Presentamos los poemas que se publicaron en el número 2 de
la Revista Jizo de Humanidades, siguiendo el criterio de la anterior entrada,
en de la sección dedicada a Jizo, en la que poníamos énfasis sobre resaltar las
colaboraciones de cada número para su mejor contemplación y deleite de todos
los interesados. Ofrecemos pues, la poesía de este número acompañada de alguna
de las aportaciones artísticas del número, entre las que se cuentan con las de
Miguel Rodríguez Acosta, quien confeccionó el diseño de la portada de este
número y dejó otro motivo para el interior del número.
Portada de Miguel Rodríguez Acosta |
POESÍA EN EL NÚMERO 2 DE
LA REVISTA JIZO DE HUMANIDADES
Dibujo de Miguel Rodríguez Acosta |
A
DON VALENTÍN RUIZ-AZNAR
–In memoriam–
Como
preciado aroma
que en pomo
mínimo se guarda, y luego
crecido el
tiempo ábrese y se expande,
perfuma y
siempre queda,
tú te nos
diste en gracia, y derramaste
consagración
armónica
–Orfeo
junto al Dauro–.
Ahora, en
nuestra noche,
nos donan
dulcedumbre
tus manes
de belleza,
tus músicas
de gozo,
cuando
sombras nos crecen
olvidadas
de tono, ritmo, canto.
(De «El vino de las horas»)
Rosaura Álvarez
PASEO
DEL VIOLON
A Antonio Callejas y Marite Vivaldi
I
Los
violetas y azules de la sierra te enmarcan, ciudad sola, por
donde
deambulo, como en una acuarela que se disolviese junto a las
brasas del
atardecer. Miro tu tierra roja que una vez fue la mía,
cómo sus
torres se encaraman sobre el horizonte, despidiendo a un
otoño que
no termina de morir. Una memoria ajena nos cobija, hecha de
pitas y
arrayanes, trazos de un devenir borroso que ya no reconoce mi
incredulidad.
II
Difícil
evitar las tentativas de la luz por alumbrarnos como si la
muerte en
que la luz consiste no estuviese ya aquí. El camino es
oscuro y se
bifurca. No acierto a ver el rostro de ese fantasma que
se aleja,
con paso lento y sin mirar atrás. La sola certidumbre es
este
pálpito. ¿Tu infancia? No, tu infancia es un lugar que no
comparto.
Sé que la fuga es ilusoria, pero cómo no comprender ese
lenguaje
tuyo, que me dice, libres al fin de toda servidumbre, con
la sola
palabra que nos funda, amor.
Jenaro Talens
TRES
VARIACIONES
PARA
ROSAURA ÁLVAREZ
1ª Variación ante tu «Suelo
de mi cielo»
Cruzarme
por el aire de un jilguero
aventurando
lúcidos ponientes,
cuando la
alberca tornasola ausentes
las
celosías del afán viajero...
Seducirme
el aroma mensajero
de otro
Carmen: crecidos y valientes
cipreses
tras las tapias confidentes,
donde el
silencio colma su venero...
Este cielo
en clamor habrá de darme
con luz
serena su caudal lejano,
y por sus
atanores desvelarme
sabiduría
de fecundo arcano:
acoplo de
temblor al confïarme
Edén a mi
medida –por lo humano–.
2ª Variación ante «Resurrección»
En mi carne
sin tiempo tacto, fuego
–tersa la
claridad de los perfiles–
acrisolan
su cáliz: añafiles
claman
desde las torres a mi ruego.
Héspero
alienta aroma con espliego,
mas tus
labios acallan los abriles
de rauda
primavera: ¡qué sutiles
los
laureles alerta sin sosiego!
Aquí el
instante, río del olvido,
allí la mar
que espumas eterniza
y en
soledad el cuerpo en luz transido.
¡Mi sangre,
tu materia, el aire briza
tras los
claros anhelos del sentido,
si un sueño
fue, invidencia, la ceniza!
3ª Variación ante «El otro
yo»
Sumirme y
no saber. Sentir fluencia
de la luz,
del azar aconteciendo
auroras por
las cimas y tendiendo
la
llamarada de la inteligencia.
Asir de las
mimosas la cadencia
tierna que
colman en tropel luciendo:
¡qué
sensual y lánguida latiendo
la
seducción del aire, su vivencia!
Aspirar,
existir transverberando
el acorde
sin tiempo, mientras miras
y quedas y
no sabes cómo y cuándo
las huellas
de las cosas que tú admiras
proclamarán
el límite: vibrando
su plenitud
la rosa en que suspiras.
Narzeo Antino
LA
INTIMIDAD. MÚSICA. LUZ TENUE. TU RECUERDO
La
intimidad. música. Luz tenue. Tu recuerdo.
El mar
viaja en la noche hasta mi cuarto sin ruido.
Alguien
toca el piano sobre mi alma tranquila.
El libro
que me ama se ha quedado dormido.
Agosto, ya
moreno, ha hecho las maletas
tan
desconsiderado que ni se ha despedido.
Pero las
noches, abiertas, son mías. En ellas
cuento mi
amor como cuento las gotas de un río.
¡Qué poca
soledad! La noche sola me toca
la piel, y
este papel, esta pluma, mi gemido
de paz en
el silencio de este cuarto tan lleno
de mar,
intimidad, noche sola de amor encendido.
AMANECERÁ
ESTA NOCHE SI LLEGAS
Amanecerá
esta noche si llegas.
La noche,
amor, en día florecida
si tu
llegas.
Tendrá que
amanecer de las estrellas,
del agua,
amor, del suelo, de tus ojos,
donde sea.
Será la
noche un sueño que se sueña
despierta.
Será tu alma luminosa
y abierta.
Será mi
despertar cuando tu vengas,
saldré por
fin del sueño de tu ausencia,
si tu
llegas.
Amaya Blanco García
CAMINA,
ENTRE LA MULTITUD
Camina,
entre la multitud ,
carmín
zigzagueante en las esquinas,
sacudiéndose
estrellas afiladas
en los ojos
ceniza del asfalto.
Coronas
infinitas de cuchillos
permanecen
suspensas en equilibrio inverso.
El cielo se
desangra de tardíos azules
donde
fluyen los ríos de sombras derramadas
que
arrastran huecos, falsas
pestañas,
limos negros y miradas oblicuas,
y no
distinguen ya sus pasos sinuosos,
su destello
rojizo, leve y último.
Rompe el
agua en los muros y los alt os pilares
de luz
extinta, encandilado ojo
del mar
araña el párpado desde la lejanía,
la lágrima
amarilla precipitándose mejilla abajo,
y estalla
el esqueleto de los barcos
la llama de
las telas, su reflejo
en el
rostro de piedra cuyas cuencas vacías
descubren
su ceguera de horizonte,
y se
ilumina el lienzo,
la
serpiente enroscada, el mar,
su piel de
alga.
Nieves Chillón
Foto de Francisco Acuyo |
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