lunes, 6 de agosto de 2012

MANUEL SALINAS, POETA INVITADO

Nos complace muy gratamente contar en nuestra estimada sección de Poetas invitados  del blog Ancile con Manuel Salinas, poeta, profesor, crítico y apreciado amigo. Nos honra con su presencia y da a su colaboración un acento especial pues, con gran generosidad nos ha ofrecido poemas inéditos para esta entrada que presentamos con grande alborozo. Además de la nota biográfica y de breve bibliografía nos regala una poética en verso que no tiene desperdicio adjunta al conjunto de poemas que reproducimos para la ocasión. Con todos vosotros Manuel Salinas y el enjundioso compendio de poemas en exclusiva para el blog Ancile.



MANUEL SALINAS, POETA INVITADO



Manuel Salinas, poeta invitado, Ancile




BIOBIBLIOGRAFÍA:




            Nació en Granada. Desde 1978 reside en Málaga. Es Doctor por la Universidad de Málaga, catedrático y poeta, sobre todo; pero también narrador, crítico y autor dramático. De entre su obra poética publicada destacan los libros  “Edelvira” (1975), “Los espejos fingidos” (1985),  “Esplendor de la tristeza“ (1984), Zulo de noviembre” (1988), etc.  Y las plaquettes “ Escribir la muerte”, “La soledad de que sabe una historia”, “Para que tú seas la noche”, etc.  Coherente y fiel con la propia escritura, con la propia voz, con un lenguaje rico, vivo, complejo y contradictorio.  Su poesía , como él mismo dice, es POESÍA DE LAS AFUERAS.
            Los poemas que se pueden leer más abajo son todos inéditos y pertenecen al libro “Despertar en Llamas”  en el que trabajó desde el 2008 hasta el 2011.



Manuel Salinas, poeta invitado, Ancile




POÉTICA





  AVENTURA Y LEYENDA


“ contemplando mucho tiempo cómo es el agua”
                                   Santa Teresa de Jesús.


La palabra es río
y se demora en el aire como un pájaro.

Aves y peces son de un mismo linaje,
pertenecen a lo hondo.

Ay,  y yo sólo miro el agua, el agua
que tiembla. El aire.

En las manos, el aire.





Manuel Salinas, poeta invitado, Ancile




POEMAS


1


SOLILOQUIO DE LA SOMBRA



            “Todo está permitido a aquél que sabe ser señor en todo, en todo artista y amo de sí mismo”
                                                                                                                                                                          Maquiavelo
  

    Tal es la malicia que me tiene que sólo desea quitarme la alegría de esos otros mundos que he visto alzándolos hasta los sueños, salvándolos de la noche donde se habían ahogado. Pues lo mío es cabalgar en lo oscuro, picar espuelas a contracorriente, emprender la hazaña que nos niega la voz que nos llama. Mira, que andar en las nubes es un destino. Mas cuida que, si bella es la verdad, también las mentiras sean bellas. Sé señor en todo. No ayunes en amores ni en derroches. Pide, que no te harte el descanso, que generosa sea la mudanza. Y de claro en claro, cree.
  Y que así te ayude Dios, pues de nada vale el saber en este antiguo oficio de caballería, que alivia la tristeza, socorre el dolor, consuela la desgracia, ampara en la tormenta.
   



2

LA PALABRA: EL FUEGO Y LA MÚSICA


        
                                                “Los poetas ignoran que es un dios quien habla por ellos”
                                                                                                                               Platón
                                                                                                                                                                           



Soy quien pervierte a las hijas del rey.  Soy
una dulce picadura, una nube, cualquier cosa.
Las embriago en la sombra con silencio de aljibe
o con un rumor de pozo, para que enjoyen
con blancas flores diminutas su frente
celeste. Me gusta verlas bailar a  mi alrededor,
girar bajo exultantes trinos como estrellas
de oro, y sentir que para su sed
toda la lluvia no basta. Así
late la luz. Así
acude la noche.
Tienen empapados de amatista los ojos
y oscuras alas de sirena y para que no me pierda,
me ofrecen entre derramada fruta otra vez el Paraíso.
Las amo, no ha de volver la mañana, las amo
tanto; son  los verdes caminos que tienden
alfombras del alma y en primavera,
a pesar de la nieve, saben alegres canciones
de cerezas y campos de cebada.
Tendremos mil hijos. No vivo en vano.




3

CARRO DE FUEGO.



                       “El poeta mira al mundo como un hombre mira a una mujer”.                                                                                                                            
                                                                                        W. Stevens.



