viernes, 21 de noviembre de 2025

EL CARNAVAL DE LA IA

Prosiguiendo los argumentos de anteriores entradas, traemos un nuevo post para la sección de Ciencia del blog Ancile que lleva por título: El carnaval de la IA.


EL CARNAVAL DE LA IA


El carnaval de la IA. Francisco Acuyo


La cuestión de fondo es que, con el acalorado debate sobre la IA y su incidencia en todos los ámbitos del saber, no llegamos a distinguir entre conocimiento (y los diferentes tipos del mismo que existen), inteligencia, redes neuronales, conciencia e información. Así también,  si es posible una teoría universal del conocimiento y si la IA podría llegar a aportar los mecanismos necesarios para su realización. El caso es que, en modo alguno, todo parece indicar que la conciencia se sustrae a ninguna clase de mecanismo, y que los célebres perceptrones de Marvin Minsky y sus programas computacionales ( que supuestamente  podían construir modelos mentales), tienen que enfrentar redes neuronales mucho más poderosas de lo que podía entonces imaginarse.

En cualquier caso, es innegable que la cultura científica derivada de la IA ha venido para quedarse, aunque resulte inquietante algunas veces, otras, ridículo, que vaya a posibilitar (su gran ambición)  una mente creadora de mentes independiente de la mente humana. En fin, deberíamos concluir, si en verdad el conexionismo de la IA puede considerarse una ciencia de la mente. Y ante todo este panorama no sería de extrañar que surja, sino lo ha hecho ya, una reacción o contrarrevolución respecto al conexionismo que incida en el pensamiento, la filosofía y desde luego en la misma literatura.
El carnaval de la IA. Francisco Acuyo

Cuando el entrenamiento de la IA se hace para llevar a cabo tareas o resolver problemas a través de un proceso estrictamente conductista (ciertamente periclitado por cualquier psicología) y lo pone en conexión con la neurociencia en una vuelta a la reconciliación con el biologismo, lo que hace es volver una y otra vez a la creencia de que la conciencia no es sino un epifenómeno del cerebro. Todo esto nos lleva a cuestionar si podemos hablar con propiedad de pensamiento de la máquina, e incluso de inteligencia tal como la entendemos a nivel humano.

El hecho es que la mente humana no puede fragmentarse mecánicamente como intenta explicar el conductismo y llevar a término la IA, entre otras razones porque la mente es mucho más que la suma de las partes que supuestamente podrían conformarla, ya que en realidad surge de la interacción de sus potenciales componentes, todo lo cual nos lleva al reconocimiento de la mente como un sistema altamente complejo con una dinámica no lineal inseparable de sus propios componentes.

Seguiremos abundando sobre estas y otras cuestiones relacionadas en próximas entradas de este blog Ancile.



Francisco Acuyo



El carnaval de la IA. Francisco Acuyo


martes, 18 de noviembre de 2025

DEL MITO DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL A LA CHANZA CARNAVALESCA DEL ABSURDO

Bajo el título: Del mito de la IA a la chanza carnavalesca del absurdo, traemos una nueva entrada para la sección de Ciencia del blog Ancile, siguiendo el eco de anteriores post sobre esta temática.


DEL MITO DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL 

A LA CHANZA CARNAVALESCA DEL ABSURDO





Ahora bien, será interesante hacer una exégesis de estos productos coetáneos de ficción del absurdo, sobre todo porque, hubo un tiempo en que la sabiduría, el amor, la solidaridad, la justicia, la verdad… eran valores que en las sociedades (Grecia y la Roma clásicas y cristiana…) tenían una razonable (y siempre benefactora importancia e) influencia, ofreciéndose como una aspiración benévola para la comunidad, aun asumiendo la necesidad de una expresión literaria carnavalesca de denuncia. En la sociedad moderna, sin embargo, y bajo el influjo de determinadas ideologías, hace aparición el sentimiento siempre inquietante del odio, -no es que digamos que este sea original de nuestra época, pero sí que encuentra una valoración extraña e importante-, el odio manifiesto a través de los cauces de la supuesta broma (implacable y lacerante para determinadas personas o grupos sociales), encuentran una recepción asombrosamente numerosa y bien avenida, aun sabiendo que el fanatismo más nefando suele encontrar refugio en el terrible sentimiento del odio que suele enmascararse en esta u otra burla u ocurrencia cruel.

