martes, 9 de enero de 2024

CIENCIA, CONCIENCIA Y EXPERIENCIA EN EL PROCESO DE DATOS

 Para la sección de Ciencia del blog Ancile, traemos un nuevo post en el que se reflexiona insistentemente sobre la ciencia de la información y la conciencia, y todo bajo el título: Ciencia, conciencia y experiencia en el proceso de datos.


CIENCIA, CONCIENCIA Y EXPERIENCIA

EN EL PROCESO DE DATOS


Ciencia, conciencia y experiencia en el proceso de datos. Francisco Acuyo


Abundábamos en entradas anteriores sobre la confusión entre los conceptos de inteligencia y consciencia, sobre todo en el ámbito de la IA, olvidando que esta última juega y se constituye como tal con datos, los cuales no son sino cantidades numéricas que, aunque le permiten ser extremadamente eficientes en determinadas tareas, no pueden considerarse fenómenos cualitativos, y estos los que, al fin y a la postre, serán los que formen parte de la integridad más genuina de la conciencia, y los cuales, por el momento, se resisten a ser intervenidos por el ámbito algorítmico o numérico de la cantidad.

El problema fundamental para la comprensión de esta confusión deviene porque el materialismo científico más recalcitrante que da por hecho que la conciencia fenoménica no puede tener en sí misma función alguna. Así, el programa informático que anima el artefacto de computación se enfrenta  inevitablemente a la sensibilidad consciente introspectiva, de la que es característica la conciencia, la cual se mueve entre el mundo de la experiencia y la percepción de los qualia. Es claro que el equívoco proviene de que las cualidades experimentales pertenecen a dominios que no son y no pueden ser medibles o cuantificables, incluso puede inferirse, así lo creen con argumentos bastante enjundiosos no pocos científicos, que la conciencia, como tal, no es un producto evolutivo, sino sustancial de la realidad del mundo.

Ciencia, conciencia y experiencia en el proceso de datos. Francisco Acuyo
Si bien el lenguaje no tiene potencia conceptual para atender a la realidad de lo que es plausible, también es cierto que existe un lenguaje (¿metalenguaje?) poético que puede acercarnos a ella. Me explicaré: si ninguna cantidad de estructura, complejidad, conceptualización racional y lógica, decía, puede aproximarse al fenómeno extraño y extraordinario de la conciencia, el lenguaje poético se mueve en ámbitos de la inconsciencia, de lo netamente subjetivo y experimental que pone al borde mismo de la norma lingüística su presupuestos expresivos, pues da por hecho que la realidad fenoménica de la experiencia, de los qualia y de todos los productos de la subjetividad o de la mente, son dimensiones cualitativas que atienden a una realidad sentida e inmediata. De todo esto puede dar buena cuenta un fenómeno que va mucho más allá de la taxonomía retórica: la sinestesia poética, que no hace sino dar a las entidades conceptuales que describen un sentido, una redefinición del concepto que implica a su vez una transposición de un sentido a otro.

Es bien cierto  que utilizamos el lenguaje con una alegría en no pocos casos poco reflexiva, lo cual apuntala aún más las limitaciones del propio lenguaje. Cuando muchos dicen que estamos programados para reconocer patrones en la naturaleza, lo toman  ad verbum o ad litteram, cuando esa capacidad por encontrar significados, patrones, simetrías, es propia de la psique humana, arraigada en muchos casos a instintos, emociones o experiencias ancestrales que poco o nada tienen que ver con la programación de datos. 

Este no es más que un ejemplo entre muchos de los que se pueden traer al caso, y que ha sido llevado en no pocas ocasiones al controvertido territorio del arte y la posibilidad de crear máquinas capaces de reproducirlo, olvidando los factores experimentales y subjetivos de los sujetos que los llevaban a cabo.

De todo esto y otros aspectos más de interés traeremos al caso en próximos episodios de este blog Ancile.



Francisco Acuyo



Ciencia, conciencia y experiencia en el proceso de datos. Francisco Acuyo




No hay comentarios:

Publicar un comentario