Ofrecemos un fragmento del trabajo titulado Poética de lo racional inconsciente: notas en torno al Pensamiento salvaje de Claude Levi-Strauss, que forma parte del título general El tiempo poético, para la sección de Pensamiento del blog Ancile.
POÉTICA DE LO RACIONAL INCONSCIENTE
(NOTAS
EN TORNO A EL PENSAMIENTO SALVAJE
DE
CLAUDE LEVI-STRAUSS)
CIVILIZACIÓN Y POESÍA
El uso de la abstracción mediante
palabras parece un hecho reconocible 4 no sólo en el lenguaje de los
pueblos que consideramos civilizados. Con esta idea meridianamente clara,
comienza Levi-Strauss el sugestivo análisis
del pensamiento primitivo, 5
mas con el fin de romper la presunción (casi siempre prejuzgada) por la
que no pocas civilizaciones propenden, sin demasiada reflexión al respecto, a sobreestimar
la orientación objetiva de su pensamiento; 6 mas, parece claro
que responder a la inclinación por mantenerse aquél (el pensamiento
civilizado) de manera perenne en la mentalidad de quien (o quienes)
reflexionan sobre la cuestión; pero la grave consecuencia de tales (falsas)
apreciaciones radica en que conllevan un falseamiento en la real naturaleza y
concepción del pensamiento primitivo (salvaje), en tanto que aquel hombre
ancestral no rige sus ideaciones o pensamientos en virtud de necesidades
meramente orgánicas o económicas.7 Error simétrico 8
fácilmente detectable cuando se observa el alto grado de sistematización de las
relaciones de plantas y animales (totémicos) de muchos pueblos considerados
como salvajes (o primitivos), y que, desde luego, no parecen desarrollarse en
absoluto para subvenir necesidades
de consideración estrictamente práctica.
Claude Levi-Strauss |
No
es baladí aquella apreciación de Levi-Strauss a través de la cual vierte su
noción de ciencia de lo concreto9 sobre aquella singular
sistemática anteriormente reseñada, pues será con ella que clasifican con
extraordinario y particular rigor las plantas y animales de su entorno.
Advierte, además, que la exigencia que impulsa al hombre de aquel entonces a
ordenar no será en absoluto de carácter práctico o de necesidades perentorias
(alimenticias) como señalábamos, sino que está motivada fundamentalmente por
razones de imposición intelectual, mas, como realidad no sólo de un pensamiento
concreto (el primitivo), sino porque será este sin duda la base o fundamento
del pensar mismo.
Esta
necesidad de no dejar seres, objetos o aspectos
sin denominación asignatoria de lugar en el seno de una clase, 10
proviene de una preocupación importante por la visión (u observación) total
que, como más adelante expondremos, encontrará parentesco en la manera de
percibir y cotejar el mundo que observa y vive a través de la tantas veces
considerada insondable dimensión poética y que, a todas luces, obtiene
magníficos resultados, pues nuestro autor no ceja en evaluarlos de buen grado
como auténticamente científicos.
Que el determinismo científico ha sido una de las
causas primordiales para este desajuste interpretativo del discurrir primitivo
hoy nos parece del todo evidente, mas no sería así de no ser por la reflexión
que lleva a denotar por parte de nuestro autor: pues expone que más que la
propia reflexión determinista, sería la ignorancia o el desdén de aquella hacia
este tipo singular de pensamiento; y es que las diferencias entre el
pensamiento mágico y el propiamente científico radican en que, una, la magia
postula un determinismo global (integral), mientras que la otra, la ciencia,
opera en la distinción de niveles, acaso aplicables sólo en algunos de esos
mismos parámetros.
No
es extraño, entonces, colegir que la existencia de organización se venga a
manifestar como una necesidad propia y común a la ciencia y a las artes, y que
esta pulsión taxonómica que es el poner en orden por excelencia, 11
vierta unos valores estéticos evidentes, los cuales tendremos ocasión de
comprobar en el ámbito del arte poético, aunque de forma muy sincrética en el
discurrir de nuestro discurso.
