viernes, 1 de agosto de 2014

EL ÁNGEL ESTIVAL

Para la sección del blog Ancile Poema semanal traemos ya los últimos poemas de Cuadernos del ángelus, (1992), en este ocasión el titulado El ángel estival.



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El ángel estival, Francisco Acuyo, Ancile




EL ÁNGEL ESTIVAL



El ángel estival, Francisco Acuyo, Ancile



PARA el cuello la mano
ofrece azul silente su reflejo,
casi invisible, sobre aquella rosa amarilla,
y en la trémula luz desde el espejo,
deslizas el murmullo como voz de la orilla.

SOMBRA o llama evaporas,
pareces del ensueño que se enciende,
o dulcemente el ángel que trasciende.

UN ramo alejo atrás,
y hacia sí de mi impulso no reparas
que llegase, y al paso
te has avenido apenas silenciosa
y confiada, a soñar la rosa,
la rosa que no sueña ya beber las
silvestres luces de entre dulces perlas.

«DESCANSA robador de las manzanas,
rosal de cuya nieve admira más
el ángel fiero, entonces
de la lira».
                Y así,
si desvelándose no en bronce ganas,
sí estelares al beso las mañanas.
Y de mis brazos fácil hacia atrás
resbalas todavía,
como si un tanto el corazón mis labios
al ritmo palpitantes hubiere sostenido.
Y antes pienso en la sangre
tras el cuello, enseguida
vertical, por el pecho comprimida
de prisa, atropellada
y cayendo de prisa,
y nada escucha y nada
en su vuelco prefiere sostener
el filo.
Deslizó ya decisiva
la brisa suave el inestable filo:
Fuente surtiendo se volvían
si de amapolas resbalaba
la herida brasa que álgida encendían.
Sentí que se quebraba
sangrienta de palomas
la rosa palpitando aun de aromas
que al vidrio manantial le florecían.

EL ángel del ensueño acaso espera
tocar el cielo azul, encaramado.
Invisible no eleva sino brisa,
cuando el silencio ni siquiera
espíritu sutil de la ceniza
hubiera con las manos heridas coronado.




Francisco Acuyo








El ángel estival, Francisco Acuyo, Ancile

1 comentario:

  1. Hermosísimo regalo este poema de tan sutil y delicada hechura, con un ritmo impecable que lo refuerza. Menos mal que existes, poeta, para tener esta esperanza de que lo mejor de la poesía no ha muerto. Un abrazo.

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