En nuestra sección de Poetas invitados nos es muy grato presentar a la poeta, antóloga y traductora
(y ahora también amiga) Rosa Lentini, que ha tenido a bien dejarse retratar en
nuestro blog Ancile, por lo que no podemos sino mostrarnos muy agradecidos, si en verdad estamos
interesados en manifestar lo más relevante del panorama actual de la poesía en nuestro país. Con los
apartados habituales de esta sección la autora ofrece una semblanza de si misma
y de su obra poética con una breve pero muy significativa biobibliografía, una
introducción a modo de poética (en este caso hecha y seleccionada para la
ocasión por quien les habla con un poema escogido), y una semblanza a modo de
antología poética de la propia autora –y alguno también seleccionado por quien suscribe
estas líneas introductorias- para esta coyuntura que ahora presentamos,
añadiendo además, por su amable gentileza, dos inéditos exclusivos para
nosotros y la Revista Jizo de humanidades que muy próximamente será publicada. Queda
con todos vosotros la voz singular de la
poeta Rosa Lentini.
 ROSA LENTINI EN POETAS INVITADOS
 NOTA BIOBIBLIOGRÁFICA
ROSA LENTINI (Barcelona, 1957). Poeta,
traductora, crítica  y co-editora de
Ediciones Igitur. Miembro fundador de las revistas Asimetría (1986-88) y
Hora de Poesía (1979-95), de la que fue su directora. Poemarios: La
noche es una voz soñada (1994), Cuaderno de Egipto (2000), El sur
hacia mí (2001), Las
cuatro rosas (2002), El veneno y la piedra (2005) y Transparencias
(2006). Parte de sus poemas han sido traducidos al inglés, italiano, francés,
catalán, rumano y portugués. 
Ha traducido, a Pierre Reverdy, Eugen Dorcescu, los poetas catalanes
Joan Perucho y Rosa Leveroni, a May Swenson,
Denise Levertov, Maxine Kumin, Adrienne Rich, Linda Pastan, Lucille Clifton,
Carolyn Forché,  Sharon Olds, y la poesía reunida
de Djuna Barnes, algunos de ellos en colaboración. Seleccionadora de las
antologías de Carlos Edmundo de Ory y de Javier Lentini, y junto a Concha
García, del número monográfico de la revista Ficciones: Barcelona: 25 años
de poesía en lengua española. Ha realizado con Francisco Rico la antología Mil años de poesía europea ( Backlist, 2009).

A MODO DE POÉTICA
LO QUE DICE LA ARENA
Miradas al trasluz tus manos hojas,
sombra enlazada a sombras,
puro hechizo de voces deslizadas.
Lanzaderas, lanzaderas,
edades que van y vienen en sus conchas.
Tu cuerpo fue rama o voz,
resina flexible que unía
la tela del agua a un fondo
leve de desmemoria.
De El sur hacia mí
POEMAS
CUENTA EL BOSQUE
Corteza de árbol el vestido de novia,
fantasma blanco de resina.
Los días nacen de las noches,
no entre pliegues de luz,
una colina es sólo fango endurecido,
el nacimiento una lejana estrella,
y el poema únicamente voz.
Caza nocturna de sueños,
fisura en la mirada ajena.
De El sur hacia mí
EN HORAS INSOMNES COMO ROCAS...
En horas insomnes como rocas
veo tu frente herida por el aire,
tu espalda que el aire descubre y explora,
tu boca entreabriéndose y tus manos huecas
oreadas en la densidad de la noche.
Te escucho arder en gestos desvelados, largos,
veo tus muslos tensos que guardan para sí
su piel más fina y secreta;
me quedan solos tus ojos cerrados al misterio del aire.
De La noche es una voz soñada
EN
EL HOSPITAL 
                    Como esa tierra húmeda en 
                    la que caen las cosas que
amas 
                    y se pierden para siempre. 
                                              
Sharon Olds. 
Las
gotas doradas de sudor  
señalan
ya en tu cuello  
un
color de crisálida. 
La
vida es una sucesión de lazos   
que
tensan gradualmente su nudo. 
Ecos
de una voz alterada llegan del pasillo  
acompasando
un corazón que abismas  
como
quien ahonda los ojos azules de un extraño; 
el
latido, una fallida orquesta   
 en una vibración de platillos que se aleja. 
Nos
hacemos promesas, nos recuperamos  
de
las que no cumplimos en el humo  
 de una nueva que también incumpliremos.  
Ninguna
voz interior nos emplaza  
como
si nuestra fe brotara, virgen,  
   a cada vuelta del camino,  
hasta
el día en que una segunda voz  
nos
invite al silencio y acentúe el peso  
 de las cosas que solo nos adornan. 
Te
vuelves hacia mí, con los ojos señalas 
una
tornasolada esfera que asoma del baño 
 y parece adquirir conciencia.  
Y
como el globo rojo en el corto de Lamorisse 
sigue
una ruta secreta cuando sobrevuela  
 la lámpara o esquiva el radiador. 
Abajo
la ciudad bulle lejana como si solo  
estuvieran
vivos los dardos de luz anaranjada   
 de las lunas de los coches  
  lavados por la lluvia reciente,  
proyectados
sobre tus coronas de esmalte gris.  
La
blanca mata aplastada de tu pelo   
la
coronilla apenas recién humedecida 
en
la pila bautismal, tu mano y tu vientre 
           
