martes, 23 de noviembre de 2021

EL SIGNO LINGÜÍSTICO Y POÉTICO Y LAS LEYES IMPERSONALES DE LA CIENCIA

 En las indagaciones sobre la realidad y sus interpretaciones y el potencial despliegue semiótico para dichas representaciones, se insiste en este nuevo post para la sección de Ciencia del blog Ancile, esta vez bajo el título: El signo lingüístico y poético y las leyes impersonales de la ciencia.


EL SIGNO LINGÜÍSTICO Y POÉTICO

Y LAS LEYES IMPERSONALES DE LA CIENCIA

 

 

El signo lingüístico y poético y las leyes impersonales de la ciencia. Francisco Acuyo

Si aceptamos una visión o interpretación de la física cuántica meramente instrumentalista, y a aquella como fundamento de la realidad más básica y sustentadora de la materia (recordamos las nociones de  instrumentalismo y realismo cuánticos, véase la anterior entrada al respecto)  estaríamos aceptando a la hora de encontrar significados (basados en el signo matemático) la descripción, aplicación y entendimiento físicos (recordamos, de lo ínfimo de la materia) algo que genera no poca controversia y que, sin embargo, en los estudios interpretativos del lenguaje y de los significados del mismo es totalmente normal y admisible. Dada la naturaleza peculiar del signo lingüístico (y advertimos, también del matemático)* que trata de describir y significar, no deberíamos encontrar en el punto referido motivo de escándalo y controversia En ambos casos interpretativos (lenguaje y matemáticas) podemos observar su unidad sígnica como fundamento para apercibirse y relacionarse experimental y sensorialmente, y así, ser propicios para representar convincentemente un evento comunicativo (lingüístico o matemático), no obstante, y esto es lo especialmente controversial, siempre dependientes de la conciencia personal (y social) del (los) implicado(s) en esa comunicación, pero, ¿no queda en cierto modo, al depender de la subjetividad de la conciencia, a espaldas de las leyes impersonales a las que aspira la física (clásica) y las ciencias naturales que pretenden describir el mundo y entenderlo como objeto al margen del que observa o toma conciencia del mismo? ¿Será posible un entendimiento objetivable separado de la conciencia que observa?

                Mas esto hasta aquí referido no queda como mera anécdota a añadir a la vieja controversia (filosófica) de las relaciones o diferencias entre el sujeto y el objeto. Una perspectiva añadida a la instrumentalista anteriormente expuesta y denominada como realista en el ámbito de las interpretaciones del universo cuántico, expone algo verdaderamente extraño al sentido común, en tanto que ofrece como algo incontestable pero contradictorio al determinismo clásico, nos referimos a la enigmática dualidad  onda y partícula y que trata de representarse mediante la  función de onda,**  en tanto que esta paradoja cuántica es susceptible de considerarse como una realidad material. ¿Esta dualidad -simultánea- interpretativa trasladada al ámbito de la interpretación de los signos, no sería algo no menos extraño, por lo menos al principio? Veremos que en el ejercicio de interpretación semiótica y de la hermeneusis lingüística y literaria no lo es tanto, sino que puede funcionar como cosa natural.

El signo lingüístico y poético y las leyes impersonales de la ciencia. Francisco Acuyo

      Todo lo antecedido conlleva que la probabilidad (como base de la interpretación de la teoría cuántica) puede ser considerada desde una óptica totalmente determinista, pero como una realidad que posibilita la contingencia, la verosimilitud de un mundo que continuamente se está bifurcando de manera tal que cada cuerpo queda vinculado a una alternativa de estados cuánticos, y así estableciendo la verosimilitud de historias paralelas a tenor de las diferentes probabilidades ofrecidas.*** Esto no nos resulta en modo alguno extraño en el dominio literario y sobre todo poético, donde las interpretaciones y realidades pueden ser tantas como lectores accedan a a la interpretación de los diversos signos literarios y poéticos que las constituyen. 

            Mas. ¿por qué esa necesidad de restringir a una sola interpretación o realidad las potenciales posibilidades de interpretación en la física en particular y en la ciencia en general? ¿acaso porque la ciencia se mueve en el ámbito de la realidad material y el de la literatura y la poesía en el dominio de la ficción o de la conciencia pura, si es que esta es posible?

              La razón o razones de este reduccionismo es cosa natural en el método científico que establece las leyes de causalidad en virtud de la distinción de una realidad objetiva, distinta al que la observa, aunque la teoría de los cuantos contradiga esta restricción. El entrelazamiento cuántico (ver anteriores entradas al respecto) ofrece una semiosis harto factible de emparentar con la que se ofrece en la obtención de significados en la lengua, fe da de esto la semántica (y sus relaciones  entre la cosa designada y el signo propiamente dicho), y sobre todo en la sintaxis (y las diferentes relaciones entre los signos), pero también la propia pragmática (que atañe al signo y las diferentes condiciones de uso de esos signos), por lo que la componenda supuestamente objetiva y el signo que la identifica están inevitable y naturalmente enlazados; pero ¿por qué es motivo de escándalo que una y otra  estén simultáneamente enlazadas en la ciencia física? Las ideas de espacio y tiempo como constituyentes fundamentales tienen mucho o acaso todo que ver: nada puede estar compartiendo espacio y tiempo simultáneamente en dos lugares y momentos alejados (en la mecánica cuántica) incluso infinitamente, y lo que es más perturbador, que esto se dé por hecho como realidad que conforma el mundo de lo básico que sustenta la materia. En el ámbito de los significados, pongamos literarios,  está naturalmente aceptada la ruptura del espacio tiempo al tiempo como superada la idea mimética del ejercicio literario y todo lo que concierne a su dominio semiótico, pero ¿es plenamente aceptado que una cosa sea la representación y otra la cosa representada? ¿Yy si esto no fuese en verdad tan evidente?

                Seguiremos abundando en entradas próximas del blog Ancile sobre asunto tan sugerente como perturbador a la lógica del sentido común de lo que entendemos por realidad, digamos,  doméstica o de andar por casa, y las explicaciones que ofrece al caso la semiosis del signo poético (y matemático) que emparenta con la paradójica visión del entrelazamiento del objeto y el sujeto partícipes en su interpretación y búsqueda de significados.

 

 

Francisco Acuyo


*Acuyo, F.: Blog Ancile, El signo lingüístico y matemático y el símbolo poético, https://franciscoacuyo.blogspot.com/2017/02/el-signo-linguistico-y-matematico-y-el.html
**Es la manera de representar el estado físico de las partículas elementales que constituyen materia, aceptando que las partículas pueden comportarse como ondas o partículas por el puede decirse que no hay diferencias fundamentales entre partícuals y ondas: las partículas pueden comportarse como ondas y viceversa. (S. Hawking )
**** Véase la teoría de los muchos mundos del matemático Hugh Everett III .


El signo lingüístico y poético y las leyes impersonales de la ciencia. Francisco Acuyo


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