Ante la insistencia
de algún amigo lector de Ancile,
aficionado este, avisado aquel, para ofrecer algún nuevo poema con versos
endecasílabos para su atención métrica, he resuelto publicar, salteadamente,
unos sonetos más para el entretenimiento o estudio de sus estructuras métricas.
He decidido ofrecer muestra de dos de los más grandes maestros de este metro
para mejor justificación de los argumentos en la construcción métrica del
poema, así pues, ahora de nuevo, Garcilaso de la Vega en el soneto 16.
GARCILASO DE LA VEGA:
DE LA MÉTRICA CELESTE, SONETO 16
SONETO 16
No las francesas armas odïosas,
en
contra puestas del airado pecho,
ni
en los guardados muros con pertrecho
los
tiros y saetas ponzoñosas;
No las escaramuzas peligrosas,
ni
aquel fiero rüido contrahecho
de
aquel que para Júpiter fue hecho
por
manos de Vulcano artificiosas,
pudieron, aunque más yo me ofrecía
a
los peligros de la dura guerra,
quitar
un hora sola de mi hado.
Mas infición de aire en solo un día
me
quitó al mundo, y me ha en ti sepultado,
Parténope,
tan lejos de mi tierra.
Esquema
métrico:
No las francesas armas odïosas,
(1ª)———4ª——6ª—––––10ª
en
contra puestas del airado pecho,
——2ª––––––4ª———8ª——10ª
ni
en los guardados muros con pertrecho
—————4ª––––––6ª–––––––––10ª
los
tiros y saetas ponzoñosas;
––––2ª––––6ª————10ª
No las escaramuzas peligrosas,
—(1ª)—————6ª————10ª
ni
aquel fiero rüido contrahecho
––––2ª—(3ª)——6ª–––––––10ª
de
aquel que para Júpiter // fué hecho
––––2ª–––––––––6ª––––––(9ª)–10ª
por
manos de Vulcano artificiosas,
–––––2ª———6ª————10ª
Pudieron, // aunque más yo me
ofrecía
––––––2ª–––––––––––6ª––7ª–––––––10ª
a
los peligros de la dura guerra,
–––––––4ª————8ª——10ª
quitar
un hora // sola de mi hado.
—2ª——4ª———6ª———10ª
Mas infición de aire en solo un día
—————4ª——6ª———8ª——10ª
me
quitó al mundo, // y me ha en ti sepultado,
––––(3ª)––––4ª––––––––––6ª-(7ª)–––––––10ª
Parténope,
// tan lejos de mi
tierra.
––––2ª–––––––––6ª————10ª
CONFORMAN
LOS VERSOS endecasílabos que se ofrecen la relación siguiente en el poema:
establece una estructura versal (soneto) que vierte la distribución de verso y rima que sigue: catorce versos (arte mayor) endecasílabos con
rima consonante que
obedece a la distribución de dos cuartetos con rimas ABBA ABBA y dos tercetos
con rimas en la distribución siguiente: CDC CDC.
Verso primero: endecasílabo a maiori acentuado
6ª y 10ª sílabas —heroico—; con acento de equilibrio (rítmico) en la
4ª sílaba: No
las francesas armas odiosas; todo lo cual nos apresta a la disposición
anímica del poeta en los siguientes versos del soneto no tan bien atemperados.
Diéresis en odï_osas. Es conveniente atender a la acentuación de incitación expresiva
en la primera sílaba del
verso, No.
Verso
segundo: se ofrece una acentuación de endecasílabo a minori (4ª y 8ª)
sílabas, sáfico: 4ª, 8ª y 10ª:
en contra puestas del airado pecho, marca un ritmo binario por el que
mantiene el mismo pulso de contención del primer verso. «Acento latente»
en 2ª que mantiene el ritmo binario del verso.
Verso
tercero: vuelve al acento del endecasílabo a maiori (6ª y 10ª, heroico) con acento de equilibrio en 4ª: ni en los guardados muros con pertrecho;
termina el verso en deslizamiento (encabalgamiento) hacia el verso cuarto, barruntando acaso no
tanta tranquilidad para el resto de su discurso.
