Para la sección de Poesía del blog Ancile, traigo un nuevo poema, inspirado, como tantos otros en la observación del cielo constelado, en esta ocasión lleva por título: Nocturno.
NOCTURNO
(Intuición del amor en la noche constelada)
¿Quién tiene de mi vida señorío,
si no quien de esta noche constelado
un cielo de verdades demasiado
hondo siembra de amor en desafío?
¿Quién el cosmos salvó del extravío
del caos, si no el corazón amado
que, acaso sin razones, transformado
de estrellas deja un alma en sembradío?
A pocos alimento el inmortal
mantenimiento del amor procura;
será más raro aquel que al ventanal
un instante del firmamento mira,
sin saber que en el cielo la criatura
del amor en la estrella luz respira.
Francisco Acuyo
Interesantísimo soneto por lo que dice y por la manera de decirlo; cuando los poetas contemplan el cielo lo más acostumbrado es que miren el suelo y comparen, así Luis de León. Más raro es, como en este caso, que de la relación astral brote un fruto del amor y no se diga con exacta respuesta consonante sino que la disonante criatura aflore en el metro isosilábico pero no isorrítmico. El verso 12 parece desacompasado, por sus acentos en 3ª y 8ª, pero no, pues exige una aceleración como la pide todo cuerpo que intenta escapar de la atracción terrestre. (Esta acentuación se autoriza en Góngora)
ResponderEliminarQuerido amigo me recuerdas a los poetas místicos.Enhobuena
ResponderEliminarEs un poema bellísimo, donde la intuición del amor se presenta como una fuerza cósmica que transforma y da sentido a lo que observamos con el corazón.
ResponderEliminar.La imagen final, "la criatura del amor en la estrella luz respira", me ha sugerido que el amor y la luz están entrelazados, y que contemplar el cielo puede ser una forma de respirar amor.
Enhorabuena.