lunes, 12 de agosto de 2013

LA POETA ÁNGELA ARANDA, EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA

Recogemos la nueva entrada del blog de La noche en blanco de Granada, para su sección de Poesía para la noche en blanco de Granada, en esta ocasión con la poeta madrileña, Ángela Aranda.
Enlace al blog de La noche en blanco de Granada


Hoy le toca turno en el blog de La noche en blanco de Granada, a la poeta madrileña Ángela Aranda, que se incorporará también a la antología "La luna en verso" que se editará con motivo de dicho evento. He aquí una breve muestra de sus versos y una semblanza personal








LA POETA ÁNGELA ARANDA, 
EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA







Ángela C. Aranda C. nace en Madrid, en la primavera de 1969.  Su pasión por la lectura comienza a temprana edad así, como su admiración por la belleza, en toda forma y expresión.
La poesía le ha enseñado a detenerse, a contemplar y a querer dibujar los latidos de su mundo a través del lenguaje. Sus letras pretenden adentrarse en esa solitaria multitud en la que habitan los valientes o los locos o los soñadores.
Publica su primer poemario “Versos Inconexos”  en Julio de 2012, que nace desde la necesidad de crear una pequeña ventana a una realidad alternativa. La necesidad de derramar el sin sentido cotidiano y redecorarlo con la belleza del lenguaje. A veces, nace desde la herida, desde ese llanto preñado de tristeza que llueve sobre las calles de nuestros días. Otras veces se recrea en la visión ilusionada de posibles imposibles…
Colabora habitualmente con la Revista digital “Soy mujer”, con la revista de ámbito local “Camarus” y el periódico “La Plaza de “.  Gestiona el blog  “Atardecer de letras” y recientemente ha prologado el poemario “Saboreando silencios” de la poeta Mar Blanco.
Esta “juntaletras” aún no sabe si lo que escribe es poesía, pero si las letras soñasen…ese sería su destino.




POEMAS

1.-
En el silencio de la noche, las brumas de tu boca se acercan a llorar sobre la piel.
Yo sé de ti. Sé de esa soledad de labios que convoca en la sombra a las fisuras. Sé del sabor de la sangre en una pequeña gota de lluvia.
Sé de la hecatombe que produce el  ensordecedor ruido de la nada. Se de los cristales rotos en un rincón adulterado de lo que ayer fue una mirada, mientras se suicidan los sueños con las primeras luces del alba.
Yo sé, de esa líquida tristeza que empaña los pasos y quiebra las huellas del alma. Sé de ti. Sé lo que es abrazarse al íntimo silencio cuando ya solo queda el destello, de una memoria cansada.


2.-
Siempre ando a un paso de mí.
A un paso de encontrarme,
a un paso de quererme,
a un paso de abrazarme a la vida,
a la muerte, a la risa, a lo inerte.
A un paso de ser y sentir.
Siempre ando a un paso de hallar la mentira soterrada en el hangar de la memoria.
A un paso de arrancar la raíz de la tristeza subyugada en la conciencia subjetiva de una niña y su derrota.
A un paso de mí.
A un casi…casi llego, casi voy, casi soy…
Siempre ando a un paso de mi.


3.-
¿Me dolerán tus labios heridos de vida?
¿Me dolerán tus manos sobre mi piel erguida?
¿Me dolerá tu boca, mordiendo la noche, sobre la boca mía?
Duéleme…Duéleme toda.
¡Que quiero sentir como me matas de vida!
Duéleme mientras me miras,
mientras desnudas mi alma
con esa tierna sonrisa.
Duéleme mientras caminas,
sobre mi carne descalza,
sobre mi piel descosida
Duéleme ¡Duéleme toda!
Despacio. No tengas prisa.
Siembra con tu piel mi vientre,
de jazmines en la brisa.
Haz que mi pecho se estrelle
entre tus manos tardías.
Haz que este fuego se eleve
hasta incendiar mis pupilas.
¡Duéleme! ¡Duéleme toda!
Qué en tu piel quiero sentir
¡cómo me mata la vida!




4.-
Valiente corazón, no te desmayes,
no frunzas esta hora con recelo.
No guardes el rencor en tus desvanes,
ni acojas en tus manos el gran miedo.
Vivir es otra cosa, tú lo sabes,
ahueca ya las alas y ¡sé viento!
recoge la belleza del paisaje
y vuelve y sé la luz, aquí en mi pecho.
Valiente corazón, haz el viaje,
relame cada lágrima del tiempo,
escribe en cada gota de tu sangre,
los verbos, los aromas, los momentos.
No hay cárceles de piel para atraparte,
no hay noche que no acabe amaneciendo
ni herida tan profunda que no sane
¡no dejes de sentir! ¡alza ya el vuelo!



                                                                  Ángela Aranda








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