domingo, 19 de noviembre de 2017

LA TEORÍA DE GRAFOS Y LA POESÍA

Para la sección, Poesía y matemáticas, del blog Ancile ofrecemos una nueva entrada que lleva por título: La teoría de grafos y la poesía.



La teoría de grafos y la poesía. Francisco Acuyo




LA TEORÍA DE GRAFOS Y LA POESÍA






Que el discurso poético se caracterice, entre otras muchas peculiaridades (los proverbiales desvíos lingüísticos del mismo), por la síntesis y economía en sus fórmulas expresivas, me han llevado en muchos momentos a valorar su dinámica estructural en términos análogos a como lo haría respecto a muchos aspectos que corresponde directamente con las matemáticas.[1] El valor de la imagen (véanse la incidencia trópica en su discurso: metáfora, sinestesia, metonimia, sinécdoque…), también es una fórmula poética muy poderosa y sinóptica que garantiza la frugalidad y agilidad de su discurso, abaratando grandemente la extensión de sus expresiones y llevando a un grado de concisión y exactitud de sus alocuciones que no dejarán de resultar harto sorprendentes (se me ocurren las formas tradicionales de nuestra poesía, expresas en canciones muy breves como las seguidillas, o en el de las tradiciones orientales caso especial sería el haiku).  A raíz de alguna observación en el ámbito de la poesía experimental he podido constatar esta peculiar analogía, hasta tal punto que he llegado a ver similitudes con otra teoría matemática especialmente útil y llena de valores estéticos, me refiero a la teoría de grafos.

                  Lo bueno si breve, dos veces bueno, en poesía (y en matemáticas) es una máxima de grande preponderancia y valor matemático y expresivo. Esto, en la estructura métrica del poema, es algo elemental que acaso nunca antes se ha intentando emparentar con el mundo de la teoría de grafos porque su evidencia se ha remitido al dominio de los ritmos y la eufonía del verso, no obstante, podrían hacerse gráficas netamente matemáticas de determinados poemas, más claras en los que están estructurados en estrofas regulares, pongamos un soneto. Las interacciones recurrentes se darían en la sílaba décima (obligada) y las otras en las sílabas acentuadas propiamente en los versos endecasílabos (¡ª, 2ª…. 6ª……8ª…10ª), pudiendo quedar una gráfica (muy rudimentaria e hipotética en este caso); digamos, de una cuarteta  del soneto  que tendría la siguiente secuencia acentual e interacciones rítmicas:
La teoría de grafos y la poesía. Francisco Acuyo

Podrían acoplarse los colores pertinentes según criterios de repetición de acentos, cesuras, pausas…. Consiguiendo una gráfica característicamente matemática, convirtiendo todas estas incidencias en un conjunto de puntos (vértices, nudos o nodos) y por un conjunto de aristas o líneas que relaciona pares de vértices.

                  Estos serían esquematismos extraídos de las propias estructuras métricas del verso y del poema, haciéndose posible otros en razón de la gramática y la sintaxis del mismo, de los elementos retóricos…. Lo que nos permite aplicar estudios estructurales del poema en virtud de los grafos extraíbles de dichas estructuras y que acabarían poniendo el poema en relación con campos de las matemáticas como la combinatoria, la matemática discreta, la topología, teoría de algoritmos…..

                  La posibilidad de generar grafos etiquetados y ponderados, dirigidos o dígrafos nos pone sobre la mesa una visión más amplia y más rica, si cabe de la propia realidad del verso, del poema y inevitablemente de la poesía. Seguiremos insistiendo sobre este punto en próximas entradas.


Francisco Acuyo



La teoría de grafos y la poesía. Francisco Acuyo







[1] Véase la sección Poesía y matemáticas en el blog Ancile.

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