Para la sección Narrativa, del blog Ancile, traemos una suerte de microrelato de nuestro amigo y colaborador, Pastor Aguiar, bajo el título: Todo a la derecha.
TODO A LA DERECHA
Todo por la derecha, todo el mar a lo largo de la
noche y mi hermano diciendo inteligencias como de cien personas.
Un edificio grande por darle una medida a tanta
sombra. Los pájaros los puse de memoria donde faltaban puertas por abrirse; era
un sábado venido para siempre.
Se me ocurrió decir.
_ Esta agua que sueño no me moja, ¿será de imaginarla
tantas veces?_ Y fue posible mi hermano hacia la orilla.
_ Ven_ ¡Me dijo tan adulto!_ no te trabes ahora que la
pesca…
No terminé de oírlo, las sardinas, los avíos allá
donde otra noche se empataba a la nuestra.
Una ola errabunda desdecía los pasos en la arena de un
Juanzote venido de mis cuentos; cuál escuela sería este edificio dando tumbos
de borrachos ayeres.
_ Te llamarás Osvaldo; si es que ocurres_ Salvé a mi
hermano con un golpe de letras.
_ Iremos a buscar retrocediendo, pues la derecha
obliga. A buscar utensilios, las dos varas, un tabaco y los peces a la espera_
Seguí mientras Osvaldo se reía de un chiste impronunciable.
El olor a salmuera descorchaba un vino de otros
sueños.
_ Necesitamos aire, algún mareo para hacer buena
pesca_ Dijo él a plena marcha.
Lo seguí sin moverme, fue la tierra quien borró la
distancia y nos miramos con el agua hasta el pecho.
_ Hay demasiada luna, quizás los tiburones saboreen
allí donde estaremos. Voy a probar aquí.
Mi hermano le cantaba a gentes idas, a los muertos que
hubo en la vigilia.
De repente una lluvia, las dos varas se fueron de las
manos y fue lunes. El reloj no perdona.
Pastor Aguiar
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