudios sobre poesía y métrica, mas ofrecidos desde la óptica singular que intenta compaginar los estudios literarios métricos de nuestra rica tradición y doctrina preceptiva de fenomenología tan especial, con hipótesis de acercamiento nada convencionales, pues basa sus observaciones además de en dicha tradición desde la perspectiva de ciencias como las matemáticas, la física e incluso en aproximaciones a la biología y a la filosofía y ciencias del conocimiento.







Prolegómenos a Fundamentos 
de la proporción de lo diverso




Fundamentos de la proporción en lo diverso, Francisco Acuyo


[...] Desde un punto de vista netamente matemático, las interrelaciones detectadas en el verso estarán regidas por ecuaciones no lineales en tanto que estas no darán lugar a vectores determinados, ni aquellas ecuaciones resultado podrán superponerse unas con otras, además dichas formulaciones tendrán una fuerte dependencia de las condiciones iniciales, de todo esto se da cuenta en las conclusiones (epílogo) finales del trabajo, aunque sólo se hará referencia a ellas en esta versión con el fin de aligerar su lectura y entendimiento. Se llega finalmente a una difícil evaluación del comportamiento no sólo gramatical, también métrico del verso perceptible en la encadenación de todos y cada uno de los elementos que conforman el poema, condiciones que van a extremar en muchos casos la singularidad acentual del mismo (en métrica podría ser, por ejemplo, una de estas condiciones iniciales el estado de ánimo del poeta). Así pues, no se trata de encontrar soluciones exactas a las potenciales ecuaciones que definen el sistema dinámico métrico (lo cual, por otra parte, puede ser imposible) sino de contestar a preguntas tales como ¿es posible saber cuáles serían los estados acentuales de un verso determinado? o ¿variarían los estados previsiblemente calculados, si cambian los estados iniciales?

Un sistema no lineal por tanto, representa en métrica (o en matemáticas), aquel sistema cuyo comportamiento no puede expresarse como la suma de los comportamientos de sus descripciones, o lo que es lo mismo (como ya adelantábamos anteriormente), los sistemas no lineales no son iguales a la suma de sus partes, además de ser susceptibles de ofrecer comportamientos –métricos, en lo que a este trabajo compete- que son extremadamente difíciles de predecir.

Lo que, en definitiva y de forma general intuyen muchas de las Preceptivas Métricas en su sistemática, es la descripción de los puntos fijos o estables (por ejemplo acentos considerados como rítmicos o eufónicos en un determinado poema o forma estrófica), pues deducen que son los valores de la variable eufónica los que se mantienen constantes en el tiempo. Decíamos que algunos de estos puntos (acentos, por ejemplo) se manifiestan como autenticos atractores,7 (por ejemplo, en el verso endecasílabo, los acentos en 7ª -de tensión- en colisión con el –rítmico- en 6ª, que veremos someramente unos párrafos más adelante, y con mayor detenimiento en la casuística final presentada en los anexos).

Hemos pretendido, en fin, que los argumentos y reflexiones de nuestra labor expositiva aparezcan exentos, en la medida de lo posible, de descripciones propias del mundo abstracto de la matemática y de la física afín a este tipo de proposiciones sistemáticas, así también evitando el abuso de conceptos técnicos del mismo ámbito especializado, con el propósito de mostrar nuestros fundamentos teóricos lo más explícitamente posible para el lector acostumbrado a terminologías más estrictamente literarias o métricas.

He aquí, muy sucintamente, la voluntad de quienes suscriben este ya prolijo exordio, acompañada de algunos conceptos nuevos en un esfuerzo que se dirige en pos de la correcta observancia de las tantas veces estimadas justas prescripciones de las estructuras del metro. Pero debemos añadir que fue aún de mayor interés indagar con ecuanimidad en la observancia de aquellas sorprendentes rupturas del precepto por parte de algunos poetas. Así las cosas, estos prolegómenos no pretenden tanto buscar veredicto positivo sobre el conjunto de la causa métrica, como pertinazmente insistir en la singular complejidad del fenómeno poético observada a la luz de los denominados desvíos del precepto.

