martes, 12 de julio de 2016

CONCIENCIA E INTELIGENCIA: EMOCIONES Y EXPRESIONES SENTIMENTALES. DEL ALMA ANIMAL.


Para la sección, Pensamiento, del blog Ancile, proseguimos con la cuestión tan controvertida como interesante de la idea y concepto del alma, esta vez bajo el título Conciencia e inteligencia: emociones y expresiones sentimentales. Del alma animal.



Conciencia e inteligencia:emciociones y expresiones sentimentales. Del alma animal, Francisco Acuyo





CONCIENCIA E INTELIGENCIA: 

EMOCIONES Y EXPRESIONES SENTIMENTALES 

DEL ALMA ANIMAL








Cuando Plutarco advertía: Pero nada nos conmueve de los desgraciados animales, ni su bello colorido, ni la dulzura de su voz melodiosa, ni la sutileza de su inteligencia, ni la limpieza de su vida, ni la vivacidad de los sentidos y el entendimiento[1]; en hermoso alegato en favor de la protección y conservación de los animales y la denuncia por su maltrato y sacrificio cruel para convertirlos en alimento, cuando no en gratuito y sádico agravio o vejación, ¿qué le llevaba a tal pronunciamiento? ¿Era una simple empatía motivada por una confusión y acercamiento ¿ridículo?[2] de su ser –humano- hacia otro ser vivo? ¿O, acaso estaba en lo cierto al apreciar un grado de razón comparable al humano? Cuando de manera tan desgarradora pregunta, aun cuando el animal ya está muerto  ¿por qué comes lo que tiene alma?[3], no parece más bien que intuye (y después razona) que lo que nos hace semejantes es la capacidad de sufrimiento, y la necesidad perentoria de evitarlo a través de una forma común –y razonable- de anhelo y alegría de vivir?

 Esta referencia a la conciencia animal viene al caso en razón del debate sobre el término, concepto y realidad del alma, que vemos muchas veces como análogo al de psique, espíritu, mente e incluso conciencia. Antes de entrar en detalle sobre las diferentes acepciones relacionadas con el concepto de alma, interesa traer a colación algunas aproximaciones más sobre la conciencia en los animales, porque iremos viendo qué fundamento tiene.

Montaigne llega a la conclusión de que algunos animales (el perro, por ejemplo) son capaces de pensamiento abstracto[4], del que daba fe a pesar de su sano escepticismo –gozoso- manifestando, no obstante, su creencia en la bondad e inteligencia de los animales, de hecho la proverbial cortesía
Conciencia e inteligencia:emciociones y expresiones sentimentales. Del alma animal, Francisco Acuyo
de este gentil hombre proviene de la alegría vital observada en los animales y tantas veces reacia en los hombres. Plinio el Viejo[5], no hubo de sentir vergüenza en su tratado de Historia Natural, al atribuir inteligencia a muy diversos animales; la célebre discusión entre los empiristas Locke y Berkeley sobre la capacidad de abstracción de los animales (el primero lo negaba, el segundo afirmaba que  habría de establecer la categoría animal en virtud de su incapacidad de abstracción, con mucha sorna añadía que una muy buena parte de los hombres debieran estar en aquella categoría inferior –animal- si hubiéramos de atribuirle tal capacidad), todo lo cual nos lleva también a establecer juicios sobre la naturaleza misma de la conciencia que, para el idealismo de Berkeley, la presencia de la mente estará en Dios, en los humanos, en  los animales y otros espíritus que pueda ser pensado como que es”. 

