martes, 13 de febrero de 2024

LAS MATEMÁTICAS DE LA NATURALEZA Y LAS PROPIAS DEL CÁLCULO Y PROCESO DE DATOS

Como no deja de resultar de grande interés la indagación de la inteligencia en el mundo natural, sobre todo, cuando es a través de la gran difusión que se hace de la artificial, la que nos impulsa a apreciar la complejidad y riqueza de la natural, por lo que proseguimos abundando sobre esta temática para la sección de Ciencia del blog Ancile, esta vez bajo el título: Las matemáticas de la naturaleza y las propias del cálculo y proceso de datos.



 LAS MATEMÁTICAS DE LA NATURALEZA

Y LAS PROPIAS DEL CÁLCULO Y PROCESO DE DATOS


Las matemáticas de la naturaleza y las propias del cálculo y proceso de datos. Francisco Acuyo



Vivimos momentos en los que no pocos sectores laborales y profesionales ven peligrar sus puestos de trabajo por la aparición de la IA. Y su temor está muy justificado. Pero a mí el recelo que más impresión me ha causado ha sido el de los propios matemáticos. No deja de resultar una cáustica paradoja que sean los que originaron el lenguaje matemático de los algoritmos, que sean los primeros en padecer la tiranía de la inteligencia artificial. En cualquier caso, no creo que les falte imaginación para proponer alternativas y justificaciones a su propia existencia, sobre todo cuando podían dedicar sus habilidades a la investigación de la matemática en la propia naturaleza. Que organismos tan rudimentarios como un moho (por ejemplo, el Physarum polycepphalum), sean capaces de cálculos extraordinariamente complejos, como los de resolver un laberinto de coherencia, sin tener siquiera un sistema nervioso, me parece que abren un mundo fascinante no solo para la indagación del cómo calcula este organismo, sino lo que es aún más interesante, ¿cómo es posible que en la naturaleza orgánica más básica se produzca esta manifestación de inteligencia matemática?

Una respuesta cada vez más plausible es que la naturaleza es en sí misma inteligente. Qué reto más hermoso para un matemático sería saber ¿qué hace o cómo hace este organismo para calcular? Y esto se hace todavía más seductor, cuando todo parece indicar que en el ámbito de la biología, por increíble que parezca, no parece levantar demasiado interés. Así las cosas, si un moho es capaz de calcular, y el cálculo se tiene como una de las cimas del saber de la humanidad, ¿qué se espera para indagar en ámbito tan atractivo desde una óptica matemática?

El procedimiento en el manejo de la información por parte de organismo tan básicos pone sobre la mesa un debate que apenas se ha abierto en nuestros días, la inteligencia de la naturaleza y la sustancialidad de la conciencia como fundamento de la realidad.

Si en la actualidad muchos estudiosos de los diferentes ámbitos de la naturaleza empiezan a concluir que las manifestaciones orgánicas de animales muy básicos, como los insectos, son capaces de mostrar inteligencia, más allá de una mera cadena de reflejos, rebaten definitivamente la visión mecánico cartesiana del mundo que, a pesar de todo, parece querer resurgir a través de una mala interpretación de lo que nos ofrece y lo que constituye la IA. Si los seres orgánicos nos transformamos, crecemos, creamos, no es por una impronta y desarrollo que pueda compararse al de un ordenador.

Las matemáticas de la naturaleza y las propias del cálculo y proceso de datos. Francisco Acuyo
Las máquinas de cómputo, con su desarrollo algorítmico cada vez más complejo, donde llegan es a emular ciertas características que pueden asociarse al organismo vivo, pues, según a todas luces se ofrece en la realidad es que lo que se denomina como vida artificial, no pueden interactuar y moverse y alimentarse y evolucionar con el entorno vivo, al menos por el momento.

Hay también detalles muy concretos que no parecen calar en la asimilación y proceso que pretenden desarrollar una analogía competente de la inteligencia artificial con la natural, acaso por falta de la atención debida; por ejemplo: cuando comparan el proceso de interacción de datos con los procesos neuronales; ante todo porque se sabe que, aunque ciertos comportamientos esté relacionados con determinadas neuronas, no significa que ellas sean las causantes de dichos comportamientos (el hecho de que nuestras neuronas consuman glucosa y oxigeno no explica cómo vemos la imagen que conforman estos textos)*,  sin contar que los procesos de conciencia, en su extrema complejidad, no están limitados al constructo neurológico cerebral, si es que como se sabe, pongamos por ejemplo, los intestinos contienen sobre cien millones de neuronas que intervienen en toda clase de procesos que afectan a las facultades de aprender, recordar…., por lo que el cuerpo en general muestra una íntima e intensa interacción que hace de los procesos de intelección sean todavía más singulares.

Pero el carácter orgánico de la intelección no sólo se manifiesta en el ser humano, la naturaleza también utiliza signos para su interacción orgánica general, pero de esto hablaremos en la próxima entrega de este blog Ancile.



Francisco Acuyo


*Narby, J.: ob. Cit. Pág. 172.


Las matemáticas de la naturaleza y las propias del cálculo y proceso de datos. Francisco Acuyo

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