Enlace al blog de La noche en blanco de Granada
Traemos a nuestro blog de La noche en blanco de Granada al poeta argentino Mauricio Escribano, en en cuya sección de Poesía para La noche en blanco de Granada ofrecemos una muestra de su poesía y algo de su trayectoria vital y poética.
EL POETA MAURICIO ESCRIBANO PARA LA ANTOLOGÍA DE LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA
Mauricio Escribano (Argentina. 1966). Nacido en la localidad bonaerense de Llavallol, los cercanos bosques de Santa Catalina y sus antiguas edificaciones de estilo escoses quedaron impresos en su infancia, junto al recuerdo de su abuela paterna, quien lo alentara hacia el arte. A los 14 años, su familia se traslada a la ciudad próxima de Lomas de Zamora. Una crisis termina con el matrimonio de sus padres y a los dieciséis años, abandona su hogar para comenzar a vivir por sus propios medios. Desde entonces no ha dejado de escribir poesía, fascinado desde los albores de su adolescencia por Edgar Allan Poe y Jorge Luís Borges. En su juventud, tuvo que realizar diversos trabajos para ganarse la vida y nunca tuvo morada fija. Sus primeros poemas fueron publicados en revistas literarias del underground porteño, Dieciséis whiskys y medio, La Mandrágora y Bs. As. Psyco. Las dificultades económicas sucesivas en su país, lo llevaron a relegar la poesía hasta el 2010, cuando atraído por el auge de los llamados Poetas de Facebook, volvió a publicar sus trabajos entre un grupo cada vez más grande de amigos y lectores.
Actualmente es el creador del grupo llamado Poetas De La Ostia, y entre sus influencias literarias se encuentran entre otros Roberto Themis Speroni, Alejandra Pizarnik, Oliverio Girondo, Pablo Neruda, Julio Cortázar y por supuesto Charles Boudelaire, Charles Bukowski y el resto de los poetas malditos.
SOLEDAD
No estás para nadie
y sin embargo
pones la mesa para dos.
No estás para nadie
pero tus ojos
tienen la puerta abierta,
y te desnudas por si acaso.
No estás para nadie
pero sientes que te tocan las paredes,
y que el vacío
se mete entre tus piernas.
No estás para nadie
y sin embargo quisieras poder
decir algo,
aunque sea llorar un nombre.
CAUTIVOS
Ardiendo en sortilegios
las lilas de tu piel caen
de rodillas.
Con los ojos dóciles
el dulce ruego de tu voz
dibuja en mi lengua
un extenso camino de sed.
Y celebran mis manos
el delirio que las suplica
debajo de tu blusa.
Sobre una cruz de fuego
caemos de las alturas.
Sudario de vientres feroces
en un vértigo de cornisas.
Y al derramarme azul
en el manar de tus sollozos
mareas de pájaros secretos
vuelan a mis pies,
cautivos de los tuyos.
TU CUADERNO AZUL
Un consentimiento de solsticios,
un ojo de luz
recorriendo madrugadas,
una orquídea que se declara sola
y besa su propia boca.
Cada esquina tiene tu Aleph,
en cada milimétrica molécula de aire
te suspiro,
cada brillo como de aluminio
graba tu nombre en mis pupilas.
Y puedo tocar la intemperie
de tu lengua lamiendo las vidrieras,
ese perfume a libros,
a zapatos de charol,
a espuma de leche y chocolate amargo
calentándonos las manos.
Ya no quiero ser el viento
que poema los espejos,
ni la lluvia que llora en las ventanas;
vuelca este otoño en tu diario de amor,
tómame entero, por favor,
no dejes nada.
SIN TÍTULO
Un lento de nubes grises
de luces en la noche
de calles que se pasean solas
bajo mis ruedas
mil ventanas a todas partes
destellos, crisantemos tirados
en una estación de gasolina
febril desolación con los hombros hacia atrás
la espalda tatuada para el beso de los hipopótamos
que se bañan en la luna
y yo que no encuentro palabras que decirle
para no perderla
nunca supe acercarme a una amapola,
de mi boca no salen peces ni golondrinas
sino un silencio de murciélagos
dormidos en su cueva,
mi voz no pronuncia mi estremecimiento
no va y toca con el verbo el labio
la mirada, el taco, el vestido,
ni el perfume del suplicio,
y comienza un temporal en mis ganas abiertas
un lento de nubes grises,
de luces en la noche,
de calles que se pasean solas
bajo mis ruedas.
Mauricio Escribano (Argentina)
Poemas inéditos
Enhorabuena, me place mucho ver acá, en este lugar selecto del arte, al amigo y poeta Escribano, haciendo honor a su apellido, escribiendo con esa pluma adolorida por la propia existencia. Gracias, Acuyo, por esta entrega. Un abrazo.
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