Nos complace muy gratamente retomar la sección de Poetas invitados del blog Ancile, al poeta de Burbáguena (Teruel) Enrique Villagrasa, quien a tenido a bien regalarnos con sus espléndidos poemas en este nuevo post que ahora presentamos, entre ellos varios inéditos como primicia.
ENRIQUE VILLAGRASA,
EN POETAS INVITADOS DEL BLOG ANCILE
BREVE BIOBIBLIOGRAFÍA.-
Enrique Villagrasa González nació
en Burbáguena (Teruel), en 1957. En la actualidad reside en Tarragona.
Periodista y lector de poesía. Ha sido
incluido en varias antologías y traducidos algunos de sus poemas a otros
idiomas: al árabe por
Khalid Amraniy; al francés por Belén Juárez y por Geneviève Baudry; al
italiano por Emilio Coco; al húngaro, por Szijj Mária; al inglés por Rosa
Lafuente; al ruso por Tatiana Mamaeva; al chino por Huaping Han; al rumano
por Elena Liliana
Popescu; al croata por Željka
Lovrenčić; y al portugués por João
Rasteiro. Colabora
como crítico en periódicos y revistas literarias. Su última publicación es Lectura del mundo (2014), al que
pertenecen los poemas que no se cita procedencia.
POÉTICA
Necesidad de
crear
una poesía
otra,
en la
fragmentación
del verso.
Exilio
desnudo y
ágil.
Tiempo ido
resulta ser
cifra:
ángel o
duende.
Nada: suma de
todo
lo no escrito.
POEMAS
AZUL Y YEGUAS
Boceto, trazo,
azul grafía,
pensamientos
frente al Aneto.
Color impregna
la voz
de Manuel
Bruna y Chicho
ladera tras
ladera atenta,
monte arriba y
piedras vivas:
las esperadas
yeguas no están,
se han corrido
dos montes.
Pirineos en
silencio sonoro,
tras sonoridad
ida, agostada,
al fondo un
relincho tras otro.
Las montañas y
vaguadas de
Unha y
Bagergue desafían:
la cabaña del
pastor espera.
Las bellas
yeguas y sus potros
hermosos, con
el semental altivo,
monte abajo,
parda grafía gris
al trote del
grito conductor.
Polvo y tinta,
el calor
de la
escritura, su voz.
El gesto
amigo. La sal.
(de Mudanzas
de la voz)
EL POETA EN SU
MESA
El sendero
entre el verso y el poema
permanece por
dictar, cual página
extraña, no en
blanco, que se balancea
entre la luz y
tu sombra. Ausencia de gestos.
No eres de
aquí y marchaste de Burbáguena.
Sin pasado, ni
presente, ni futuro alguno.
Tan solo un
desconocido por descubrir.
La palabra
otra leo. Espero que germine.
Sé que tu
fuego calienta otro hogar.
Ya no soy yo,
ni soy otro. Marcharé de nuevo
por la noche,
sin ser visto. Seré Nadie.
Soy extraño en
mi tierra. ¡Forastero!, gritán
cuando me
llaman. Argos hace tiempo murió.
Rostros
encuentra el poeta en su mesa.
EN BURBÁGUENA
El poeta
dibuja su entrada en el poema,
el umbral por
el que accede al verso;
y al dintel
infinito trata de acercarse
a través de la
palabra no dicha,
del silencio
sido. Muerte y vida: origen,
infancia en
Burbáguena, camino de la viña.
¡Todo es un
juego! Balbuceo del ser
en la página
no escrita. ¡Vuelvo a ser niño!
Tu madre coge
rojas cerezas y recreas
la creación
artística del mundo. Y bebes
del recuerdo.
Capta el momento el iPhone.
EN EL POEMA
La memoria del
verso
es la voz de
la poesía.
A ella le es
dada la palabra.
Oculta el
espejo su mirada
y descubre la
fascinación
del enigma.
El poeta es
expulsado
por su
escritura.
No teme a
Platón.
