BELLEZA, TIEMPO Y
TRASCENDENCIA
En anteriores momentos de
reflexión –sobre la realidad y sus conceptos[1]-
hacíamos incidencia en la noción y
supuesta realidad física del tiempo, sobre todo para establecer los límites y
el origen de la materia. El universo (afirman no pocos científicos actuales)
solo tiene relevancia desde el origen mismo del tiempo (el Big Bang es la
singular referencia de ese origen). Antes de éste, cualquiera conjetura es
irrelevante para el estudioso de la física del cosmos. La nada -o el algo- que
hubiere o no para el nacimiento del mundo no importa, pues está fuera de los
parámetros de las cuatro dimensiones físicas reconocidas (espacial(es) y
temporal). Cualquier indagación que se llevase a cabo sería meramente
especulativa y sin fundamento científico. Es así que la óptica material
positiva del mundo resuelve cualquier tipo de conjetura más allá del propio
tiempo.
Aunque
siendo un profundo y enamorado apasionado de la ciencia (sobre todo de la
física y la cosmología), hay algo que me impide aceptar esta abrupta ruptura
con aquellas inquietudes (quizá, o sobre todo, porque soy poeta) que me
inclinan a la indagación de factores e incidencias manifiestas en la psique (o alma,
o espíritu… o como quiera denominársele) que, a mi juicio, son tan reales y
eficientes como la materia misma. Una de ellas es la belleza y su concepción –y
percepción- universal de toda criatura que tiene o aspira a tener conciencia,
una conciencia que no sólo es pensamiento, conocimiento, experiencia o
convención, sobre todo espíritu creativo.
La
intuición de una belleza ontológica, una belleza que es y es cierta y que, en realidad, no puede poseerse porque existe
al margen de cualquiera conocimiento y experiencia y que, muchas veces, aparece
de forma inopinada, y de la que tomamos cuenta sin elección, sin juicios o
prejuicios previos y que, cuando aparece en la palabra (si es poética) exige
una comprensión más allá de la palabra misma, de su significado normativo
aceptado, porque es más que conocimiento, y porque es, de manera total, global,
holística y expone su verdad en la belleza. El caer en la cuenta del hecho creativo –poético-, será ante todo una
percepción total de lo que es, al menos un segundo, donde la belleza muestra su
plenitud de verdad.
Este
hallazgo de lo bello no se obtiene mediante ninguna labor o trabajoso esfuerzo
de búsqueda, no hay introspección, solo reconocimiento de los límites de
nuestro pensamiento expuesto e impuesto en el conocimiento acumulado durante
años y que, una vez liberado nuestro espíritu de su rémora, se ofrece sin
alternativa. Este hallazgo es libre porque no implica cambiar nada de nosotros
mismos, es simplemente la captación de lo que hay sin la intervención del yo –manido-
que tantas veces nos ofusca con sus condicionamientos y prejuicios, donde el
objeto y el sujeto que observa son uno en esa percepción única y total de la
belleza, solo la vivencia de lo bello es real, al margen de quién y cómo lo
mire.
En
la vivencia de lo bello está la verdad de que no existe frontera entre lo visto
y quien lo ve, desasido de todo centro, y esa espontaneidad que trae la belleza
es la que en verdad está más allá del tiempo. Lo auténticamente creativo radica
en el desasimiento de lo sabido para dejar abierto el camino a lo que no puede
pensarse porque aspira a lo nuevo, a lo que no ha sido visto o mencionado, y
esto es posible porque de este singular vacío que supone olvidarse
–silenciarse- de todo lo conocido, es de donde surge la verdad de la belleza y
de la creatividad genuina.
Ese
vacío no es muy distinto al que rechaza o ignora la ciencia (el de los orígenes
antes del mismo tiempo) que busca sus fundamentos en el tiempo y en la
conciencia que de este surge, y de la que, en definitiva, surge la materia
misma. Aquel vacío, aquella nada, es la que propicia las verdades y bellezas
que algunas veces percibimos totales e infinitas un instante.
Francisco Acuyo
[1] En
el blog Ancile: Sujeto y objeto: realidad de lo
impracticable, http://franciscoacuyo.blogspot.com.es/2017/05/sujeto-y-objeto-realidad-de-lo.html
ó , De la realidad: el átomo, la vida y la
conciencia, http://franciscoacuyo.blogspot.com.es/2017/05/de-la-realidad-el-atomo-la-vida-y-la.html
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