Para la sección, De la métrica celeste, del blog Ancile, ofrecemos un fragmento de la totalidad dedicada al desvío de la norma métrica, y que lleva por título, Complementariedad métrica.
COMPLEMENTARIEDAD MÉTRICA (FRAGMENTO)
Es
en verdad algo notable constatar que el principio de complementariedad[1]
-que fundamenta el funcionamiento de lo orgánico (vivo) y es especialmente apropiado al discurso de la
poesía-, sea capaz de aunar, en el gran poema, el dinamismo, fluidez, complejidad
y vida de sus contenidos con la operación de registro o contabilidad que
conforma su estructura métrica. Vida y número remiten al movimiento o flujo
simbólico en la vida (y la muerte, esta entendida como fin de lo conocido y vía
para la expresión de lo nuevo) que caracteriza la poesía. Que el flujo vital,
continuo del organismo poético se vea complementado necesariamente con el
número es algo en verdad prodigioso, y somos testigos de ello cuando entendemos
la compleja (y fantástica) relación entre ambos, porque en muchas ocasiones es
tanto el contento como la admiración de pensar de dónde podía venir aquella
armónica y expresiva complicidad.
En
la rareza del desvío constamos la conversión (metastophé) en la que está implicada la totalidad del poema, sostenida
por la unidad del verso que, como reflejo singular del vórtice, tantas veces
atropellado de su origen y posterior existencia, viene a reflejarse en lo más
íntimo de sus estructuras. De la semilla de la invariancia y la fijeza numérica
que se supone constituye la estructura métrica del verso, surge la paradoja de
su modificación –que no puesta en duda-, y coloca en extraña tesitura su propia
taxis estructural en muy determinados
casos; estos son los que exponen momentos del verso que parece no mantenerse sujetos
a la rigidez numérica, y en cuyo supuesto errar se manifiesta la ambigüedad
esencial que caracteriza el desvío métrico.
La
representación numérico cuantificadora al uso métrico habitual –véase el caso
en matemáticas con la aparición de los números irracionales- (y en lingüística,
con el uso desviado de la norma) no es que no sea posible, es que, en
ocasiones, gracias a aquél puede adaptarse más óptimamente a la ocasión
señalada o incluso mejorarse. La analogía que se pretende significar es de
carácter complejo y dinámico y se extiende a ámbitos que pueden ir desde el
cómputo –calculo- métrico-matemático, hacia dominios que lo exceden y que
pretenden de algún modo adaptarse, dominios decimos como el emocional, el mítico,
el trascendente… y que necesitan, no obstante, de una aproximación representativa
lo más exacta, o lo que igual, lo más expresiva posible y riquísima por todo
extremo de significados.
Si
la métrica poética sigue las directrices del cálculo que proponen la
pertenencia a secuencias (tipo de versos, de ritmos métricos, de acentos…)
recursivamente numerables, no deben entenderse aquellas como un corpus preceptivo de normas rígidas para
un fin exclusivo taxonómico y descriptivo de sus estructuras. Tratan en
realidad de proponer los útiles idóneos para adecuarse a la dinámica viva de la
poesía que, como tal, ha de adaptarse a la sustancialidad que es propia de su
naturaleza, y donde en algunos casos suceden momentos de grande expresividad y excelente
admiración representativa. Es preciso reconocer que la invariabilidad –métrica- ha de superarse algunas
veces para navegar por el muchas veces proceloso mundo de representaciones de
la vida y de la existencia, sobre todo del que se maneja en este ámbito con
fines estético, éticos y expresivos, si es que quiere en verdad entender, atender e integrar(se) en aquellas
de forma congruente y profundamente creativa, que son las que construyen y
mueven la poesía. [...]
Francisco Acuyo
[1]
Entendemos como complementariedad referida, en principio, al verso, y después
al poema, a la capacidad del discurso poético para completar y equilibrar los
supuestos elementos que faltan con otros que equilibren el defecto. Así,
podemos constatar, por ejemplo, que cuando hay una carencia de acentos, se
suple expresivamente con el sentido o significado del poema, o cuando se
colocan dichos acentos en lugares que no son los habituales del tipo de verso,
para genera más énfasis expresivo. Véase para esta cuestión las casuísticas
traídas para la ocasión en este conjunto métrico o en Fundamentos de la
proporción en lo diverso, nota 1.
No hay comentarios:
Publicar un comentario