Bien, ¿cómo debe asumir estas características tan humanas de la desfiguración carnavalesca, burlona del absurdo la emulación de la que dicen que es capaz la IA? ¿Puede hacer chistes y crear situaciones absurdas, e investirlas de la gracia y el arte de una buena obra del absurdo? ¿Y el autor, cómo debe tomarse esta invasión tecnológica en ámbitos tan íntimos como la expresión de emociones, sentimientos, o situaciones irracionales que la vida no se cansa de mostrarnos de continuo? A mi juicio no puede tomárselo muy en serio. Al contrario, el momento culminante de la estupidez humana manifiesto en la fe ciega en las nuevas tecnologías como un poder soteriológico y salvífico, puede, digo, que esté llegando a su culmen.

Así las cosas, creo que no debe extrañarnos que de vez en cuando encontremos alguna obra coetánea del absurdo que nos sorprenda profundamente, como ya lo hicieran obras de la modernidad que marcaron no solo una manera singular de hacer literatura sino una forma de entender y pensar el mundo.

Es algo muy interesante y paradójico que la ciencia que sostiene todo el avance tecnológico de la actualidad, hubo de pugnar no sin grandes controversias con las consecuencias deducibles de la física cuántica y la relatividad, para quien la realidad no es sino una suerte de apariencia donde la materia y el mismo universo no eran sino una conexión de formas matemáticas. El mismísimo epistemólogo Mario Bunge hubo de centrar su labor investigadora ante las consecuencias irracionales, fuera del sentir común, que suponía la interpretación filosófica de estas teorías científicas que, de manera evidente, sostienen todos los avances tecnológicos en la actualidad.

¿Cómo va a queda indiferente el escritor de instinto ante estas contradicciones? ¿Cómo no va a inquietarle que un algoritmo pueda construir relatos o novelas siendo un ente que proviene de una paradoja tan flagrantemente irracional?

Seguiremos indagando sobre esta cuestión en próximas entradas de este blog Ancile.










jueves, 13 de noviembre de 2025

PARADOJAS DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y LA LITERATURA DEL ABSURDO

Abundando en las cuestiones que atañen a la era de la IA y la propia producción literaria, proseguimos con la  reflexión sobre sus paradojas, para la sección de Ciencia del blog Ancile, y todo bajo el título de: Paradojas de la IA y la literatura del absurdo.


PARADOJAS DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

 Y LA LITERATURA  DEL ABSURDO


Paradojas de la IA y la literatura del absurdo. Francisco Acuyo


John Von Neuman y su primera computadora (y su célebre arquitectura -de Von Neuman-) programable fue el primer paso material positivo para hacer realidad lo que conocemos como ordenador. Al fin, habría de hacer aparición la IA en sus dos vertientes, las cuales habrían de revolucionar la información y sus capacidades lógicas para resolver problemas y realizar tareas.[1]

Puede servirnos esta ya larga introducción a la IA iniciada en entregas posteriores, para establecer parámetros críticos suficientes con los que elaborar un mapa sobre el que establecer criterios para analizar la situación del pensamiento actual, así como desvelar la estructura de una suerte de nueva filosofía del absurdo que, acaso, con su ironía y sarcasmo, quiera y pueda salvar a la humanidad de sus potenciales y nefandas derivaciones .

Hasta qué punto la IA en la actualidad no se ha convertido en una estrategia narrativa para poner en jaque la realidad, puede observarse en el empuje y vigor la negación de sentido a todo aquello que no provenga de aquella, claro está, ya que se ofrece encubierto con el atavío de su lógica indiscutible. Lo cierto es que a través de su prisma singular se pretende ofrecer una óptica en la que el sentido único o derivables razonables, han de devenir de su lógica.

La paradoja de esta forma de entender el mundo por la IA proviene de dos enfoques, por un lado, una forma de razonamiento o pensamiento racional similar al humano (la IA clásica o simbólica); en contraste con la segunda, que basa su enfoque en base a los datos (en cantidades masivas) que maneja y las potenciales herramientas de aprendizaje de las máquinas que se rigen por este procedimiento estadístico (la IA estadística), que permiten hallar patrones en aquellos datos manejados, todo lo cual que nos lleva a la previsión (según la IA) de que la computación tendrá la misma potencia de cálculo que el cerebro humano.  De esta derivada paradójica ha de devenir forzosamente el absurdo.

