jueves, 10 de diciembre de 2020

DE LA REALIDAD LÓGICA AL DISPARATE NEOPOSITIVISTA DEL MUNDO

Para la sección, Pensamiento, del blog Ancile, Traemos un nuevo post que lleva por título: De la realidad lógica al disparate neopositivista del mundo.




De la realidad lógica al disparate neopositivista del mundo. Francisco Acuyo


DE LA REALIDAD LÓGICA AL DISPARATE


NEOPOSITIVISTA DEL MUNDO



¿Puede resumir o remitirse el sentimiento y pensamiento religiosos a una relegación

(inhibitoria) de las estructuras cognitivas actuales y que la participation mystique1 como una

función mental propia de la sociedades inferiores o prelógicas, que, como decíamos

anteriormente, explicaban y accedían al mundo mediante esta vía mítica preracional?

Esta interrogante es esencial para tratar de considerar la gran contradicción de las

neurociencias, que niegan la existencia de un mundo independiente del cerebro, y por lo tanto

de la realidad de un mundo trascendente que no dependa directamente de aquél. Este

presupuesto es fundamental para esta ciencia positiva para negar su existencia verídica.

Curiosa posición cuando la verdadera nueva ciencia (mecánica cuántica) expone que no es

posible el reconocimiento de un mundo material sin la incidencia fundamental del observador

portador necesario de una conciencia. Claro está que para el neurocientífico la misma

conciencia es un producto netamente cerebral. La conciencia es un fenómeno dependiente

del cerebro.


Cuando se dice que el místico en éxtasis está en un estado alterado de conciencia,

todo lo que de él se traduce y se trasluce debe interpretarse como producto de su propio

cerebro, y por tanto carente de toda veracidad o realidad objetiva. Pero, ¿qué es realmente lo

objetivo y ingenuamente reconocible fuera del ámbito de nuestra propia conciencia? ¿Existe

algo a lo que sea posible acceder con plena garantía de su existencia verdadera al margen del

que lo observa?



Nos parece increíble conque fatuidad y petulancia algunas ciencias (dixit) modernas

por novedosas (al menos en sus acepciones) establecen que otras ciencias (se supone que

menos modernas), filosofías y maneras de entendimiento y comprensión del mundo (habría

que incluir sin duda, no sólo a las religiones, también a las disciplinas artístico literarias

(narrativa, poesía…) ya que sus conceptos permanecen anclados en palabras y conceptos

precientíficos.2 De nada nos ha de servir el acervo mítico y simbólico incalculable de verdad

y sabiduría de los textos antiguos (religiosos o no). ¿A qué puede atribuirse disparate tan

notable en estas declaraciones? ¿A la ignorancia de esa realidad opima simbólica de

incalculable valor interpretativo para mejor conocimiento de nuestra propia humanidad? ¿O

a la simple afectación presuntuosa del positivismo decimonónico todavía arraigado con

fuerza en esas potenciales nuevas ciencias que creen tener entre sus teorías la explicación

última del mundo?


Nos parece en verdad inconcebible que estas ciencias nuevas (muchas de ellas dentro

del ámbito de la biología y la propia medicina) sigan ancladas en presupuestos periclitados

por las verdaderas ciencias duras (véase la misma física) en lo que la realidad del mundo y

de nosotros mismos, como seres conscientes, sea, si es que nos cada vez más difícil de separar

(oh casualidad, como el pensamiento primitivo acertaba a relatar y entender).3

Pensamiento que ampara la función poética del lenguaje, es decir del arte poética

particularmente (y del arte en general); desde donde situarse de manera privilegiada entre en

el ámbito de la magia y la religión, en tanto que se atreve a humanizar las leyes naturales

unas veces (religión), y otras a naturalizar las leyes humanas, antropomorfismo de la

naturaleza, o, fisiomorfismo del hombre (teniendo en cuenta que no hay religión sin magia ni

magia sin religión), y que reviste tantas veces a la intencionalidad poética de ese carácter

apodíctico con el que se configuran no pocas manifestaciones de su arte. ¿Debemos pues,

rechazar no solo lo más implacable y duro de la ciencia (física y matemáticas) si no también

todo el arte como vía de conocimiento e integración en el mundo hasta nuestros días por el

hecho de que su configuración esté ¿anclada? en palabras, conceptos y símbolos que en

muchos casos se pierden en la noche de los tiempos? Según estos linces de la ¿epistemología?

actual tratan de consumar sus disparates como verdades inamovibles y clarificadoras por

modernas y netamente materialistas. Ya exponíamos en otra ocasión que esto es inenarrable

cuando, sobre todo, no tenemos nada claro lo que es la misma materia y lo que la diferencia

del vacío de la nada.4





Francisco Acuyo



Levy-Brull, L.: Les fonctions mentales dans les sociétés inférieures, Alncan, Paris, 1910.

Watson, P.: Not written in Stone, New Scientist, nº 2514, 2005, pps. 42.44.

3 Acuyo, F.: Poesía: pensamiento salvaje, blog Ancile, https://franciscoacuyo.blogspot.com/2013/11/poesiapensamiento-

salvaje.html4 Acuyo, F.: Todo sobre la nada, inédito.

4 Acuyo, F.: Todo sobre la nada, inédito.


 

De la realidad lógica al disparate neopositivista del mundo. Francisco Acuyo




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