lunes, 25 de marzo de 2019

NADA: LA DESTRUCCIÓN O EL AMOR, MUY BREVEMENTE



Para la sección, Ciencia, del blog Ancile, ofrecemos el post que lleva por título: Nada: La destrucción o el amor, muy brevemente.

Nada: La destrucción o el amor, muy brevemente. Francisco Acuyo


NADA: LA DESTRUCCIÓN O EL AMOR,
MUY BREVEMENTE



 ESTÁ claro que el hombre, en su tránsito existencial, vive, experimenta e intuye la infinitud en algunos momentos de su vida, así como, en contraste, la evidente caducidad de todo lo que existe. Lo infinito, durable, digo, se nos antoja que reside en lo bello y por serlo merece o debería ser permanente (como gozo de plenitud estética), y que se nos antoja aún más necesario ante la efímera y caduca realidad de la cosas que, al fin, será la que nos señale la impermanencia de nuestro propio existir.

                Será ante la implacable contemplación de la disolución y muerte de todas las cosas que, veamos la inflexible e inevitable realidad última, y que acabamos por identificar con la nada, y que se impone fuera del alcance de los designios de nuestra propia voluntad. Es la destrucción que sanciona inexorable nuestra realidad existencial, no obstante, amorosa –absoluta-, si es que la entendemos como  fuerza renovadora, creativa, ya que es el fin y el principio de todo.
Nada: La destrucción o el amor, muy brevemente. Francisco Acuyo

                Esta nada destructora _y amorosamente creativa- nos enfrenta a una realidad que acaece y es en un ámbito sin tiempo ni espacio y, acaso, sin principio ni fin, y en consecuencia como expresión y o realidad única de trascendencia que, de manera paradójica, para la razón es inmanencia absoluta.

                La nada es un no ser en el mundo que, en virtud de su naturaleza vacía, es, sin embargo, ser en el mundo. Este yo que una vez fue y ahora es nada, es el recipiente (amoroso) que es compasión (y filantropía) hacia todas las criaturas que tienen nuestra misma y paradójica naturaleza, y que no hacen sino mostrar que en la nada o en la gran muerte cielo y tierra se renuevan.[1]

                Concluiremos en próxima entrada sobre la naturaleza de la nada y su extraordinaria relación con la conciencia, que llevará por título, A vueltas con la nada y la conciencia, conclusión.

Francisco Acuyo



[1] Nishitani,: Op. Cit.  p. 351.



Nada: La destrucción o el amor, muy brevemente. Francisco Acuyo


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