martes, 21 de junio de 2022

LA CANTIDAD MEDIBLE Y EL ENTENDIMIENTO DE LA REALIDAD

Para la sección de Ciencia del blog Ancile, traemos un nuevo post que lleva por título: La cantidad medible y el entendimiento de la realidad, para seguir con anteriores reflexiones sobre la naturaleza de la realidad.


LA CANTIDAD MEDIBLE

 Y EL ENTENDIMIENTO DE LA REALIDAD


 



En tiempos donde la verdad de lo que presuponemos real reside únicamente en el factor contable, y cuyas cantidades se expresan y entienden como el exclusivo lenguaje del verdadero conocimiento, no obstante, parece no concluir o satisfacer las necesidades del espíritu del que indaga con el celo suficiente para satisfacer su afán, más profundo, más genuino de significados y de entendimiento. Así puede decirse que en esta inquietud tiene su origen este nuevo espacio de reflexión que ofrecemos en este lugar de cavilación y advertencia.

                En otros momentos y espacios de este soporte hubimos de cuestionar los conceptos y presupuestos convencionales de la materia misma, fundamento de todo conocimiento científico, cuyo basamento primordial serán las estructuras abstractas de la matemática y de la misma física. Que dichos fundamentos sean estructurados y explanados desde la abstracción no deja de resultar paradójico, en tanto que será la conciencia, la mente, la(s) que en definitiva den fe de vida a través de sus datos estadísticos y contables de los supuestos objetos que se sitúan fuera de la conciencia misma.

                Se nos dice que la ciencia, sin embargo, funciona a la perfección para la descripción y medida del mundo, que se nos ofrece como algo exclusivo e independiente de la conciencia misma, abstracta, que mide y estructura en modelos matemáticos y físicos para su comprensión y correcta medición, cuyos datos, decimos,  son fundamentales para la comprensión de lo que la realidad (¿objetiva?) natural sea.

                En cualquier caso, conceptos como espacio y tiempo, básicos para el entendimiento de lo que sea la realidad medible del universo, parecen (el mismo Kant así lo argüía), no son en modo alguno un efecto especular (reflejo) seguro de lo que existe en la propia realidad, son más bien tamices, membranas cognitivas, que cuelan o filtran muy parcialmente lo que podemos o no conocer. El experimento científico cuántico nos lleva, así, a cuestionar nociones básicas y convencionales como el espacio, el tiempo y la causalidad misma. Y todo porque la materia ofrece en su expresión más íntima una realidad que nos hace cuestionar lo que la materia sea, en tanto que diríase que esta puede ser cualquier cosa menos material.

                Entonces, visto lo anteriormente expuesto, ¿por qué restringimos o reducimos todo al ámbito espacio temporal? Acaso para poder tener unos parámetros contables mediante los que medir lo que supuestamente sea la materia como estructura de la realidad organizada estadísticamente, donde el sentido y los significados no tiene ninguna relevancia.

                Este reduccionismo es muy gráfico en lo que estimamos como realidad humana que, como todos creemos saber, es una entidad material biológica estructurada a través del ADN, módulos cognitivos, masa cerebral, neuronas, sinapsis o señales eléctricas, etc… que serán, en definitiva, el origen del fenómeno más extraño inmaterial, la conciencia.

                En verdad que cuando tratamos de expresar mediante nuestras herramientas lingüísticas la realidad del mundo, encontramos no pocas dificultades para entender cómo es posible, no ya que reconozcamos la realidad a través de las diversas computaciones y cálculos de la más diversa índole, sino que no nos interroguemos sobre la funcionalidad de aquél adminículo fundamental mediante el que contamos y con el que podemos hacer muchas más cosas, claro esta que es la conciencia y su enigmática naturaleza.

                El positivismo empírico racional ha impuesto sus directrices de interpretación en datos, datos sensoriales cuantificables que se imponen linealmente en los parámetros de la triunfante ciencia contable moderna.

La cuestión ha debatir será, si en verdad estamos ante una herejía para la supuesta infalibilidad de la ciencia si planteamos tan sólo la intención de explicar algo material y no tan claramente material como la conciencia, fuera de los parámetros de la estadística y la medición reduccionista de la materia, olvidándonos que esta contabilidad pretende ante todo ofrecer una realidad pragmática que, no tiene por qué ser exacta o exhaustiva, que sitúan a la conciencia (como herramienta de interpretación estructural y estadística) al margen de los parámetros contables fundamentales como son el espacio y el tiempo.

De todo ello trataremos de dar cuenta con más detalle en el siguiente post del blog Ancile.

 

 

Francisco Acuyo

               



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