Entrando ya en materia de nuestras tesis, haremos una nueva advertencia respecto a las notas e indicaciones llevadas a cabo en la parte teórica y, sobre todo, en la casuística (anexos finales): todas y cada una de las anotaciones (métricas o matemáticas) no son la poesía, de igual modo que el símbolo
y notación musical se conviene que no son la música. Creemos en virtud de nuestras convicciones, si sustentadas en el método netamente científico, que la poesía, acaso como la música, cobra vida en la interpretación (lectura, creación y recreación) de la misma.
Si la música y la matemática mantienen un grado cierto de parentesco, en tanto que aquella primera –como así lo hace la segunda- se fundamenta(n) en sus propias anotaciones abstractas, gobernadas por propias reglas lógicamente estructuradas, vendría a planteársenos la posibilidad, a nuestro parecer nada extravagante, de observar analogías respecto a los estudios métricos en poesía.
No nos pareció en nuestras aproximaciones teóricas (y prácticas) del metro aventurada conjetura aquella que nos lleva a pensar que una de las características de mayor significación radica en que estas disciplinas de estudio prestan atención especial a las estructuras con las que trabajan estimándolas como bellas o elegantes cuanto más se prestan a las prescripciones del número (las estructuras del matemático, como las del pintor –acaso también como las del poeta- han de ser bellas, decía literalmente el avisado matemático G. H. Harvey).

Esta belleza cabe ser observada en el poema en virtud y propuesta no sólo de sus significados (si es que estos pueden ser separados violentamente –mecánicamente- de sus estructuras lógico convencionales), también de su carácter intrínseco métrico, si es que la estructura abstracta, lógica, numérica y eufónica del verso y del poema pueden ser atendidas de manera objetiva por los iniciados en el arte y ciencia métrica.

De cualquier forma, ser consciente de una determinada estructura (en este caso métrica) y aplicarla y explicarla –como hace el poeta- no es lo mismo en la formalización y dinamización en el verso y el poema, que sujetarla al análisis –científico-métrico-, que es lo que hace el metricista. Por ejemplo, la ratio (relación) eufónica entre los acentos establece criterios propios de la preceptiva convencionalmente aceptada; mas también, y esto es muy conveniente tenerlo en cuenta, cabe apreciarse la antiratio, detectada, con mayor o menor frecuencia, en determinados versos de poemas que, decimos, mantienen la aparente inobservancia del precepto (en realidad, más bien del profundo conocimiento del funcionamiento estructural del verso genuino en la rara intuición del genio poético), causando la ruptura, decimos, de su ley que, con toda modestia, nosotros identificamos en principio y de manera general, como desvío de la norma de preceptiva por convención métrica aceptada.

Damos cuenta, tácitamente al menos con lo antecedido, del porqué de nuestras reflexiones e hipótesis, y sobre las que hubimos de encontrar denominación adecuada en términos tales como dinámica no lineal y compleja del metro y de la poesía en su configuración formal (es decir, en el poema). Mas lo haremos teniendo en cuenta un aspecto esencial, y del cual participa primordialmente nuestra percepción del verso, del poema y de la poesía, nos referimos al flujo –al fluir- que condiciona, atención a este detalle importante, temporalmente el ser y devenir de la poesía en el poema; y es que el concepto de tiempo será una de los aspectos de especial interés por ser altamente genuino en nuestro trabajo; y todo porque al albur del mismo habremos de considerar la mecánica del funcionamiento estructural y métrico del poema, o, lo que es lo mismo, del aspecto material de la poesía y que, definitivamente se refiere: a la atención del funcionamiento y evolución del verso (endecasílabo, según nuestros presupuestos expositivos y teóricos, aunque perfectamente extrapolable a cualquier otro modelo de verso o mezcla de diversos tipos de verso).

Tomaremos prestados, aunque sea momentáneamente, la concepción de mecánica newtoniana -estática- identificada en la descripción del sistema versal para un instante dado (es decir de manera inactiva, inmóvil o mecánica), y mediante el que deducir su estado (eufónico y rítmico) en cualquier otro instante. Observaremos las fuerzas –ritmos, acentos, cadencias, cesuras…- que actúan (interaccionan, realmente) en dicho sistema, estimando que gracias al conocimiento del instante inicial del peculiar sistema del verso puede determinarse la idoneidad calculadora de, por ejemplo, este o aquel acento sobre este o aquel verso cualesquiera, y así mismo determinar el sistema en otro potencial instante.Sin embargo, tendremos ya de principio que mostrar nuestras diferencias con cualquier visión determinista que pretenda adecuar una teoría o precepto métrico a un fragmento de realidad versal, pues nos manifestamos contrapuestos a aquella explicación mecanicista que pretende advertir fuerzas de contacto en el verso y en el poema acaso como las de una rueda dentada, engranando entre otras de idéntica estructura, mas no como fuerzas vivas, dinámicas a distancia.[...]






Francisco Acuyo


Fundamentos de la proporción en lo diverso, Francisco Acuyo



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