lunes, 18 de noviembre de 2013

ENTRE EL TIEMPO Y EL SENTIDO POÉTICOS

Continuamos con las entradas dedicadas al ensayo El tiempo poético, centrado en el capítulo Lo racional inconsciente, esta vez con el titulado Entre el tiempo y el sentido poéticos.



Entre el tiempo y el sentido poéticos, Francisco Acuyo, Ancile




ENTRE EL TIEMPO Y EL SENTIDO POÉTICOS








      NO ES DESDE LUEGO asunto que pueda estimarse como novedoso advertir, digo, que la poesía, como el mito, son fenómenos que trascienden el lenguaje;  como tampoco la deducción nada original de la temporalidad de artes tales como la música, la danza y la poesía misma y que esta relación pueda servirnos para analizar brevemente las características temporales de aquella (de la poesía). En este sentido último volvemos a encontrar analogías ciertas entre el mito y la poesía en tanto que ambos se sitúan un paso más allá del mismo lenguaje, y desde donde también podemos estimar las afinidades con la música: deducidas desde las mismas unidades (equivalentes)  de estructuración verbal de los poemas y  desde donde, además, situarnos para observar ejemplarmente como la significación (el sentido) está intrínseca y estrictamente unida al sonido, por lo que tiene una singular equivalencia a un decir último, irrevocable, que hará que la interpretación del poema no sea posible realizar a no ser desde el poema mismo, y donde la traducibilidad de aquel resulta a todas luces imposible, pues se diría que intenta fluir en aquellos parámetros donde fluyen, perviven y subsisten los signos de la música.

      Si la plenitud del lenguaje se alcanza con el verso, no es menos cierto que debido a ese culmen alcanzado, y tantas veces insondable al especialista (nos referimos también a las entidades extralingüísticas que naturalmente exceden los límites de la poética y de la lingüística general)  nos ofrecen el poema como algo que cesa como lenguaje para ser más allá del sentido mismo que aquel ofrece.

      Que la música (como el mito) necesitan de una dimensión temporal para manifestarse, es algo que parece hoy mucho más claro gracias a las reflexiones metodológicas de Levy-Strauss, y al ofrecernos a través de ellas su peculiar relación con dicha temporalidad. Nos parece, con Octavio Paz,  también cierto que su interacción es curiosa y compleja en tanto que la afirmación del tiempo se hace para negarlo; pero nosotros quisiéramos hacer una más puntual apreciación, sobre todo en lo que el tiempo al fenómeno poético le relaciona, aun sabiendo que Strauss hacía esta apreciación de forma exclusiva con la música, pero no con la poesía.

      Consideramos nosotros que la poesía se vierte como un fenómeno en el que se alterna lo diacrónico con lo sincrónico: como la música, se diría que inmoviliza al tiempo que transcurre:  lengua y habla, estructura atemporal y tiempo irreversible de la elocución».  Aun aceptando que el tiempo del poema sea cronométrico y que sea partícipe de un tiempo sin movimiento  que es la negación de la sucesión, es para nosotros, no tanto una negación del tiempo, como una aprehensión del mismo como un eterno
Entre el tiempo y el sentido poéticos, Francisco Acuyo, Ancile
presente.

      Será por tanto el poema en la creación (o lectura), no tanto tiempo que, como en el mito, regresa (y por el cual no todos los mitos son poemas pero, en este sentido, todos los poemas son mitos),  sino el tiempo que, como ser inmutable, se vive en un incesante presente. Así si podemos explicar la fluidez de un tiempo que es sólo cuando se sitúa para siempre fuera del transcurrir para después o antes de sí mismo.

      El arte del tiempo poético se asemeja al del mito en la utilización de mecanismos métricos y procedimientos retóricos, también en que la materia misma de los mitos es muchas veces la de la poesía, así vemos recurrencias, paralelismos, asociaciones, equivalencias varias y, sobre todo, el principio ecuacional dentro de la secuencia  que la caracteriza. Si el interés del mito es palpitante  en orden a las respuestas de orden fisiológico y psíquico que provocan, será en orden a una análoga dialéctica de la sorpresa: se sucede entre lo esperado y lo inesperado y su acaso nunca suficientemente ponderada valoración.         

Debería ser claro a la altura de nuestra exposición que la ambigüedad será la singularidad más radical y distintiva de la poesía, pues la sitúa en contacto estrecho con otras artes, estableciéndola como propiedad de verdadera expresión artística, y que ofrece una curiosa relación de oposición simétrica con la matemática: en poesía, los significados se ofrecen múltiples y los signos que la representan, inamovibles; en matemática, los signos serán mudables, aunque el significado, unívoco. También debemos reconocer que, tanto los mitos como los poemas, así como la propia expresión matemática (ecuaciones) en su simbología lógica, sus unidades operan como sistemas de equivalencias.  y se asemejan en que se corresponden en este punto con aquellas unidades mínimas del poema (frase poética) en que son siempre mayores que las del discurso mismo que constituyen.


Francisco Acuyo



Entre el tiempo y el sentido poéticos, Francisco Acuyo, Ancile


1 comentario:

  1. Con mi escasa artillería en estas profundidades analíticas del fenómeno poético tan emparentado con la música y la mística, a las que , según mi lega opinión sobrepasa, no puedo menos que suscribir todo lo acá expresado magníficamente. Me adhiero a ese concepto de la musicalidad en la poesía, porque además de concepto, de fascinante sugerencia, es reino del sonido, que la refuerza, la apuntala y viste elegantemente. Bueno, nada más digo, porque me veo forzado a releer, amigo mío. Un abrazo agradecido.

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