EL SER POÉTICO
DE, ¿por qué el ser y no la nada?,
tiene mucho que decir la poesía. Mas, si tiene mucho que aclarar y declarar
será porque, aun cuando el ser se dice de
muchos modos (Aristóteles), la poesía será
el ámbito en donde se inviste y se impregna del más próximo sentido verdadero, si es que aspira a
algo más que a resolver la interrogante sobre lo que el ser fuera, pues
interesa saber más, cómo es el ser mismo.
La
dignidad ontológica (Heidegger)
indiscutible de la poesía nos muestra nada menos que lo más íntimo de lo que el
ser: su articulación, su organización, su
coyuntura, su dinamismo. Antes que cualquier indagación positiva[1]
destaca, despunta, reverbera el ser poético sobre el ente lingüístico, lógico y
literario.
En
este conjunto de reflexiones que constituyen Del ser en la belleza, tratamos de ir un paso más allá en sus
aproximaciones de la fruición estética y o artística, o lo que pudiere ser lo
mismo, de una ontología de sentimientos
que, al fin, acabará de conducir hacia una ontología de la obra de arte[2].
También pretendemos acaso de forma tal vez arriesgada una serie de
consideraciones que excedan o trasciendan (en la medida de lo posible), el
acervo óntico filosófico strictu sensu (aunque los vínculos y límites entre uno y otro dominio no son siempre tan
evidentes como parecieran). Indagamos en campos de relación en el que la forma,
en sentido hegeliano, se identifica, ontológicamente, con el mismo contenido.
En este sentido la matemática puede ser emparentada con la poesía, donde la
forma –del discurso- es una suerte de reflexión sobre la armonía de contenido y
formas expresadas como interioridad, entendiendo esta a su vez como la perfecta
coincidencia del contenido y la forma.
Por
todas las razones expuestas, creemos que coinciden (con las diferencias más o
menos obvias, que también daremos cuenta), matemáticas y poesía, y lo hacen más
que en un definir qué cosa son, lo
harán sobre qué sentido tienen. Con
toda humildad, creemos que la poesía –también la matemática en sus concepciones
últimas y más audaces, al reconocer sus límites- hacen frente a lo ignoto, en
el sentido heideggeriano de enfrentamiento a aquella imaginación trascendental
de la que Kant habría huido[3].
Poesía
y vida (existencia) es poética –como lo es matemática- si en verdad coincide
como potencia, posibilidad de ser que nos muestra que la poesía y la matemática
son una puerta hacia la existencia. Si el filósofo verdadero es el poeta, y lo
es porque el verdadero poeta es un filósofo[4]:
así el matemático también es poeta, y lo será como el poeta genuino también es
un muy singular matemático.
Francisco Acuyo
[1]
Chivrazzi, G.: Los sentidos del ser,
en Filosofía y poesía: dos aproximaciones
a la verdad, de Vattimo, G. Gedisa,
Barcelona, 1999, pág. 157.
[2] Vattimo,
G.: Arte, sentimiento, originarietà
nell’estética di Heidegger, en Poesía
y ontología, Milano, 1985, pág.147 a 168.
[3]
Chivrazzi, G.: opus. Cit. Pág. 162.
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