Paradojas de la IA y la literatura del absurdo. Francisco Acuyo
Los sistemas lógicos expertos de la IA clásica han de confrontar necesariamente con los ofrecidos por la IA estadística, de hecho, ya comienzan a evitarse los primeros por los segundos, aunque en cierto modo el avance de la robótica y el procesamiento del lenguaje que recurre al primero, pudiera hacernos parecer lo contrario. Así, desde 1990 las limitaciones de la IA clásica fue lo que hizo decantarse a la nueva IA que maneja las técnicas estadísticas.

Para una consideración del influjo de IA, por ejemplo, en el arte, tendríamos que atender a factores considerados clásicos en la historia del pensamiento. Véase los límites (kantianos) para el conocimiento pleno, y los límites de los sentidos para una consideración estética adecuada, si esta  excluye lo racional y lo sustituye por intuiciones puras con las que superar los límites sensoriales (que nos llevan a intuir el tiempo y el espacio) y que, por cierto,  y que la concepción mecánica de la IA elude en su emulación del funcionamiento cerebro humano, llevándonos a una situación de absurdo acaso no suficientemente ponderada por el pensamiento o la filosofía actual. La pérdida de la noción del tiempo y del espacio en virtud de la ingente cantidad de datos, puede llevarnos al absurdo por el embotamiento inevitable a los que puede llevar la conciencia del que pretende asumir la cantidad inmensa de información aquellos.

Paradojas de la IA y la literatura del absurdo. Francisco Acuyo
La obcecada atención al aspecto cuantitativo (del dato) nos lleva a la confusión cualitativa sobre aquello sobre lo que tratamos de acceder, ya que pone al sujeto ante otra paradoja inaudita que nos avoca a la pérdida del principio de identidad, donde el sujeto y el objeto llegan a ser indistinguibles para encontrar un sentido: la identidad (cuantitativa) de la IA se confunde con la necesidad cualitativa del
sujeto que la consulta o la refiere para cualquier tarea de resolución de problemas o en la ejecución de tareas. Podíamos reflexionar sobre esto con elementos de juicio más que suficientes atendiendo a la  la utilización de la IA aplicada a la realidad virtual y el metaverso, y las consecuencias de su mala interpretación, que no marca o pretende no marcar diferencias entre la realidad vivida y la virtual.


 Si decíamos que los elementos comunes en la ficción del absurdo incluyen la sátira, el humor negro, la incongruencia, la degradación de la razón y la controversia sobre la condición filosófica de ser "nada", y si tenemos como uno de los pilares de esta literatura el chiste, la burla la comicidad a veces desgarradora, no estaría mal plantearse sino vivimos un momento idóneo para un renacimiento  de esta literatura, habida cuenta de las situaciones peligrosamente ridículas a que nos vemos expuestos en la sociedad de la nuevas tecnologías, amparadas en los principios de la lógica de la ciencia y la razón tecnológica, las cuales pueden llevar, primero al individuo, a lo grotesco, lo extravagante e incluso irrisorio, para después hacer lo propio con la sociedad misma.






[1] La IA débil y la IA fuerte. La primera es capaz de realizar tareas específicas de la más diversa índole siguiendo patrones de referencia para hacer cálculos matemáticos, jugar muy diversos juegos, traducir, etc… La fuerte, sin embargo, es la que se situará de manera equiparable a la humana y tendría conciencia, con todo lo que ello implica desde una óptica legal, ética, filosófica…



Paradojas de la IA y la literatura del absurdo. Francisco Acuyo


martes, 11 de noviembre de 2025

VERSOS ESTELARES

 Para la sección de Poesía del blog Ancile, Traemos un nuevo post con un poema que lleva por título, Versos estelares.



VERSOS ESTELARES



Versos estelares. Francisco Acuyo




   Antiguo verso que en el astro suena

ritmo nuevo con súbito argumento,

entre la luz sidérea es aliento

que en lo remoto vida acaso estrena.


   Así, en el firmamento, de repente,

se percibe la luz oscura fluir

cristalina, que avisa al porvenir

de lo que ayer ahora es finalmente.


   Oíd el verso arcano poesía

que sin tiempo ni espacio su cuidado

perpetuo permanece todavía.


   Es el tiempo ficción sin evidencia,

sucede en un espacio imaginado

el cual llenó vacío la conciencia.




Francisco Acuyo


Versos estelares. Francisco Acuyo


miércoles, 5 de noviembre de 2025

DEL ABSURDO A LA ERA DE LA COMPUTACIÓN

Siguiendo la estela de la anterior entrada, para la sección de Ciencia del blog Ancile, traemos una nuevo post que lleva por título: Del absurdo a la era de la computación.


