viernes, 5 de mayo de 2023

LOS PROCESOS TRÓPICOS ANALÓGICOS VERSUS SINTAXIS COMPUTACIONAL

 La cuestión terminológica no es, o por lo menos no debiera ser, cosa baladí; siguiendo el argumento sobre la IA y la realidad de los sistemas complejos y dinámicos en relación con el ámbito de la computación, exponemos para la sección de Ciencia del blog Ancile, onueva entrada, esta vez bajo el título de: Los procesos trópicos analógicos versus sintaxis computacional.


LOS PROCESOS TRÓPICOS ANALÓGICOS

VERSUS SINTAXIS COMPUTACIONAL

 

Los procesos trópicos analógicos versus sintaxis computacional. Francisco Acuyo

Si bien la información de Shannon es expuesta en la habitual sintaxis binaria de números enteros (01), debemos distinguirla  de la denominada gödeliana, cuya característica analógica es capaz de la observación de un panorama semántico mucho más rico y complejo, que incluye el propio lenguaje interpersonal con el que comunicamos emociones, afectos, pensamientos, anhelos, etc…, por lo que se infieren entre ambas manifiestas diferencias que, finalmente, serán desde luego sustanciales.

                El mensaje que genera la comunicación analógica ensalza y da preponderancia al significado del mismo. El significado en la sintaxis digital (de Shannon) carece de importancia. De nuevo las diferencias son evidentes. Reconocemos algo extraordinariamente importante en este punto: el mensaje es reconocido por el cerebro (la conciencia), cuestión fundamental, porque es este (o aquella) el (la) que proporciona el significado. Esta distinción que puede parecer paradójica entre cerebro y conciencia, viene a resolverse porque no todos los científicos consideran la conciencia como un mero epifenómeno del cerebro. No obstante, en estos momentos no entraremos en estas consideraciones (de las que sí hablamos en otros posts al respecto por ser de importancia singular, pero que para los propósitos de esta entrada no aportan nada nuevo).

                La conclusión de que el cerebro (y otros sistemas organizados) pueden ser considerados computadoras orgánicas, no nos parece que tenga fundamento por la gran contradictio in terminis (que ya advertíamos en la anterior entrada), sobre todo porque, lo que es fundamental en el ordenador, sus componentes diferenciados de hardware y software, son indistinguibles en estos sistemas complejos y organizados, sin hablar de aspectos muy especiales de estos sistemas, en el caso del cerebro, su neuroplasticidad, cuya maleabilidad pone distancia insuperable entre el artefacto digital y estos sistemas dinámicos.

                Si algo aprendí del estudio e investigación del fenómeno de la sinestesia, es su relación directa con el fenómeno de la conciencia*, manifiesta en su manera analógico comparativa del mundo interno y el exterior, fue que las fronteras de los mismos sentidos pierden sus límites estrictos convencionales, fundiéndose unos en otros, y donde, incluso las abstracciones más potentes, no pueden eludir ese mecanismo analógico, por que la percepción sensorial puede adquirir presencia sinestésica en esa o aquella abstracción traída al caso. No es raro encontrar afectas emociones, pensamientos, intuiciones, de percepciones sensorias de la más variada índole en estas singulares abstracciones sinestésicas.

                El término ordenador orgánico distribuido (conocido como brainet)[1] ofrece, en fin, para este modesto intérprete una confusión que va más allá de la mera cuestión semántico terminológica, siendo esta última muy importante de por sí, también por las propiedades de un ordenador y la de un sistema complejo analógico sincrónico, que entran en franca contradicción con lo que, per se, se supone que es un ordenador o máquina de cómputo.

      Nos parece muy conveniente para quien pretenda defender la tesis de estos supuestos bioordenadores, atender a la elaboración terminológica adecuada. Las manifestaciones artísticas, solo como un primer ejemplo, pueden dar cuenta de abstracciones, emociones, pensamientos, imposibles de englobar con el concepto de computador, incluso en los considerados como de baja dimensión, como es el lenguaje, y como ejemplo de alta complejidad podemos situar el discurso poético y sus singulares desvíos de la norma, no sólo gramatical, sino de la del sentido común o racionamiento puramente conceptual.

                Dicho esto, planteamos, ante el atrevimiento de estas corrientes neurocientíficas, si es posible trasladarlo también a una cosmovisión neurocéntrica, donde el órgano cerebral será el centro de todo lo que existe. Sobre esta cuestión debatiremos en próximos posts del blog Ancile.

 

 

Francisco Acuyo

 

               

               



[1] Nicolelis, M.: ob. cit. 190
*Acuyo, F.: Fisiología de un espejismo. Sinestesia: Pincel del pensamiento, Entorno Gráfico, colección Exagium, Granada, 2023.



Los procesos trópicos analógicos versus sintaxis computacional. Francisco Acuyo


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