domingo, 28 de abril de 2013

MAGDALENA ROBLES LEÓN Y SU LIBRO "EN PENUMBRAS SE HIZO VERBO", XVII PREMIO DE POESÍA MIGUEL DE CERVANTES

La poeta Magda Robles (Magdalena Robles León) ha sido galardona con el XVII premio de poesía Miguel de Cervantes de la ciudad de Armilla por su libro En penumbras se hizo verbo.  Traigo al blog Ancile, para su sección de noticias, la primicia de su concesión y publicación en la editorial Jizo Ediciones, en la colección Jizo de Literatura contemporánea. Adjunto además un fragmento del prólogo que sirve de introducción al poemario, llevado a cabo por el poeta Francisco Acuyo, así como unos poemas del libro como muestra de que evidentemente vale la pena hacerse con un ejemplar para disfrute de su lectura más que recomendada.



Magdalena Roblés León y su libro En penumbras se hizo verbo, Ancile.



MAGDALENA ROBLES LEÓN Y SU LIBRO
"EN PENUMBRAS SE HIZO VERBO", 
XVII PREMIO DE POESÍA MIGUEL DE CERVANTES


Magdalena Roblés León y su libro En penumbras se hizo verbo, Ancile.
Magda Robles, Gerardo Sánchez Escudero (Alcalde de Armilla)
y Mª del Mar Callejas (Concejala de Cultura) en la entrega del premio

Magdalena Roblés León y su libro En penumbras se hizo verbo, Ancile.



[…] Cuando Magda Robles en su poema titulado Escríbeme en el viento, al final del poema, nos decía:

Hazme inmortal
en el silencio de las piedras,
o en el rumor esquivo del agua,
y el sabor a incertidumbre de tu boca.
Y dame nombre...

Está pidiendo la atención debida a un hecho tan incontestable como que la tierra gira, que la poesía es ciencia (y no sólo arte y filosofía) en tanto que muestra el hecho vital ineluctable en el que se sustenta cualquier sentido consciente o inconsciente de vida: la creación. La inmortalidad es posible sólo en el reconocimiento de nuestras capacidades de sorpresa, de indagación, de asombro para, al fin, impulsar y consumar el lance del hecho creativo.
En poesía, la ficción de su relato, o mejor, de su discurso, es ya del todo cuestionable, pues, para ser, es condición indispensable el reconocimiento de su necesidad: no es mero amusement, divertimento placentero (o doloroso) adherido a la imaginación, y es que se nos revela, aun desde los márgenes oscuros de lo misterioso e insondable, como una exigencia vital imponderable que, en realidad abarca cualquier iniciativa nueva, verdadera y bella de humanidad.
Así, e insisto en lo anteriormente expuesto: tras la observación de este conjunto poemático nos parece distinguir un aparato expresivo, emotivo e intencional que se aleja de cualquier neorromanticismo en tanto que no halla preocupación en discernir diferencias en su discurso con la realidad o lo imaginario (sobrenatural, apuntábamos en muchos casos), pues el poema es sujeto y objeto, ciencia y conciencia que no enfrenta (admiradora de Keats, pero lejos de sus concepciones intencionales o teóricas) hechos con poesía, porque la poesía no trata las cosas como aparecen (Wordsworth), pero tampoco como son, pues ella misma es, en inevitable integración con el mundo. Sin saberlo o reconocerlo Keats era hijo necesario de su tiempo y, paradójicamente asumió las claves positivistas (de sus virtuales enemigos, matemáticos, físicos...) al enfrentar ciencia y poesía, siendo ambas vástagos de la misma (divina) inspiración, pues, no en vano basan ambas su verdad en la fundamentación necesariamente bella de su discurso, formulación y hallazgo. Pero vean que, para mayor novedad, en estos poemas pueden discurrir sin el menor empacho de contradicción, el mito, la fábula, como espejo sobrenatural que trasciende la apariencia de las cosas: marcha con grácil desparpajo hacia la realidad de aquellas, pues son los sueños, los mitos, las fábulas, sucesores y herederos oscuros de la realidad más viva, pues ofrecen con sus símbolos las claves para el mejor conocimiento de uno mismo. En este sentido ¿qué es sino ciencia la poesía? La ciencia más profunda y elevada que habla del hecho ¿indescriptible? Desde cualquier otra disciplina: la conciencia (humana) en la sublime aspiración por crear para mejor entendimiento de sí mismo y
del mundo en el que habita. Blake (también Shelley), el visionario, intuía(n) acaso estas apreciaciones que ahora comienzan a tener explicación teórica y literaria (que no poética), y que supondrían la base para el constructo explicativo de una realidad intemporal que acaso fue mal entendida: un orden invisible (que) está tras los casos visibles. Si el Verbo se hizo carne para dar materialidad a la intención divina, de la inconsistente sombra, del fantasmal espectro, del lóbrego y misterioso reflejo que anima el espejo de la conciencia, ha de tomar aliento el verbo que dará razón y sentido últimos al alma escrutadora y, sobre todo, creadora del poeta. Lean sosegadamente a Magda Robles en este deleitoso y delicioso primer poemario de singular penumbra, para ver la luminaria cegadora de su fanal intenso, pues mora en el recinto de la luz más pura y verdadera: el de la belleza.



