Abundamos sobre cuestiones de gran actualidad que afectan a la vida ordinaria, científica y artística, y todo para la sección de Ciencia del blog Ancile, bajo el título general de: Del algoritmo predictivo y la fe en los nuevos ¿mitos? de la ciencia?
DEL ALGORITMO PREDICTIVO
Y LA FE EN LOS NUEVOS ¿MITOS? DE LA CIENCIA
El algoritmo predictivo y la fe en la IA(1) exponen una situación en verdad inédita en la historia de la civilización humana. Ofrecen una aproximación para la interpretación del mundo nacida desde la perspectiva más positivista de la ciencia, que parece abocar a una nueva creencia, cuyo fundamento se arraiga (dixit) en la ciencia misma. El afán determinista de tecnologías y ciencias como las que sostienen la IA establecen los fundamentos hacia nueva aproximación (casi religiosa) de los nuevos algoritmos predictivos, que nutren las ciencias de la información y que configuran los nuevos y espectaculares avances de la IA.
Parece que uno de los principios más revolucionarios de la ciencia del siglo XX, cual fue el principio de incertidumbre, pretende ser puesto en cuestión por esta corriente impulsada por la IA que vende su potente algoritmo predictivo como la ilusión cierta de poder controlar el futuro. Se alimenta esta fe en la creencia de que el algoritmo conoce y nos conoce mejor que nosotros mismos. Se nos olvida que estos productos de alto y potente ingenio matemático, no pueden ser en modo alguno óbice para el desarrollo de la comprensión amplia y profunda de lo que nos acontece, pues acabaría desvirtuando los valores de la cultura y los nuestros propios.
Está, creo que muy apropósito traer a Soren Kierkegaard para hacer una suerte metátesis de una afirmación suya, convertida en pregunta: ¿el algoritmo predictivo entiende que la vida sólo puede entenderse mirando hacia atrás, pero, no debe vivirse hacia delante? ¿Sabremos distinguir los mundos on line u offline, el yo virtual, el yo imaginario y el yo real?(3) ¿Distinguimos realmente lo que es comprensión de lo que es predicción? ¿La eficiencia de la curiosidad y del entendimiento? ¿Podrá, en fin, la máquina preguntar por qué y cómo suceden las cosas?
A la luz de los acontecimientos e interpretaciones de los aportes de la IA en la actualidad, no sabría decir con certeza, si aquellos algoritmos predictivos anunciados no son el resultado de unas nuevas artes adivinatorias(3) de la modernidad. ¿Es posible un resurgir del mito en nuestros días, cunado la ciencia se supone que había superado tantos? ¿O estamos ante una nueva suerte determinismo cientificista que nos obliga a una nueva lucha por hacer las preguntas correctas ante los retos de la IA? ¿La visión especular del mundo propiciada por las nuevas tecnologías (IA, realidad virtual, metaverso…) no dificultarán la distinción entre lo real y lo emulado?
Se dice que ejercicio artístico ofrece una quiralidad que lo distingue de la emulación de la IA, en tanto que el objeto reflejado nunca sería igual al original. La mímesis de la IA, en realidad, ni siquiera copia, pues imita, y en ese proceso de emulación cabría también interrogarnos con la pregunta esencial humana: ¿cuál es el lugar del hombre en la naturaleza, y, sobre si, la máquina llegaría a precisar o tener la necesidad de hacérsela?
¿Cuál será el papel del hombre en general y del artista en particular en los tiempos de irrupción de las nuevas tecnologías y especialmente de la IA? Acaso se hará necesaria una reinvención de la libertad, de la imaginación (sobre todo ante las amenazas de la AGI -Inteligencia general artificial-) ¿Igualará a la humana? ¿Está la privacidad en peligro?
Parece que la ambigüedad del arte en general (y de la la poesía en particular) ofrecen una seria resistencia al determinismo de la IA. Al menos a día de hoy. En el ejercicio creativo el futuro no está escrito, sigue abierto, la incertidumbre (como principio) ¿organizador? del mundo garantiza esta irresolución y discontinuidad que tiende al infinito.
Francisco Acuyo
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