REALIDAD Y POESÍA: LA INFORMACIÓN POÉTICA
LA manifiesta aleatoriedad (y no menos evidente transitoriedad) que el mundo ofrece a ojos del observador atento, parece imponer, de manera necesaria, una óptica de interpretación de la realidad que, diríase, aspira hacia un concepto de la misma que marque un sentido y una coherencia precisos; todo lo cual no hace sino declarar la imposición indefectible de unas determinadas leyes que codifican dichas observaciones para una interpretación al menos aproximada. Aquellas leyes codificadoras y su información deducible, se infieren a su vez de nuestra capacidad de percepción (sensorial y motora) así como de exégesis lógico racional. Así las cosas, todo lo colegido, derivado y aducido de ellas se dice que estará conformado merced a nuestra capacidad de entendimiento de la información que nos llega y que aprehendemos y consideramos como real.
En virtud de la capacidad de interpretación y comprensión de la realidad que podamos considerar, estaremos o no en condiciones de afrontar la inevitable pregunta sobre, si todo aquello que acaece y parece que es, en verdad responde a determinadas reglas que explican su causalidad; aunque también es lícito pensar que acaso nos encontremos ante una -aparente- manifestación aleatoria que no comporta la sujeción a los dictados deterministas que apuntábamos. Mas, ¿qué tiene que decir la poesía, si es que en verdad puede decir algo al respecto de una interpretación inteligible de la realidad?, o, ¿cómo interpreta el proceso causal, si este prevalece, en el mundo en el que estamos inmersos? Si apuntamos que estas no son interrogantes baladíes, somos conscientes de que no hay novedad alguna en ellas en territorios como la filosofía e incluso en la ciencia, puede que no sea muy habitual tratar de encontrar alguna luz a estas preguntas a través del campo de la poesía, sobre todo porque, considerada como género literario, así al menos lo justifican muchos estudios y estudiosos, que las más de las veces tratan de encuadrarla en el mero desarrollo de la ficción literaria, o cuando menos del fingimiento sentimental,[1] o también del sometimiento a la vida subjetiva e íntima del poeta, etcétera. No obstante, interrogar sobre el origen de la realidad (a través de explicaciones diversas: ex nihilo, materialistas, idealistas….), tiene a mi juicio no pocas conexiones con las interpelaciones sobre la génesis misma de los procesos creativos que, llevados al ámbito de la poesía –como poiesis, creación- igualmente se interrogan para el entendimiento de su origen, desarrollo y consecuencias. Iremos viendo que las explicaciones netamente reduccionistas no acaban (como ocurre en el ámbito científico) por clarificar todas las dudas que inevitablemente plantean.
Diremos que desde la óptica científica, se mantiene una constante de capital importancia para la aprehensión y el entendimiento de lo que la realidad sea, y se deduce a través de la característica iniciativa metodológica de la reducción de la complejidad a parámetros manejables racionalmente, o lo que es lo mismo, más simples (y elegantes) con los que dilucidar la realidad última, y todo esto según hipotéticos fundamentos explicativos variados que, al fin y a la postre, no pretenden otra cosa que la descripción de una teoría unificada del todo, especialmente en física; o bien encontrar respuesta en vertientes no positivas, como puede ser la vía explicativa filosófica y, por qué no, también religiosa, y entender que la verdad -o realidad- última se encuentra, a veces muy razonablemente descrita (teología) en un concepto de divinidad; en cualquier caso puede que, sin pensar siquiera, que nuestra idea del universo acaso no tiene por qué contrastar con lo que la realidad, en definitiva, sea.
Sin embargo, veremos que desde algunos peculiares dominios del saber que requieren la interacción social, como es la poesía y el arte, pueden encontrarse nociones de gran utilidad teórica como es, por ejemplo, la belleza (atención, no sólo aplicable como vía de orientación hacia la realidad, de la poesía y el arte, también es convencionalmente por la ciencia: en matemáticas o física, es habitual), que tendrán una importancia capital para el entendimiento de lo que la realidad conste activamente, o pueda potencialmente ser. En fin, nos parece que, especialmente desde el territorio de la cognición poética se encuentra una vía singular desde la que comprobar o cuestionar nuestra conciencia para el entendimiento de la realidad. ¿Puede ofrecer el discurso poético sendas y principios a través de los que encontrar una explicación coherente del todo? Hablaremos de este punto en la próxima entrada al respecto en este blog de Ancile.
Francisco Acuyo
Dificilillo de entender. Se agradeceria una sintesis aclaratoria para profanos en la materia.
ResponderEliminarUn acercamiento quirúrgico a la materia poética. Cuando uno lo lee pausadamente, va entendiendo los fundamentados puntos de vista. La poesía, para mí, que soy novato siempre, es como soñar la realidad a partir de la realidad particular visionada. Un gran abrazo, amigo.
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