Dentro de las reflexiones sobre la nada para la sección, Ciencia, del blog Ancile, traemos un nuevo post que lleva por título: La nada: ¿Más allá - o mas acá- del espacio tiempo-?
LA NADA: ¿MÁS ALLÁ
– O MÁS ACÁ- DEL ESPACIO TIEMPO?
La violación del principio de
localidad (en la entrada anteriormente expuesto), expone un hecho que es
realmente inquietante para los fundamentos de la física moderna. Que dos objetos (partículas)
estén influidas directamente sea cual sea la distancia a la que se encuentre
(entrelazamiento cuántico), pone en jaque unos de los principios clásicos y
fundamentales de la física, cual es el de la constante y límite de la velocidad
de la luz –teoría de la relatividad-. ¿Cómo dos
sucesos pueden ser simultáneos sea cual sea el lugar donde se produzcan?
Esta extraña interacción o conexión entre los objetos subatómicos se produce en
los dominios que sitúan la materia al límite de sí misma y en contacto con la
nada (o el vacío.)
Volvamos
por un momento a las reflexiones anteriores sobre los agujeros negros[1],
donde según Stephen Hawking , no son tan negros, pues todo parece indicar que
la información no se pierde. Esto parece no contradecir los principios
cuánticos sobre la no localidad de sus objetos, comparte información (no
señales materiales) y lo hace de manera instantánea. La ciencia hoy día no
tiene del todo claro cómo sucede esto. Nosotros lo situaremos en el ámbito de
la nada sobre la que hemos disertado ya
prolijamente.
La
cocreación de la realidad que cabe deducirse de la integración o conexión de lo
infinitamente pequeño parece desarrollarse en un dominio nada claro en el que
las propiedades y principios físicos más elementales parecen cuestionarse, y de
la que participa la conciencia del observador nos sitúa en un lugar y momento
críticos para la ciencia, se abren más incógnitas que respuestas en lo que
podemos inferir de su funcionamiento. El plano estrictamente material está
sujeto al fin y al cabo a las limitaciones espacio-temporales y, acaso encontramos
alguna intuición que posibilite entendimiento desde ámbitos no estrictamente
materiales, en los que la nada y su panoplia de conceptualizaciones e
intuiciones acaso pueda conllevar alguna idea pre o post científica de su
realidad. Al fin y al cabo, en el vacío, en la nada, las distancias y las
direcciones no tienen ningún sentido, a lo que cabe decir lo mismo del tiempo,
donde, si existe, es un eterno presente. Será este el ambiente idóneo para
cualquier potencialidad creativa. Pero esta no sería posible sin el elemento
fundamental intrínseco en cualquier proceso de creación que es la conciencia.
Claro está que aquí hablamos no tanto de
una conciencia egotista, personal, sino, empleando un término aproximado que solo
puede servirnos de manera aproximativa, transpersonal.
Ahora
sí que parece que nos situamos al margen de cualquier aproximación científica,
pues, para la ciencia la materia es el más elevado grado de ser y posible de
estudio y comprobación experimental, y reduce a la nada, al vacío, cualquier
ausencia de ella. Partiendo de esta premisa, sí que podemos un juicio intuitivo
del papel que juega la nada no solo para la ciencia, también para la filosofía
y cualquier entendimiento tras(o pres)cendente del ser y de la existencia.
Recordamos en este punto aquella energía
de punto cero[2]
que comentábamos en anteriores ocasiones que tratábamos esta temática.
En
cualquier caso, el reconocimiento científico de esta energía del vacío (que
alimenta las propuestas teóricas de la materia y la energía oscuras), nos
plantea una visión distinta de la nada, pues es claro que en su
conceptualización filosófica clásica, ante esta afirmación de la ciencia, no
tendría ningún sentido.
SI
en el mundo subatómico elemental es el que todo tiene origen y nos encontramos
con todos esos enigmas, contradicciones y paradojas expuestos que acontecen en
cuanto que tratamos de medir, acaso creo que oportunamente podríamos traer a colación las palabras del filósofo Nishitani
en relación a la nada o al vacío que intuimos en estas página como la fuerza
que configura el mundo… El campo de
sunyata es un campo de fuerza. La fuerza del mundo que se hace manifiesta en la
fuerza de cada cosa en el mundo.[3]
Esta nada es lo que las cosas son en sí mismas,… su modo de ser central, no
objetivo que en realidad está más acá de lo que en la visión (física) clásica
cotidiana de conciencia aprehendemos mediante el yo consciente, está donde las
cosas adquieren su posibilidad de existencia. Ya avisaba Goethe de que las
cosas que sucederán son metáforas de lo eterno.
En próximas
entradas indagaremos en el ámbito de la metáfora y del símbolo en el que
reflexionar vinculado al concepto de la nada.
Francisco Acuyo
[1] Acuyo, F.: Ancile, De la muerte o la paradoja de la información, https://franciscoacuyo.blogspot.com/2018/09/de-la-muerte-o-la-paradoja-de-la.html
[2] Conocida
también como la energía del vacío, cuya energía debería ser cero.
[3]
Nishitani, K.: Opus cit. p. 208.
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