martes, 16 de enero de 2024

EL ARTE Y EL NÚMERO: EL NÚMERO EN EL ARTE

 Proseguimos para la sección de Ciencia del blog Ancile, con otro nuevo post dedicado a los entresijos y complejidades de las nuevas tecnologías aplicadas a las artes, en este caso bajo el título: El arte y el número: el número en el arte.


EL ARTE Y EL NÚMERO: EL NÚMERO EN EL ARTE


El arte y el número: el número en el arte. Francisco Acuyo


La vigencia del pensamiento platónico sigue estando asombrosamente vigente en nuestros días. Buena muestra de ello la tenemos en los propósitos expositivos para una justificación de la IA en la reproducción de objetos artísticos: el arte no es más que la representación de un objeto físico que no es, a su vez, sino la representación del ideal abstracto. De ahí que el arte no pueda ser considerado una forma de conocimiento, pues, es solo una aportación ilusoria al mismo. Si a esta visión aportamos la de Wittgenstein en la que el arte forma parte de los juegos lingüísticos que conforman la filosofía del lenguaje, se abre la puerta al arte como una vía de reinterpretación algorítmica del conocimiento.

Es algo verdaderamente pasmoso que, hoy por hoy, cuando se ponen tantas cosas en cuestión (por ejemplo, que el arte es o puede ser una vía para la obtención de reconocimiento y poder), se acepte a pie juntillas la visión cartesiana del mundo que creímos periclitada: el número es el eje central de todo conocimiento, donde la geometría, traducida numéricamente será capaz de describir y transcribir el mundo. De hecho, el punto de vista axiomático euclidiano en las relaciones geométricas será el punto de partida, junto a la aparición de las nuevas geometrías tetradimensionales  de fines del siglo XIX, para que la IA, en la actualidad, investigue la creación de algoritmos que sean capaces de generar programas de realización inteligente de pintura.

Otro descubrimiento magnífico como fue el del mundo visual de los fractales, acabó por incorporarse a los fundamentos algorítmicos para la creación artístico inteligente por computador, y que ha dado lugar a que algunos artistas hayan consagrado su vida a la ideación de un programa (¿creativo?) para la realización de obras de arte (Harold Cohen, y su programa Aaron, es un buen ejemplo de esto).

l arte y el número: el número en el arte. Francisco Acuyo
Nos ponen estas iniciativas modernas en una difícil coyuntura teórica y, desde luego, práctica, sobre los fundamentos del que sea no solo el arte, también lo que consideramos como inteligencia. Se nos plantean preguntas de radical importancia al respecto de lo que fueron definiciones y concepciones que desde mucho tiempo atrás no tenían ninguna duda. Es el caso que, si un programa es capaz de generar manifestaciones plásticas que tratan de competir con el arte que estimamos como genuino, ¿hasta qué punto podemos considerar que estos componentes algorítmicos son capaces de tomar decisiones creativas?

El Instituto de Arte Contemporáneo londinense fue el primero en acoger, en 1968, la exposición más influyente por aquellos entonces, denominada Serendipia cibernética. A cualquier artista o a cualquier persona interesada en el arte es inevitable que le asalten cuestiones que no pueden ni deben considerarse menores: ¿es posible que el número algorítmicamente adaptado puede crear pintura, y esta ser considerada como arte?

Hay quienes incluso han tratado no tanto de establecer patrones algorítmicos en la generación de obras plásticas para ¡trasladar la creatividad a la máquina! (Simon Colton y su programa The Painting Fool -el tonto que pinta- es un ejemplo), aunque el propio creador del programa reconocía que su reproducción algorítmica lo que pretende en su realización, no era tanto reflejar la emoción ni el estado de ánimo como su expresión, olvidando que crear una obra de arte no es tanto resolver un problema como la realización expresiva emocional e inteligente.

Si para Paul Klee el arte no reproduce lo visible, sino que lo hace visible, ¿qué podemos esperar de todas las iniciativas de la IA en el ámbito de la creación artística? ¿La abstracción en la pintura, por ejemplo, no son más que representaciones abstractas de la naturaleza, algo similar a los fractales que aquella produce en la naturaleza?

Parece a todas luces evidente que el arte es susceptible de producir números (así lo han visto en la actualidad no pocos artífices de la IA, sabían que, si queremos usar las matemáticas para identificar una obra o a un artista en su obra, deberían utilizar cosas medibles), pero, ¿son los números capaces de generar arte?

Para dar respuesta esta interrogante y a otras muchas similares al respecto, debemos, como decía anteriormente, tener claro qué es lo que consideramos inteligencia, también lo que entendemos como arte.

En próximos capítulos de este blog Ancile, trataremos de dar alguna respuesta a esta para muchos inquietante pregunta.



Francisco Acuyo



l arte y el número: el número en el arte. Francisco Acuyo




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