martes, 25 de marzo de 2025

CON ALCANCES DE HUMUVIA, DE ANTONIO CARVAJAL

Para la sección de Editoriales amigas, traemos una nueva entrada que dedicamos al nuevo libro editado por Alhulia Ediciones, en la preciosa colección Mirto Academia, de la Academia de Buenas letras de Granada, y que lleva por título, Con alcances de humuvia, del poeta Antonio Carvajal, cuyas excelencias queremos compartir con nuestros seguidores muy parcialmente ofreciendo unos pocos poemas, que creo servirán para abrir el poético apetito al resto que componen  tan singular libro de poemas.



CON ALCANCES DE HUMUVIA, 

DE ANTONIO CARVAJAL


Con alcances de humuvia, Antonio Carvajal



AIRE LIBRE


Para Manuel Vergara




Qué libertad los montes.

Ancha la luz, más anchos 

los pechos con la brisa 

más dilatada y ágil, 

sentirse humano y pájaro, 

pájaro de alma en vilo, 

con más trino, más vuelo, 

y sin riesgo en los saltos

pasar los carvajales 

a impulsos de vergaras, 

más allá del sí mismo, 

oh libertad sin tasa.





ONCENA CON HUMUVIA


Para José Biedma





Es el macasar humuvia

en los páramos del frío

como tras ardiente estío

con caricias de la lluvia

se despierta un vago aroma

con dejes de macasar,

y al cuerpo ―que se sabía

exánime― qué alegría

lo mima y lo mece y toma

cuando vuelve a suspirar

y el campo el alma le asoma.


Con alcances de humuvia, Antonio Carvajal
Antonio Carvajal


TRANSPARENCIAS


Tienes el alma de sal,

dejas que la luz te pase

con la transparencia alada

de un silbo claro en el aire. 

Lo sé porque mis palabras 

y tus palabras se hacen

lazos de brisa en los ojos, 

nudos de luz en los aires.



RETRATOS



A menos luz del viso,

el iris más brillante, 

y a tules y tinieblas 

de fondo, candeales 

las mejillas: con más 

rocío, menos sangre.

Con paso poco el cuerpo;

a la sonrisa, el aire.

¡Ay de quien no sonríe! 

Queda muda su imagen, 

ciega al rumor del agua 

en los cañaverales. 

Importa más el ojo 

que vio que los paisajes 

vedados al silente 

tránsito de los ángeles; 

y, aunque nadie se guste 

cuando alcanza a mirarse 

en la mirada de otro 

con la verdad por clave, 

las leves aureolas 

de la gracia le hacen 

saberse más en sí 

y miembro del linaje 

de los que bien se aceptan 

porque mejor se saben.

Fijar para otros días

Ese momento grácil

en que el cautivo rompe

los lazos asinales

es prodigio aromado

que en el índice trae

el generoso pálpito

de Francisco Fernández.



Antonio Carvajal




Con alcances de humuvia, Antonio Carvajal




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