E=MC2
Es posible una
poesía de silencios
como es
posible la física de partículas.
La poesía
puede ser el líquido transparente
que lo llene
todo. Navega libre el porqué.
Los arcanos
habitan todos los versos.
Las partículas
tienen masa, no color
y el campo
electropoético produce olas.
Y todo son
veloces bosones de Higgs.
La palabra
escrita es moldeada por el lector.
Pero, todo
tiene un significado errante.
La poesía es
la magnitud que nos descubre.
La belleza del
poema es igual a sus versos
multiplicados
por la velocidad de la luz
al cuadrado:
el poeta Einstein podría decir.
VELOZ VERSO: FRANKEL
La página vacía acoge al veloz verso.
Tradición e interpretación errante tras de sí,
tras el surco de la palabra en el espejo:
única encarnación de la imagen individual,
cual ejercicio de recreación, íntimo y singular.
¿Qué poema no brota de la necesidad?:
el poeta sabe que corre en la noche oscura,
también sabe que el día claro existe
y confía en que cuando esté en la pista
sabrá reconocerla, ganarla, cual Frankel.
El lector tiene catorce infinitas caras.
Toda carrera es el texto más absoluto.
El escritor confía(do), reescribe la senda.
¿Brilla el sol: misterio (in)finito, tal vez?
BOCETO
¿Hasta qué
punto es poema el poema
si el verso es
sometido
a su vez, por
la necesidad
poética que
tiene de ser verso?
El poema
podría haber sido,
el poema
podría llegar a ser,
si se libera
del significado del verso,
de sus propios
límites.
¿Acaso la
poesía no es leída en el poema?
La poesía es
lectura del mundo.
POESÍA
EN LA RED
Facebook
lee antes la voz del poeta.
Twitter
es su eco. Y en mi mirada queda
el naufragio
azul de tu gesto altivo.
El verso es
verso en el cáliz del poema,
cuando lo
lees. Cuando abres la puerta y sales
a jugar con la
vida, no conforme con Google.
El sueño de
una sombra que te nombra
del olvido,
del azar, del silencio. Desde
Burbáguena,
donde el Jiloca suena cerca
y siempre…
siempre está por llegar.
Mil trillones
de zeptosegundos por tu mirada.
Pues el Higgs
no me explica por qué no me amas.
Dejo de
soñarte. Dejo de escribir el poema,
el poema que
me revela el sueño que te sueña.
PAZ Y BIEN
EMPIEZA CON P DE POESÍA
Estaba de pie
en la terraza, un noveno,
y de no coger
tu mano abierta, Poesía,
habría caído
sin que nadie me empujase.
¡Acaso tu voz,
muerte, no es una sinfonía!
Trabajaré bajo
el fuego de la ira
por la paz y
el bien, con mis versos
y los tuyos,
hermano amigo poeta.
(inédito)
EL SUEÑO DEL POETA TE NOMBRA, OLVIDO:
¿Por qué están los versos confinados en el poema?
Si cuanto más se alejan, más ligados están.
Si cuanto más se alejan, más ligados están.
¿Estamos en realidad ante el poema,
o la identidad individual de la poesía ya no
importa?
¿Dónde anida la nobleza intrínseca del poema?
En el lenguaje sereno o en los ecos que le permiten
llenar el espacio y el tiempo.
Todo poema es un diálogo con la muerte.
O, tal vez, el recuerdo de su paisaje
que se convierte en metáfora
de la lectura del mundo.
Vestigios eclipsados.
El poema no deja de ser el escenario
en miniatura, que luego el lector ilumina.
El poema para ser no debe dejar escapar
la emoción, la luz, ni la verdad. Debe estar
tejido con verso prensil. El sueño del poema
te nombra, olvido.
(inédito: para Nacho Escuín)
Enrique Villagrasa
Gracias por traernos a este gran poeta que según disfrutio acá, habla con la poesía, la redefine y realza con una gran profundidad filosófica. Me encantan esos sonetos libres, todo es muy bueno. Un abrazo, amigo.
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