Para la sección, Historia de un Diario, del blog Ancile, traemos una nueva entrada que lleva por título: Desde el Appendix probi, hasta los primeros autores cristianos.La cristianización de Hispania.
DESDE EL APPENDIX PROBI, HASTA LOS PRIMEROS
AUTORES CRISTIANOS:
LA CRISTIANIZACIÓN DE
HISPANIA.
Tras el Appendix Probi y la formulación de su gramática de errores,
hemos podido constatar la evolución de las lenguas en nuestra Hispania de la
forma vulgar a la normativa. También los glosarios de Verrius Flaccus, del
Verborum significatione y el Origines sive etymologiae, de Isidoro de Sevilla,
ofrecen señas claras del latín tardío y popular en España. No debemos obviar bajo
ningún concepto las Glosas Emilanienses, ni las de Silos, en esta labor de
descripción de desarrollo y evolución de las lenguas románicas españolas. No
podemos olvidar los muchos autores clásicos latinos, en sus expresiones
coloquiales (Cicerón), o los llanos diálogos del mismo Plauto, en pro del
desarrollo del latín vulgar; véase el lenguaje de los personajes de baja estofa
en Horacio, Juvenal, Persio, Marcial y, claro está, en el Satiricón de
Petronio. De muy digna consideración para el entendimiento del proceso
evolutivo del latín vulgar serán también los muy diversos tratados técnicos y
sus muchas imprecisiones expresivas; las historias y crónicas de redacción
descuidada, las inscripciones latinas, la hibridación lingüística de leyes,
cartas, diplomas…. y desde luego las redacciones de los primeros
autores cristianos. (Sic)
Con este sorprendente
texto extraído de uno de los legajos fragmentados, nuestro autor sitúa la historia en el centro mismo de la evolución de
las lenguas de la Hispania, junto con la cristianización de las que ya eran
fronteras consolidadas de nuestra España. Acaso la gran persecución de
Diocleciano (quien atribuye a los cristianos
la galopante degeneración del Imperio) fuese la causa de tan pocos documentos y
testimonios de la iglesia primitiva en las provincias de la Hispania, en
cualquier caso, Tertuliano demuestra que, ya a principios del siglo III, la Iglesia habría
trascendido todo el territorio español. En este punto, traemos otro breve
fragmento que nos parece de interés:
En la Carta a los Romanos, Pablo de Tarso
confesaba su voluntad de visitar las tierras de las hispanias, y queda
supuestamente corroborado dicho viaje entre los años 63 y 67, según los datos
expuestos por Clemente Romano. Junto a este dato, será de especial relevancia,
la presencia de Póstumo (el usurpador), quien consigue expulsar a las hordas
germánicas, aunque posteriormente, con la ausencia de la protección de los
Severos, los bárbaros germanos vuelven a nuestras tierras para, finalmente, ir
integrándose en las organizaciones militares de la Hispania Romana…[…] Curioso
fue el efecto de la política de aniquilación del cristianismo en España por
parte Diocleciano, quien acaso obtuvo en nuestra geografía el efecto contrario,
célebres son los mártires en Hispania tras las persecuciones del siglo III,
siendo necesario tener presente que poco antes de aquellas habría de producirse,
en Ilíberis, el primer concilio general de la Iglesia católica en España.
Especialmente señalados serán los mártires San Marcelo, centurión de
hispano-romano de la célebre legión VII, o, también componentes de esta
legión, los soldados Emeterio y
Celedonio; y junto a estos las santas
Justa y Rufina, San Prudencio, Santa Elulalia…. […] (Sic).
Cuando las hispanias
se pasan a Constantino, favorecedor insigne del cristianismo, y tras derrotar a
Mencio (en puente Milvio, en el año 312) y relegar a su competidor, Licinio, tendría
lugar el edicto de Milán, monumento fundamental para la historia de Roma y, a
la sazón, del mismo cristianismo, y con el que se pretendía terminar con los
fanatismos en defensa de la libertad. Así las cosas, no en vano será el
cristianismo quien mantendría vivo el ya decadente Imperio de Roma. Esto, hasta
el año 380 en el que la religión cristiana se convierte en la confesión oficial,
acabando por tornarse, así mismo, el Imperio en eje vertebrador de la ortodoxia
cristiana.
Grande
importancia tuvo la presencia del nuevo
emperador hispano Teodosio, si en verdad pretendía: que todos los pueblos regidos por nuestra clemencia y templanza
profesen la religión que el divino apóstol Pedro enseñó a los romanos […]
Pero esto será argumento y relato de nuestra próxima entrada.
Francisco Acuyo
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