DEL ABSURDO A LA ERA DE LA COMPUTACIÓN


Del absurdo a la era de la computación. Francisco Acuyo


El dominio de la nueva ciencia y su desarrollo es vertiginoso cuando no inquietante si atendemos a las tecnologías que la acompañan. El caso de la Inteligencia Artificial (IA), quizá sea el más paradigmático. La exhibición de la inteligencia de la máquina, computadora, ordenador… ha supuesto un renacimiento de la lógica formal, basadas en datos o estadísticas, que está revolucionando no solo la vida cotidiana y doméstica: ya empieza a causar movimientos intelectuales, científicos, filosóficos y artísticos en torno a ella dando como resultado un ímpetu social que ya tiene tintes de nueva religión, cuyo mito se extrae de la propia fragilidad de principios y fundamentos de la intelectualidad, el arte y la filosofía de la sociedad actual, llevándonos a un ámbito en el que el absurdo puede encontrar un caldo de cultivo verdaderamente extraordinario, y en ciernes acaso todavía para su manifestación literaria.

El mito de la máquina viviente no es sino algo muy antiguo que en Grecia (también en China) se contemplaba con cierta naturalidad, aunque sería en S.XVIII cuando se intentarán los primeros dispositivos de ingeniería complejos ya denominados autómatas, hasta la aparición de las primeras computadoras digitales en los 40 del siglo pasado, y a primeros de los 50 los primeros estudios centrados en la IA.

Del absurdo a la era de la computación. Francisco Acuyo
La animatrónica puebla ya prácticamente todos los ámbitos de la vida social en nuestros días. Desde el test de Turing y la capacidad numérica (cálculos matemáticos) se emparentan a la humana, y a esta  ya supuestamente incapaz de distinguir una de otra. A día de hoy la IA que se precie, ha de ser capaz de aunar los diferentes tipos de inteligencia (lingüística, espacial, emocional, artística, sensorial, reflexiva, numérica) para responder a cualquier cuestión que se le pregunte con eficiencia. 

Se parte de la idea de que pensar es calcular y ese proceso de computación constituye una forma de cálculo. Es así que cualquier pensamiento puede identificarse con un proceso algorítmico que transforma entradas simbólicas en salidas de las mismas características. Parte, lógicamente, de la premisa de que el cerebro es una computadora, de lo que se infiere que la IA será capaz de hacer cualquier cosa que haga el cerebro. El imperio de los ceros y unos (código binario) (dixit) rige los procesos de información, y los bits (y cubits) que los constituyen pueden (insisten) describir y definir el mundo, por lo que todo aquello susceptible de traducirse a bits (y cubits) será apto para ser leído y entendido por una computadora.

Si proseguimos con la descripción, es necesario saber que, la base matemática de cualquier máquina el algoritmo, no es sino un guiso singular de elementos lógicos a la sazón mediante los cuales resolver problemas y realizar tareas de lo más variopinto. A tenor de lo expuesto, es fácil comprender que ¿el regreso? a la razón y a los procedimientos lógicos reinan con convicción y fe casi religiosa incluso en la misma ciencia. La creación de programas como sucesión de instrucciones con las que alimentar el devorador lógico de la computadora se acaba conformando en forma de códigos para realizar tareas diversas. Desde los primeros programas concebidos por Charles Babbage en su peculiar telar de instrucciones (máquina diferencial), hasta nuestros días, la evolución ha sido en verdad vertiginosa. Alan Turing abrió la espita para pensar en una máquina capaz de resolver cualquier problema computable. Ahora se sueña con crear neuronas artificiales mediante las que emular el cerebro en la máquina de computación, si es que las neuronas cerebrales se comportan como puertas lógicas que se activan y desactivan. Estas neuronas artificiales no son sino algoritmos más o menos complejos con los que llevar a cabo las tareas previstas. No obstante, debemos caer en la cuenta que si bien estos algoritmos son capaces de realizar cálculos complejos, no comprenden (¿o sí?) la ejecución de dichos cálculos, pues, se limitan al seguimiento de las instrucciones.

¿Puede esta situación avocarnos a un nuevo resurgimiento del pensamiento del absurdo, en reacción a esta vuelta feroz a la lógica más recalcitrante?? Seguiremos avanzando en esta exposición en próximos post del blog Ancile, para llegar a conclusiones que estimamos de máximo interés.