Llévame a los cielos
envuelto en el fuego de las cosas que amas;
hospédame a solas en su corriente;
pídeme socorro con un perfume de flauta de espinas;
avívame, soy lumbre,
violeta sonora de un ático donde las niñas
se peinan con alondras y cantan.
Vuélame la noche, la tarde, el claro día.
Madúrame la casa de verde fruta.
Lléname de saltos de caballo el alma.
Llámame con sueños por mi nombre de poeta.
Coróname de migas de buen pan. Ampárame
y baila hermosa, mientras el mundo se hunde,
con un dulce violín en la solapa.
Regálame esa nube para gastarla juntos;
dime que sí. Dame la tinta, luz, agua: todo
lo que sea tuyo y tiemble de alegría
en los falsos oros de esta pavana
que la noche templa en los atardeceres con niebla.




4


EN ASSISI



                                                     Cuentan que una vez le preguntaron a Gide que quién le hubiera gustado ser y que respondió: yo mismo, pero logrado.



           Mira la torpeza de la alondra: quiere que el cielo sea estable. Así la fe consiste en ver lo que creemos. Toma mi jubón, mis calzas, mi camisa, donde desnuda brilla la verdad, nada se necesita. Viviré del aire, del soñar despierto. Sólo deseo ceñir un corazón que nunca admire la fuerza ni odie a los enemigos ni desprecie a los desdichados. Escribe con tiza la dulce señal de esta locura. Levanta en el pecho ese gozoso signo de pájaro que no regatea en el mercado ni usa medidas ni pesas ni balanzas, el vehemente afán de sentirse vivo, la ardiente razón por la que todo se toma la molestia de existir. Y déjame olvidado por el aire, revoloteando con este padrenuestro, mientras la tarde es una llama entre las florecillas de Assisi.



  
5

DOLOR


                                                       “... dolor, yo te conozco”.
                                                                                                               A. Machado.



Es tu dolor lo mejor de mi vida:

me duelen tus manos, como una fresca llamarada;
me duelen tus ojos, de su herida vengo.

Me dueles tú, yo te conozco:
escasa eternidad
               que ni llega ni se queda.

Y cuando deje de amarte,
qué raro fruto de frío será el mundo.

Es bueno que al dolor le duela algo,
que nada se repare,
       que llore y que se muera.

Es tu dolor esa llama que llamo;
es tu dolor el color de mi alma.

Me dueles tú, dolor, yo  te conozco,

yo sé de tu alta nieve, de la fiereza
donde se turba el agua.




 6

SOÑAR DESCALZO


“Nada de lo que realmente ocurre tiene algo de importancia”
Oscar Wilde.


                   Es Agosto, saciado de cielo,
                   lluvia de uvas que la llama arrecia
                   y es tu pelo donde el alma
                   cuando llegas, se enreda,
                   eternidad que en el tejado enciende
                   un azul panal de golondrinas.
Yo soñé contigo
con una rama de olivo en el pico.
Yo soñé contigo,
dorada zarpa de tigresa.
No hay puertas ni muros
ni agua perdida
sino cerrado cauce
que se desborda en tu boca.




7

MAÑANA DE RESURRECCIÓN




“Desayunados todos”
Cesar Vallejo.




Desayunados todos,
en el hombro ningún sueño duele
y la muerte a la muerte ahoga en la azul rosa de una taza.

Prodigio esta mermelada
donde dulce aguardaba lo lluvioso
y perdido en los verdes manteles

y donde, para ver el milagro,
los niños cruzan el jardín con una nube en el pecho,
hartos de pan mojado y rubias alas de cristal de Sèvres.

Ésta es La Casa;
               ésta es mi casa y sobra el café
               y es pecado la tristeza
junto a esa naranja
que de la primavera bajó al frutero.




                                                           Manuel Salinas




Manuel Salinas, poeta invitado, Ancile

3 comentarios:

  1. Querido Francisco: sin duda alguna, es una entrada de lujo. Manuel Salinas es uno de los poetas que realzan las letras hispanas y las honran. Es un gran placer su lectura.
    Gracias por este regalo.
    Un cordial saludo desde Miami.

    Jeniffer Moore
    Miami, FL. USA

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  2. Salinas, para mí, es uno de los más grandes poetas vivos que puedo leer. Acá me doy banquete con sus versos mágicos, rebuscadores de significados donde la gente común no los ve, descubridor de misterios que devela enriquecidos con nuevos misterios, o diría que puertas al infinito. Agradezco mucho esta presentación, pues Salinas es alguien muy modesto, sencillo, que vive con los pies en la tierra, pporque conoce la levedad de la vida, y el más allá lo deja a su obra magnífica. Un abrazo al poeta y al culpable de la fiesta poética, Acuyo.

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  3. Clara Martínez Mesa25 de julio de 2013, 4:59

    He descubierto a un poeta único, que evidentemente estaba ahí desde hacía décadas, pero escondido, como suelen estarlo los grandes maestros. Consuela, traduce la vida a su manera, que es la verdadera, y la hace apetecible. Y todo ello con las palabras exactas que los ojos que las leen necesitan.

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