viernes, 18 de febrero de 2022

SINESTESIA Y LA TEORÍA DEL LENGUAJE

Siguiendo el hilo de anteriores post sobre el tema, publicamos un nuevo fragmento sobre la temática de la sinestesia, todo para la sección de Ciencia del blog Ancile. Esta vez bajo el título, Sinestesia y teoría del lenguaje.


Sinestesia y teoría del lenguaje. Francisco Acuyo


SINESTESIA Y LA TEORÍA DEL LENGUAJE

 

 

La semilla crece de lo invisible.

La consciencia es su tronco.

Sus huecos interiores son los sentidos.

Sus ramas son los grandes elementos.

Los objetos de sus percepciones sensoriales son sus brotes.

 

Mahabharata

  

Hay otros mundos y seres racionales de una clase

diferente y superior… Estos seres superiores están

conectados a los otros por analogía, no por composición.

 

Kurt Gödel

 

  

La sinestesia pone en evidencia, además de sus ardides y halagos que son menester para rendir con rara elocuencia la voluntad del que la percibe (y a mi juicio no solo en el ámbito de la teoría clásica del lenguaje, acaso en todas aquellas ciencias y artes que se han visto afectadas por su utilización y fenomenología), que no es suficiente con la apreciación al uso o superficial del lenguaje que se atiene al habla común o escritura normativa, ante todo porque se relega el conocimiento de las propiedades más profundas, sustanciales y fundamentales del mismo. Dicho lo cual, hemos de reconocer que la aspiración de Hobbes por esterilizar el lenguaje de cualquier ¿excrecencia? retórica, sobre todo de rango metafórico, a la ciencia, pervive aún en nuestros días, pero, a mi juicio, sin mucho éxito en realidad, porque es frecuente que el científico la use como prueba de elocuencia y entendimiento pues descubre las más de las veces un rastro claro de provecho.

Sinestesia y teoría del lenguaje. Francisco Acuyo
Aquella intención de extirpar cualquiera rasgo de significación con los signos por excelencia del lenguaje matemático, los números. De hecho, ese afán de purificación del lenguaje científico matemático lleva a atender a los números como taxonomías que centran su atención en los mismos números, aunque estos, por sí mismos no precisan gran cosa, instigando a la ciencia a parecer más un catálogo de datos que a al ejercicio de inferencia[1] que con rigor le corresponde. ¿Hasta qué punto esta tendencia no sería extrapolable al uso de la palabra como unidad fundamental para articular el lenguaje? En cualquier caso, el lenguaje tiende a estar en conexión muy directa con la subjetividad del individuo
que lo articula, con toda la manifiesta ¿impureza? que conlleva su uso, si se impregna con total naturalidad de toda suerte de excrecencias comparativas, analógicas y metafóricas. Además, hemos de entender que las palabras están en nosotros y la circunscripción de lo exterior y sus significados cambian con el tiempo y el lugar, amén de que cada palabra tiene diferentes significados según el contexto,[2] y es que el lenguaje no es privado[3], porque este está vivo en virtud de su interacción entre individuos. Por eso incluso las abstracciones más puras pueden ser percibidas así:

Todas sus palabras

Recién nacidas […]

En círculo.[4]

                Hacemos un breve inciso para decir que, en cuestiones de lenguaje matemático, mucho tuvo que ver al respecto la filosofía de Wittgenstein,[5] facilitando la idea de las matemáticas como un sistema de técnicas para la manipulación de los signos que la componen, fuera del dominio de los conceptos y objetos platónicos, llegando al extremo de precisar que los datos en el espacio lógico son el mundo, llegando a proclamar que una pintura presenta una situación en el espacio lógico,[6] al margen totalmente de cualquiera significado. En cualquier caso, todo intento de crear un sistema de axiomas de fórmulas en un lenguaje puro (Hilbert) acabaría en fracaso, así, este formalismo en el que dominaba la sintaxis aventaja relegaba a un segundo plano la semántica, positivismo que se vería abandonado por las mentes más preclaras del siglo XX con Einstein y Gödel a la cabeza. La consistencia y no la verdad hubo un momento en que estableció su preponderancia[7] y su formalismo quiso imponerse en la ciencia, pero también en la filosofía para influir en el arte, en la música y en la misma lingüística. Visión aséptica y desorbitada que no puede casar en modo alguno con lo que el lenguaje sinestésico aporta y significa, que asiento y encaje natural del ingenio y la belleza la sinestesia en lenguaje poético encarna y simboliza.


Francisco Acuyo



[1] Broca, P.: The panda’s Thumb, Norton, Nueva York, 1980, pág.152.
[2] Hustved, S.: ob. cit. Pág. 240.
[3] Witgenstein, L.: Tractatus logico philosophicus, Alianza editorial, Madrid, 1980.
[4] Martín Vivaldi, E.: ob. cit. pág. 77 y 78.
[5] Ibidem.
[6] Ibidem.
[7] Yourgrau, P.: Un mundo sin tiempo, Tusquets, Barcelona, 2007, pág. 78.
 



Sinestesia y teoría del lenguaje. Francisco Acuyo


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