Verso
cuarto: aunque mantiene el acento a maiori en el endecasílabo (heroico) y el apoyo en acento de equilibrio en 2ª, la totalidad del verso se acentúa en 2ª, 6ª
y 10ª: los tiros y saetas ponzoñosas; comienza a mostrar cierta
inquietud expresada por la separación de vocales a-e (sa_eta)
—azeuxis, hiato gramatical— para
marcar expresivamente el ritmo en 6ª sílaba.
Verso
quinto: la presunción sobre una potencial inquietud se hace evidencia en este
verso, que manifiesta en su acentuación endecasilábica a maiori (6ª y 10ª sílabas), una
clara atonía en la parte primera del verso: No las escaramuzas peligrosas, para
nosotros, parece acento de incitación expresiva el de la 1ª sílaba (No) que exige una disposición anímica
de evidente inquietud.
Verso
sexto: la exacerbación se convierte en un hecho en el verso sexto aunque
mantiene acentos en 2ª, 6ª y 10ª, (endecasílabo a maiori, heroico): ni aquel fiero ruido contrahecho; el
elemento altamente expresivo, en parte se debe al acento en 3ª en
conjunción con el de 2ª sílaba, acento de incitación, y al movimiento que
aporta la diéresis, rü-ido, gracias a la cual marcará el acento de equilibrio (en 6ª) para reestablecer la metricidad del verso,
esta compensación expresiva que anuncia ya la convulsión del siguiente verso.
Verso
séptimo: la conjunción —tensión— de las sílabas 9ª y 10ª en el
endecasílabo (a maiori): de aquel que para Júpiter fue hecho,
manifiesta en su atonía inicial el violento contraste en la conjunción de
acentos en 9ª sílaba (de tensión) y en el 10ª, acento de equilibrio —y pausa— que se desliza o encabalga, no obstante, en el verso
octavo, mostrando una evidencia de no linealidad y dinamismo extraordinarios. Es conveniente
tener en cuenta los acentos latentes en 2ª y 4ª que marcan el ritmo binario del
verso (yámbico). Cesura en la 6ª sílaba.
Verso
octavo: endecasílabo a maiori (heroico) con acentuación en 2ª, 6ª y 10ª: por manos de
Vulcano artificiosas; culmina la serie de cuartetos guardando el equilibrio inicial con apoyaturas de equilibrio —o rítmicas— para culminar sentenciosamente, aún
con el eco de la distorsión de los versos anteriores, en el hipérbaton «manos
(de Vulcano) artificiosas».
Verso noveno: prosigue la genuina dinamicidad de otros
versos anteriores en este terceto, cuyo primer exponente ofrece de nuevo, con
atonía evidente en la parte segunda del verso, el desasosiego del poeta, así,
la acentuación 2ª y 10ª sílabas: Pudieron, aunque más yo me ofrecía; que
culmina con un brusco deslizamiento (encabalgamiento)
al siguiente verso. Cesura en 2ª sílaba.
Verso
décimo: culmina el deslizamiento en un
endecasílabo a minori, 4ª, 8ª y 10ª sílabas (sáfico): a los peligros de la dura guerra; quiere
recuperar el equilibrio rítmico acentuando la pausa de la sílaba última con una
coma, como pretendiendo recuperar el aliento gastado en la dicción de versos
anteriores.
Verso undécimo: Termina el primer terceto, otra vez
ofreciendo atonía que expresa desaliento y desasosiego (desmayo) con una
acentuación rítmica 2ª, 4ª, 6ª y 10ª: quitar un hora sola de mi hado;
mas acompasado por un ritmo interior bimembre (yámbico) con el que termina el
terceto ofreciendo nuevo descanso (más prolongado) con el punto del verso.
Verso
duodécimo: verso que vierte una acentuación en 4ª, 6ª y 10ª, a maiori (heroico): Mas infición de aire en solo un día; que
enlaza abruptamente de nuevo mediante encabalgamiento con el 2º verso del terceto, y anuncia otra
vez de manera harto expresiva, como veremos en el siguiente verso, el final del
poema.
