Rescatamos del blog de La noche en blanco de Granada la entrada con los poemas de la poeta de Sofía (Bulgaría) Zhivka Baltadzhieva, acompañada de una breve reseña biobibliográfica.
Enlace al blog de La noche en blanco de Granada
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Traemos a nuestro blog de La noche en blanco de Granada a la poeta búlgara Zhivka Baltadzhieva, ofreciéndonos poemas de su producción literaria en español para la sección de Poesía para La noche en blanco de Granada
ZHIVKA BALTADZHIEVA,
POETA PARA LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA
ZHIVKA BALTADZHIEVA
1947, Sofia, Bulgaria
Baltadzhieva es una poeta búlgara bilingüe (búlgaro-español), afincada en Madrid desde el año 1990. Es Doctora en Filología Eslava y Lingüística Indoeuropea y ha trabajado como profesora en la Universidad Complutense casi dos décadas.
Es autora de varios libros de poesía. Entre otros: FUGA A LO REAL / БЯГСТВО В РЕАЛНОСТТА edición bilingüe, Colección Hecho en Lavapies, Amargord Ediciones, Madrid, 2012 (2ª edición 2013); OVIDIO MIRA EL DANUBIO en OJOSDEPAPEL.COM http://www.ojosdepapel.com/Index.aspx?article=4712, 2013
SOL/ СЛЪНЦЕ Edición bilingüe, Carmina in minima re, coleción dirigida por Albert Lázaro-Tinaut, Barcelona, 2012; НИКОГА. ДРУГИ СТИХОВЕ /NUNCA. OTROS POEMAS/, Zhanet – 45, Plovdiv, 2009: БЕЗРОДНИ МИТОЛОГИИ, /MITOLOGÏAS APÁTRIDAS/, Próxima RP, Sofia, 2007: ДНЕВНО ОСВЕТЛЕНИЕ /ILUMINACIÓN DIURNA/, Narodna Mladezh, Sofia,1982; СЛЪНЧЕВО СПЛИТАНЕ /PLEXO SOLAR/, Narodna Mladezh, Sofia, 1971.
Sus poemas han sido incluidos en importantes antologías de la poesía búlgara y la poesía universal actual, o en libros monográficos editados en Europa, Asia y América.
Ha traducido de búlgaro a español y de español al búlgaro obras de autores relevantes de las dos literaturas. Como a Hristo Botev, Blaga Dimitrova, Antón Donchev, o Federico García Lorca.
También ha publicado ensayo y artículos de investigación en revistas especializadas y libros monográficos.
FEDERICO GARCÍA LORCA
No esclarece la Luna,
ni tiene lazo para el arbolillo,
ni yunque para la voz.
Algo se esboza, algo se aleja. Libre.
No absuelve, no castiga, no juzga,
no aconseja mi mundo.
Junto con todo
las naranjas ruedan cuesta arriba,
la sangre de los ríos echa raíces, el acero se derrama,
se apagan los abrazos y las luciérnagas se sofocan
en su propia llama.
Algo recorre. Algo arrastra.
No deja en ridículo, no ruega, no clama,
no pone precio al bien.
Como sí en la noche de todo
asciende Scheherezade
y en su seno acoge
la cabeza del tiempo frustrado.
En su seno sin historia,
sólo eterna ternura.
Algo se apaga. Algo despierta. Lejos.
No obsequia, no priva,
ama, sólo ama.
Ama.
©Zhivka Baltadzhieva, Sofia, Bulgaria
©Fuga a lo Real, Amargord Ediciones, Madrid, 2012, 2ª edición, 2013
ANTEPRIMAVERA
No sé yo misma esta noche
lo lejos que me hallo. Impronunciados brotes parten
la piel del frío
con filo blanquecino de ternura.
Y reconozco todo mío en la lejanía que viene
sin estremecerme. Sin apartar ni un instante la mirada.
No busco ya en otra parte alguien para hablarle.
Podrá caer una mañana cualquiera.
Me basta con sentir la uña
del pájaro inaudible
agarrada a la intemperie y lo ignoto.
© Zhivka Baltadzhieva, Sofia, Bulgaria
© Zhivka Baltadzhieva, Fuga a lo Real, Amargord Ediciones, Madrid, 2012, 2ª edición, 2013
ORILLA
¿Acaso es verdad Granada? Granada con sus alas
de saliva, cal y canto. Con sus cipreses insonoros,
sin movimiento. Volátil rosa
de innumerables labios que nos susurran
el alba y el drama y la sensual y parca nada. Raptado
por constelaciones infinitas, el grito del jardín de Tamarit
abrasa todo.Los mundos fluyen. Manan
verdes Lunas. Y se repiten
como si plegaria. Como latido
de enorme corazón. Inmenso llanto. Como Granada,
que impávida rueda en los rápidos
de mi sentimiento. Granada, pálida, enajenada,
a las orillas del temblor y de la muerte,
y del amor que bruscamente brota
en el refrán opaco de la noche.
©Zhivka Baltadzhieva, Sofia, Bulgaria, inédito
CRESCENDO
Yo viajaba. Los museos de la vida
en un suspiro ojeé. Doblaron las rodillas mis sentidos.
Las guías Michelín ofrecen todo, ofrecen todo sin condiciones. Lo bello,
la esencia y la grandeza, la gloria,
la decadencia. Vuela en las ventanillas Weimar. Y Waterloo.
¡Qué césped esmeralda! Pompeya, el volcán
de la belleza, no del drama. Venecia… ¿Qué
no se nos ofrece?
A Delfos llegaremos, a Pitia, a Isla Negra, Tzárskoe seló
e Hiroshima, a Tiananmen, Perperikón, Manhattan…
Y arderán viñedos en Arlés, Granada
quemará los negativos…
Yo viajaba.
También el tiempo. Y otros estrechaban su cintura
y respiraban el ozono de sus rizos, la sal de sus axilas les quemaba. Sus alas
quebrantaban las gargantas de días de ternura y de plomo.
Y se volvían piedras al instante los blancos kleenex,
empapados de su sangre. Y las heridas se cernían mudas.
Espacio y tiempo, vida, dudas, muerte, cruzaba yo como un neutrino.
Y cada vez más lejos y más lejos, más lejos y más lejos me sentía.
Si pudiera retornar. Si pudiera.
Ya hace tiempo como si fuese un área de terremoto, el grito agrieta
mis adentros. Probablemente habla
el abismo.
¿Pero y quién me podrá decir? Este poema
debe ser ajeno. A mí,
a ti, a sí.
Ajeno.
©Zhivka Baltadzhieva, Sofia, Bulgaria
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