Tampoco
es difícil inferir ahora que el pensamiento mágico pueda considerarse tal que
una manifestación metafórica de la ciencia, pero habida cuenta que, cada uno de
ellos (magia y ciencia) son independientes, además de ofrecer una forma de
conocimiento que muy bien no tienen que diferenciarse en lo esencial: que no es
otra cosa sino que son formas de pensamiento capaces de una sistematización
(lógica) aunque sí encuentren diferencias respecto a los resultados teórico-prácticos
obtenidos.
Que
el hombre de la protohistoria (del neolítico) sea el legítimo heredero de una
prolija y compleja tradición científica, como a todas luces así parece
deducirse, muestra acaso que aquel espíritu que le animara (inspirara) bien
puede ser el mismo que impulsa y sugiere al pensamiento científico moderno.
Pero la cuestión está en ¿por qué hubo de cesar aquel primer pensamiento
(mágico) que se ajustaba a la percepción y la imaginación por el otro desplazado
que hoy entendemos como moderno? A saber: porque hay dos formas de pensamiento
científico.12
Si,
como decíamos, aquella determinación por hacer taxonomías implicaba la
apreciación y oferencia de ciertos valores estéticos, y siendo vertidos estos
tanto para el pensamiento como para la acción, diríase que para la naturaleza
fuese más lucrativo actuar como si una equivalencia pensada satisficiese
al sentimiento estético, para lo cual, habría de coincidir con una realidad
objetiva. A partir de aquí será desde donde
podamos considerar que los mitos y
los ritos (¿acaso también el procedimiento poético?) exponen la importancia de
preservar maneras, formas y modos de observación y reflexión a descubrimientos
muy concretos (aquellos que autorizaba la propia naturaleza ante un mundo
sensible en cuanto sensible 13 y que marcan el ser de esta
ciencia (primera) de lo concreto o bricolage, 14 y desde la
que también cabe observase un carácter mito-poético que, al margen de su
instrumentalidad, viene a situar sus elementos de reflexión a caballo entre el precepto
y el concepto.
Acaso
pueda intuirse a partir de aquí las relaciones que estableceremos con la
poesía, en tanto que deducimos que el agente que interviene entre la imagen y
el concepto tiene un intermediario: precisamente el signo. 15
Mas no adelantemos acontecimientos, pues no será sólo la fenomenología
lingüística la que trace y levante puentes en nuestra exposición y que, por
cierto, con tanta elegancia e inteligencia constituyera como vertebración
Claude Levi-Strauss para exponer su visión sobre el pensamiento salvaje,
la cual nos llevará al fin, a observar que el poeta, como singular y
característico científico, no dialoga con la naturaleza pura, 16 sino con
el estado de la peculiar relación que observa entre la misma naturaleza
en que radica y la cultura que le envuelve.
Francisco Acuyo
4 Boas, F.: Handbook of American Indian
Languages, Washington, 1910.
5 Levi Strauss, C: ob. cit. nota 1.
6
Ibidem.
7
Error que atribuye a Malinowski a los intereses del «salvaje» por las plantas y
los animales (totémicos) iban a marchar exclusivamente empujados por cuestiones
alimenticias.
8
Levi Strauss, C: ob. cit. nota 1.
9
Ibidem.
10
Ibidem.
11
Simpson G.G.: Principios de Taxonomía animal, Nueva York, 1961.
12 Levi
Strauss, C: ob. cit. nota 1.
13
Ibidem
14
El bricoleur es el que obra sin plan previo y con medios ( y
procedimientos apartados de los tecnológicos normales.
15
Saussure, F: Curso de Lingüística General, Ed. Losada, Buenos Aires,
1973.
16
Levi Strauss, C: ob. cit. nota 1.
Puerta para la meditación sobre la palabra, la creación, el decursar del tiempo, la poesía. Muy bueno, amigo. Siempre abriéndonos caminos a la mente, haciendo interesante descubrimiento el hecho de vivir. Un gran abrazo.
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