inconscientes de su renuncia  
parecen sostener
toda la luz. 
El
misterio llega reorientando su marea sobre nosotros.  
Tiempo
de ingravidez,  
   áureo tiempo de la entrega.  
Con
un suave balanceo la gota de agua saturada 
de
jabón se pierde en el cielo raso 
a falta de espacios abiertos y de respuestas.
MAPAS
                 "No todo acaba. Todo
empieza" 
                          Fina García-Marruz 
I
No
todo acaba, lo que no se dijo 
lo
que quedó sin hacer también breves luces 
en
la costa, abrochadas al litoral  
  y lo que alumbra o se apaga  
modos
de mirar el pasado  
con
cada hueso  cada uña  
sílaba
de esperanza. 
Lenguaje
de instantes dispersos  
donde
las palabras frío  
y
templo o yurta y montaña van  
en
formación como bagajes solitarios. 
Y
miradas sobre la distancia  
porque
las presencias sostienen menos al hombre 
que
los ausentes, tan parecidos en su quietud 
  al nacimiento del mundo  
y
como las isobaras también líneas  
  de colores naufragados  
  tiempo después lavados por la arena.  
El
día amanece, nos enclava en lugares conocidos 
de
nuevo la vida inunda los puertos 
y
mientras la hora del duelo pasa  
la
frase marcada en rojo 
traza
el mapa de lo posible. 
III
De
madrugada el óvalo de la noche al derramarse 
devuelve
el frescor como una bendición  
y
el mundo pasa vacío y sin palabra.  
Reacios
a ver perdidos esos fulgores 
los
muertos esperan a que alguien  
copie
sus nombres en la gran yema lunar.  
El
amor es lo que todavía está por trazarse 
   en un extremo anónimo del cielo 
que
los aleros de algunos tejados ocultan.  
En
el extremo opuesto se descubren zonas vírgenes 
   dispuestas a brillar.                                                      
Por
un instante mi voz recitando  
   acorta las distancias.  
Un
encuentro detrás de una memoria  
una
parcela invertida que nunca se desplaza  
aunque
ya nada sea reparable  
aunque
nada se asiente  
definitivamente
tras haber llegado, 
aunque
el tiempo en que tememos ser desalojados 
sea
el que sostiene la vida 
y
el centro esté aquí,  
lleno
de deseo y ausencia. 
LA
BOCA DE MAHALIA JACKSON 
He
encontrado mi pasado  
escondido
en una partícula de saliva  
escapada
de la boca de Mahalia Jackson  
cuando cantaba:  
 “This is my faith, this is my light”.  
Y
eran una fe  una luz,  
antes
de que ellos pensaran  
tener
hijos o hacerles daño,  
antes de que pudieran tenerse 
  el uno contra el otro. 
He
salido rápido  
como
un corredor de fondo 
acelerando
a la entrada del parque   
levitando
casi a la altura del lago   
a
grandes zancadas ardientes en la avenida, 
bajo
las copas de los árboles en flor,  
antes
del primer baile juntos,  
cuando
al otro lado de las alambradas  
que
ribeteaban el camino, a la espalda  
de
los carcomidos bancos de madera listada, 
él salía de entre los setos, el cabello revuelto  
y
las rodillas arañadas, en las manos  
un
balón de color calabaza,  
y ella intercambiaba con una amiga cromos  
y cotilleos envileciendo en el musgo  
sus cortas calzas de niña. 
Mi
fe  mi luz: una gota de saliva  
pasa
por el tracto humano  
donde
el pasado es engullido.  
Llamadas
y lotos como soportes de un juego,  
mi
fe en su oscuridad,  
  ceremonias de un canto de ranas  
para
atraer a la pareja, y lo que no fue  
lo
que no llegó a definirse,  
como
un tallo que crece  
  bajo la luz
modélica.
Inédito
ACCIDENTE
2
Los
negros, negros  
 nubarrones de tormenta 
se
cierran sobre el campo donde 
el
coche ha derrapado. 
Y
nada se alcanza a ver salvo 
un
contorno de formas quietas 
  a la espera 
como
postales para el recuerdo 
en
sus olvidadas maderas. 
Una
garza se salva con un gran  
movimiento
majestuoso. 
Oímos
el flap flap de su migración 
                            dirigiéndose a
poniente 
atrapados
en esta atmósfera 
a
punto de descarga; 
y
el vuelo sobre nuestras cabezas 
ese
tiempo de sueño recién creado 
que
toda promesa falsamente contiene 
la
órbita en su curva de regreso 
como
si pudiéramos... 
Inédito
 




 
 
Qué maravillosa poeta! La musicalidad de sus versos quiebra la distancia y quisiéramos leer más y más. Magnífica obra, querido Francisco. Sin duda alguna, una voz trascendente.
ResponderEliminarGracias por este regalo.
Saludos cordiales.
Jeniffer Moore
Miami, FL. USA
Soy seguidora de la obra de Rosa, y es una maravilla todo lo que sale de sus manos.
ResponderEliminarSin duda una de las voces importantes en la poesía actual.
Gracias Francisco.
Un saludo
Interesantísima poesía, plena de significados, sin palabra que sobre, sin fisuras. Me gusta mucho; y pensar que acabo de conocerla acá. Seguiré releyéndola, porque hay como un agua inteligente que fluye de sus versos diciendo más según se repiten las visitas. Un abrazo y gracias, amigo.
ResponderEliminar