Para la sección, De juicios paradojas y apotegmas, del blog Ancile, y siguiendo con la cuestión del ámbito singular en el que se mueve la poesía cuyo ejercicio (casi extraliterario en muchas ocasiones) trae nuevas y cuando menos curiosas reflexiones. En este caso llega bajo el título: Poesía: un vasto dominio.
POESÍA: UN VASTO DOMINIO
La sentida nostalgia -decíamos en anterior entrada- aristotélica
de la fábula[1], y su exposición de lo poético literario bajo el desarrollo en la
obra "del planteamiento, del nudo y del
desenlace "como punto esencial en la comprensión
literaria - aquí preferentemente referida a la Poesía - y dándole basamento en
valores de la tradición, muy siglo XIX, véase Espronceda (al que profeso una devoción siempre comedida), no aduce, sin embargo, a la impronta decisiva de pura
renovación poética dentro del mismo siglo que supuso Bécquer. quien habría de marcar influencia grave en otros muchos
poetas; así como vías de entendimiento del fenómeno poético muy singulares en autores de
tanta influencia Rubén Darío y Juan Ramón Jiménez. Esta referencia recién
remitida es constatable de ser trasladada a la
excelsitud de nuestro Romancero y Cancionero Tradicional. Y es que la vivencia
del sentimiento íntimo no necesita
corresponderse necesariamente a contenido anecdótico de esta o aquella
historia, y es que parece
no haberse distinguido de la declamación periclitada, para satisfacción
teatral y sensiblera de algunos círculos que se desamparan de las perdurables
fuentes de la verdadera Poesía.
Miren no mis razones. Las del eminente Ramón Menéndez Pidal[2], serán sin duda menos discutibles que las mías.
Los romances españoles
modernos, por lo común
encierran, aunque con brevedad un asunto completo: El
nudo del interés dramático va seguido de un desenlace. Pero al hojear el S.XVI
nos sorprende la gran abundancia de asuntos inacabados.... olvido, descuido...
Bien se entiende que el S.XVI las versiones truncas fuesen tenidas por
defectuosas.... no hubieren hallado tan fácil y frecuente acogida en los "
Romanceros ", pues estos se publicaban para, recreo del público, no para
estudio de los eruditos y arqueólogos, y esta observación se comprueba al
comparar la belleza de esas versiones fragmentarias con otras que tienen un
final completo, pues fácilmente se echa de ver que el fragmentario es
más hermoso que el todo.
Cabe
ahora preguntarse por qué esta vuelta al dogmatismo de la anécdota. Trataremos
de contestar a esta interrogante en otro post de esta sección breve de nuestro
(vuestro) blog Ancile.
Francisco Acuyo
[1]
Acuyo, F.: Ancile, Ámbitos poéticos: http://franciscoacuyo.blogspot.com.es/2017/09/para-la-seccion-de-juicios-paradojas-y.html
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