Verso
decimotercero: el desmayo y desasosiego se acentúan considerablemente buscando
el clímax del poema no sólo por el deslizamiento del anterior verso en este
otro, también la acentuación del mismo interviene decisivamente: 4ª y 10ª
sílabas como acentos de equilibrio (rítmicos) y el de 3ª, sílaba impar, como acento de incitación: me quitó al mundo,
y me ha en ti sepultado; junto al de 4ª, que parece hacer precipitar
(sepultar) el ánimo del poeta. Coma en el final de verso, para recuperar
nuevamente el aliento y preparar el final de los tercetos y del poema. Cesura
en 4ª sílaba.
Verso
decimocuarto: endecasílabo a maiori (heroico) que se diría pretende reestablecer cierto equilibrio o mejor sosiego (descanso), con la compensación
regular de sus rítmicos acentos; 2ª, 6ª y 10ª: Parténope, tan lejos de mi
tierra; así lo atestigua el acento en Parténope, que
carga de melancolía el siguiente extremo del verso y que da fe del
extraordinario dinamismo de que es capaz indudablemente el verso y la poesía de nuestro admirado poeta.
El
soneto de Garcilaso que, finalmente nos ocupa, viene a cumplir en definitiva
las mismas reglas de singularidad dinámica de los anteriores. Así, los versos
7º y 13º, vienen a incumplir la norma rígida del metro con la aportación de sus
correspondientes acentos de tensión heterodoxos a la ley métrica que
concibe el verso, el poema y la poesía como un fenómeno de carácter lineal
sistemático, sujeto a una normativa mecánica que, desde luego, entra en franca
colisión con el magnífico dinamismo y expresividad de estos versos y de la
totalidad del poema.
Así
también ha de prestarse atención a la concurrencia especialmente dinámica de
los acentos de incitación que entran, por ende, en confrontación con el
impulso yámbico del verso, granjeando de esta manera una peculiarísima y
enriquecedora expresividad que acabará por convertirse en la verdadera norma de
incertidumbre ante la complejidad del fenómeno poético en su vertiente métrica.
Así
los elementos de integración que aparecen en el poema (véase el verso 1º: No
las francesas armas odïosas,) se ofrecen resueltamente para la
extraordinaria movilidad del verso —y del poema—, por ejemplo con la diéresis
audaz odï_osas, en cuya separación vocálica vuelve a manifestarse de
manera tan expresiva. O así también en el caso de azeuxis del cuarto verso: los
tiros y saetas ponzoñosas, donde la
palabra sa_etas parece estirar en el verso su impulso y movimiento, como
en el natural ejercicio del tiro con arco.
Excelente post que es tan educativo. Muchas gracias Francisco!
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Jeniffer Moore
essa jenifer
ResponderEliminarJeniffer discrepo con lo que dices de que este post es educativo ya que la educación es el proceso de facilitar el aprendizaje o la adquisición de conocimientos, así como habilidades, valores, creencias y hábitos. El proceso educativo se da a través de la investigación, el debate, la narración de cuentos, la discusión, la enseñanza, el ejemplo y la formación en general. La educación no solo se produce a través de la palabra, pues además está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes. Generalmente, la educación se lleva a cabo bajo la dirección de las figuras de autoridad: los padres, los educadores (profesores o maestros),12 pero los estudiantes también pueden educarse a sí mismos en un proceso llamado aprendizaje autodidacta.3 Cualquier experiencia que tenga un efecto formativo en la forma en que uno piensa, siente o actúa puede considerarse educativa.
ResponderEliminarLa educación puede tener lugar en contextos formales o informales. La educación formal está comúnmente dividida en varias etapas, como Educación preescolar, escuela primaria, escuela secundaria y luego la universidad o instituto. Al concluir la formación se expide un comprobante o certificado de estudios, que permite acceder a un nivel más avanzado. Existe una educación conocida como no formal (no escolarizada) por la que, a diferencia de la formal, no se recibe un certificado que permita acceder a un nuevo nivel educativo al terminar la formación; normalmente, los lugares que ofrecen la educación no formal, son los centros comunitarios, instituciones privadas, organizaciones civiles o el Estado.
Jeniffer, gracias a ti por alegrarme siempre las mañanas
ResponderEliminarVale
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