Vemos pues, incluso en las cualidades inteligentes de los animales, que aparecen también conceptos muy diversos que nos serán útiles, por parecer más simples en su aplicación a seres supuestamente inferiores intelectualmente a la estirpe de  los hombres. Vemos el alma, la mente, el espíritu, la inteligencia, como acepciones análogas semántica y etimológicamente: mens, mentis; men (pensar) y que está estrechamente relacionada al pensamiento (pensare),  y con la inteligencia (intelligentia); la conciencia (conscientia) con + scientia (de sciere, saber), traducida de syneidesis –griego- (syn, con + eidesis, imaginación). El soplo vital (alma, ánima, spiritus, de spirare, soplar), queda, en virtud de la imaginación (–imaginatio- acción y efecto de formar una figura mental), compendio de la imagen –imago- y la acción y el efecto, ligada, pues a la capacidad de apercibimiento y a la conciencia. Vemos, en fin, que la irreflexiva y poco afortunada manera de utilizar determinados términos pueden llevar a no pocas confusiones, mas, en lo que a nosotros interesa,  la idea del alma, podemos constatar ante la insistencia en su manejo, uso y abuso e inclusión en el anuncio de su necesaria desaparición, una realidad y una necesidad que no puede descartarse con tanta alegría. Así, Ciorán, se encuentra en análoga tesitura, aunque no sabía cómo sustituir al alma, con qué palabra, decía que quizá fuera hora de abolir su uso para siempre[6]. Abogamos nosotros por lo contrario, no en vano, la sustitución de su doble, el cuerpo, soma (inanimado, sin vida, cadáver, que significaba antaño) parece manifestarse insuficiente, acaso porque acaso, aquella, el alma, abarca las tres preguntas fundamentales del ser humano: vida, muerte y conciencia[7].

Conciencia e inteligencia:emciociones y expresiones sentimentales. Del alma animal, Francisco AcuyoLo que percibimos como conciencia, alma, umwelt[8]…  en los animales, y que casi todos los psicólogos creen que, al fin y a la postre, somos nosotros lo que les atribuimos las cualidades de conciencia, reflexión incompleta, porque tal vez se hace desde la óptica menos adecuada, en tanto que sería también conveniente atender, si no es que realmente los animales no se humanizan en muchos aspectos en el trato con el portador de la conciencia humana y, por qué no, viceversa. Esta contaminación no me parece discutible si observamos el comportamiento de muchos animales domésticos. Así las cosas, ¿qué diferencia objetiva puede haber entre una conciencia y otra, humana o no? ¿Entre un alma, con su aliento vital y otra? Interrogantes que pueden resultar ingenuas o incluso capciosas para algunos, pueden hacernos ver que la cuestión del alma no es en modo alguno una cuestión periclitada. Sobre todo porque es verdad que cada vez vemos más cerca la era posbiológica (así lo percibe también el físico teórico Paul Davis[9]), y esta visión nos muestra algo en verdad inquietante para los detractores tanto del concepto de conciencia como el de su presunto parentesco con al alma, máxime cuando la misma ciencia habla del futuro de la evolución inteligente está más allá de un sustrato biológico (por ejemplo, a través de cuerpos informáticos), e incluso físico, si somos capaces de crear un conectoma completo[10] del contenido de nuestros cerebros y albergarlos en una fuente, digamos, de luz láser, afirmación esta que si bien desde el dominio de la ingeniería está lejos, no es ni mucho menos imposible desde la perspectiva que ofrece la física. El alma como noción de conciencia  intangible, viva e independiente, vuelve a la imaginación de nuestra estirpe humana. Abundaremos sobre esta sugestiva cuestión en próximas entradas de este blog.





Francisco Acuyo
                                  









[1] Plutarco: Acerca de comer carne,  Los animales utilizan la razón, J. Olañeta Edt. Barcelona, 2008.
[2] Tomás de Aquino no reconocía alma intelectiva, sino sensitiva, Suma Teológica, Espasa Calpe, Madrid, 1982.
[3] Ibidem.
[4] Montaigne, M. de: Ensayos, Cátedra, Madrid, 1987.
[5] Plinio el Viejo: Naturalis Historia (Historia Natural), Gredos, Madrid, 2001.
[6] Ciorán, E.M.: Cuadernos, Tusquets, Barcelona, 2012.
[7] Bossi, L.: Historia natural del alma, La balsa de la medusa, Madrid, 2008, p.16.
[8] Término que puede entenderse como los parámetros mediante los que crea y se recrea la realidad la realidad del mundo.
[9] Davis, P.: Un silencio inquietante: La nueva búsqueda de inteligencia extraterrestre), Crítica, Barcelona, 2011.
[10] Kaku, M.: El futuro de nuestra mente, Debate, Barcelona, 2014, p.370.





Conciencia e inteligencia:emciociones y expresiones sentimentales. Del alma animal, Francisco Acuyo

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