jueves, 31 de diciembre de 2020

MATEMÁTICAS DE LA FE

 Para la sección Pensamiento del blog Ancile, traemos un nuevo post que lleva por título, Matemáticas de la fe.



Matemáticas de la fe. Francisco Acuyo



MATEMÁTICAS DE LA FE


 

El problema que siempre supuso para mí la fe (de cualquier índole) radicó (acaso como a cualquier científico que una probación sistemática y experimental de una verdad exigiera) en distinguir con claridad lo que se estima como verdad y la demostración de aquella; acaso envuelto en una vieja filosófica (también matemática) controversia: la de la semántica y la sintaxis y completitud frente a su presunta consistencia formal.[1]

            Es hoy totalmente reconocida la imposibilidad de deducir un sistema o método mediante el que comprobar la seguridad de los números naturales en una forma de representación completa, teniéndose que descartar un sistema formal para llevarlo a cabo de forma completa.

            Es así que después de esta comprobación genial[2] pero frustrante para muchos (entre ellos el mismo Hilbert), hubo de distinguirse con claridad entre la forma sintáctica de la verdad matemática de la semántica o de significado para la demostración de un verdad. Así las cosas, hoy sabiendo esta realidad, antes intuyendo su profunda influencia, puede que yo también confundiese la verdad de una fe con la trascendencia que supone intuir al menos su significado.

            El reconocimiento de los límites de cualquier formalización (matemática o no) propone mucho más que la tarea de formalizar dominios cualesquiera (digo, e insisto en ello, matemáticos o no), para poder comprobar que el más profundo de los significados colegibles de ese reconocimiento de los límites de la forma radica nada menos que la potencia más extraordinaria y a la vez enigmática de la realidad de nuestra conciencia y de nuestro mundo implicado en ella, a saber: la creación como potencia dinámica y de significado de una verdad profunda. Esta intuición, reconozco, que es la voz a Gödel sin duda debida, en tanto que con su ambición lógica y los límites de ella, comprendí que se pudo acceder a conceptos intuitivos que traspasan las fronteras a lo que pueda acceder mediante el impulso creativo.

Matemáticas de la fe. Francisco Acuyo

            Es bueno aclarar el concepto de concepto en el párrafo anteriormente traído a colación, en tanto que la idea a la que apelo es a la de un concepto vivo, objetivo que conmina a un entendimiento racional del mundo y de nosotros mismos con lo que nos trasciende. Ahora bien, esa racionalidad no es la que se resuelve en virtud de lo ya asumido en virtud de su coherencia formal y lógicamente entendida, si que se explican en virtud de su analogía con lo trascendente y  que acaso no pueden explicar formalmente.

            Los confines de la mecánica algorítmica son las fronteras infranqueables que no podrán traspasar sus métodos, será por tanto un reconocimiento explícito al ser profundo de las cosas que en modo alguno puede supeditarse a la epistemología, es decir a aquello que podamos o no tener conocimiento.[3]  Reconozcamos con Kant que los objetos de la ciencia no son las cosas en sí, sino que en realidad forman parte de las mismas apariencias.

            Es por todo esto que intenté indagar en la cuestión tan rara para mí de la fe en lo trascendente, desde una óptica lo menos simplista posible amparada sin más en la apreciación sensorial (limitada) y en la constatación empírica de una verdad sin entrar en las consecuencias de significado que conllevan, si para acceder a aquellas verdades trascendentes acaso sea necesario un nuevo estado de conciencia con el que reconocer que un acercamiento intelectual (de conocimiento) a la verdad de lo trascendente, ignorando la ontología, el ser,  de aquella verdad desconocida y que la negación e ese ser, puede ser aún una mayor  ilusión que su potencial realidad.

            Proseguiremos con nuestras reflexiones sobre asunto tan peliagudo como sin duda lo es la fe, en una era donde la constancia de lo experimentado y mal entendido en su experiencia, no deja si quiera un respiro para pensar lo que no podemos tocar o sentir por ser invisible y que no obstante se resiste a  nuestra indiferencia, si tenemos al menos un mínimo de curiosidad al respecto.

 

 

Francisco Acuyo

 

           

 

Matemáticas de la fe. Francisco Acuyo



[1] Yourgrau, P.: op. cit. pág.98.

[2] Llevada a cabo Kurt Gödel con su demostración del teorema de la incompletitud.

[3] Yourgrau, P.: op. cit. en relación a los límites establecidos por Gödel y su teorema de la incompletitud,  pág.139

No hay comentarios:

Publicar un comentario