Fragmento del prólogo titulado: La luz oculta en la penumbra

Francisco Acuyo


  

POÉTICA





Perdida entre las letras de un pergamino amarillento
y el crujir de páginas que se deshacen a la vez que pasan,
la encontré.
Poesía...
marcando ritmos,
olvidando tempos,
deshojando nombres,
entregando cuerpos
desviviendo vidas,
revolviendo almas.
La palabra,
que late cual sangre ardiente,
arrebata y da vida en el mismo intento.



MAR DE TUS SARGAZOS




Dime, corazón,
¿Por qué si pensabas marcharte
no te llevaste tus huellas?
Me arrebataste tus pasos,
pero has dejado tiradas por el suelo
cada una de tus pisadas.
Como estela sin barco que la preceda,
que condena a un vagar eterno a quien la persigue.
Y hay noches
en que no puedo evitar perseguir
fantasmas de luciérnagas por el pasillo,
soñando que me conducen
al seguro amarre de tu cintura.
Aunque sé
que esos restos de naufragio con que tropiezo
son tan solo el vestigio impalpable y abandonado
de aquella frágil crisálida que nunca llegó a ser mariposa...



DES NOMBRES...



Si no te nombro...
Si te nombro me arrancas las letras,
y juegas a ganar en desengaños,
y a ocultar retazos de un espejismo
que gota a gota se disuelve por mis rincones.
Si te nombro...
Si no te nombro te desvaneces,
y dejas de arañar desde el vacío,
y dejo de ser una vez más
gata que se lame las heridas.
Porque hay días
en que los versos me muerden las manos...




HIEDRA



Tengo manos de muerte que rozan tu escarcha.
Y quizá amar no sea
más que este deshacerse en guijarros y saliva.
Ser hiedra,
y piedra rota desmoronada
que se transforma,
que nos diluye
y nos une así
en una sola bruma imperecedera
que aparenta lamer un nuevo día.
No hay otro milagro que disuelva el nosotros.
Porque tú y yo somos...
esencia atemporal convertida en arena.



Magda Robles León




Magdalena Roblés León y su libro En penumbras se hizo verbo, Ancile.



3 comentarios:

  1. Qué belleza de poemas de nuestra querida Magda Robles, y qué tan atinado y profundo comentario de la obra que realiza el poeta Francisco Acuyo. Sólo queda felicitarlos a amabos y desearles que la Poesía los siga abrazando.


    Un cordial saludo desde Miami.

    Jeniffer Moore

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