Francisco Acuyo


Del absurdo a la era de la computación. Francisco Acuyo


lunes, 3 de noviembre de 2025

DE LA LITERATURA DE L ABSURDO AL SIN SENTIDO DEL PENSAMIENTO EN LA ACTUALIDAD

Para la sección de Ciencia del blog Ancile, traemos un nuevo post abundando sobre la poética y la estética del absurdo en la era de la IA, y todo bajo el título, De la literatura del absurdo al sin sentido del pensamiento en la actualidad.


DE LA LITERATURA DE L ABSURDO  

AL SIN SENTIDO DEL PENSAMIENTO EN LA ACTUALIDAD


De la literatura del absurdo al sin sentido del pensamiento en la actualidad. Francisco Acuyo


Que los existencialismos nutrieron esta óptica nefanda, distópica y pesimista del mundo no es ningún descubrimiento, figuras como Camus, Sartre, Kafka, Ionesco, Becket, … dan buena cuenta de ello. El non serquitur irracional e ilógico que tantas veces sustenta su discurso pone en cuestión la causalidad, y la incertidumbre impone su imperio en las argumentaciones de sus discursos para que campe por sus respetos el nihilismo más feroz desatado en contra de todo razonamiento.

Si literariamente encuentra origen en el ustible e inflamable racho de la literatura victoriana (gracias a los modernismos del XIX), los existencialismos y nihilismos filosóficos grabaron a hierro y fuego sus supuestos de pensamiento; y el Dadaismo y el surrealismo harían lo propio en el arte. Las posguerras mundiales dejarían impronta indeleble en los espíritus creadores de la época.

¿Nada tiene sentido? O, como diría Camus, ¿los que no tenemos sentido somos nosotros empeñados en buscar un significado a la vida y al mundo? ¿Deberíamos hablar más que de la literatura del absurdo, o del absurdo en la literatura? No es nada nuevo que, si la realidad no nos agrada, acudamos al recurso proverbial de la ficción que adquiere forma discursiva en la literatura, siendo aquella y su apelación al absurdo una paradójica manera de buscar sentido. 1

De la literatura del absurdo al sin sentido del pensamiento en la actualidad. Francisco Acuyo

Algo más que la conculcación de las normas lógicas aristotélicas del discurso literario se lleva a cabo en la obra estos autores del absurdo, pues ponen en cuestión el concepto y noción de la realidad misma y su potencial sentido. Se cuestiona el ser mismo abocado a la inevitable extinción y, por tanto, a la nada. Cuestión que expone otra no menos peliaguda, si el ser acaba en ser nada, ¿cuál es la naturaleza de aquel ser que fue?, ¿cuál es la naturaleza de la nada que acaba por contenerle, siendo nada? La contradicción está servida. ¿O es una paradoja?

Una de los momentos más fascinantes de este orden de pensamiento resultan como consecuencia del potente aparato desplegado por el discurso y la filosofía del absurdo que nos entrega al sin sentido; por otro la corriente ¿contrapuesta?, en el despliegue de movimientos de pensamiento como el de la logoterapia, cuyo análisis existencial apunta a que todas las consecuencias psicológicas y sociológicas estaban fundamentadas en la búsqueda de sentido, influyendo de manera fundamental con el movimiento contemporáneo  y coetáneo al del movimiento del absurdo, siendo su libro, El hombre en busca de sentido 2,  un fenómeno social y de pensamiento que postula la necesidad de la búsqueda de significado para una visión positiva del mundo. En verdad que sería una labor de muchísimo interés estudiar comparativamente ambas visiones del mundo y de la existencia, partiendo acaso de los mismos factores cuales son la guerra, la crueldad humana, el crimen, la soledad…3 , acaso nosotros encontramos para nuestra exposición una referencia que será muy digna de reflexión, a tenor de lo que cuentan los días del alborear del siglo XXI. Verán por qué hago esta admonición, pero eso será en próximas entradas del blog Ancile.


Francisco Acuyo




  1 Deleuze, G.: Lógica del sentido, Paidos, Barcelona, 2007.
  2  Frankl, V.: El hombre en busca de sentido, Herder, Madrid, 1981..
  3 Victor Frankl, recordamos, estuvo deportado en varios campos de concentración nazis, donde perdió a su mujer, su hijo, sus padres, hermano, cuñado y muchos amigos.




De la literatura del absurdo al sin sentido del pensamiento en la actualidad. Francisco Acuyo