miércoles, 9 de marzo de 2011

LUIS JAVIER MORENO: Y EL HEMISFERIO INFINITO

Luis Javier Moreno, poeta invitado, Ancile



LUIS JAVIER MORENO: 
Y EL HEMISFERIO INFINITO






Esta primicia de El Hemisferio infinito nos lleva en esta ocasión a la poesía de Luis Javier Moreno. De este querido poeta segoviano mostramos algunos poemas y mi sincero reconocimiento por su arte poética y su gentil y siempre desinteresada amistad. Queden estos poemas como exigua muestra (cuantitativa) de su singular y alto quehacer artístico, y como precisa y preciosa huella,  cuya muestra sirva de útil para seguir y encontrar  el extraordinario rastro de su obra literaria y poética.



Luis Javier Moreno, poeta invitado, Ancile
Andrés Sánchez Robaina, Francisco Acuyo
y Luis Javier Moreno




BIO-BIBLIOGRAFÍA





Luis Javier Moreno, escritor, poeta y traductor, nace en Segovia en 1946. Licenciado en Filología Románica, fue Becario Fulbright, invitado al International Writing Program, de la Universidad Iowa (USA), Master of Arts, por la Washington University de Saint Louis (USA). Fue premio Rafael Alberti (1998) y  Jaime Gil de Biedma (1991). Cofundador y codirector de la revista Encuentros.

Su obra publicada hasta la fecha es la siguiente: Poesía:  Diecisiete Poemas (Salamanca, 1978), Época de inventario (Balneario escrito, Valladolid 1979; Amarú ediciones, Salamanca, 1992), En contra y a favor (Barcelona, 1980), De cara a la pared y otros poemas (Segovia, 1984), 324 poemas breves (Junta de Castilla y León, Barrio de Maravillas, Valladolid, 1987), Última argucia de la razón práctica (Cádiz, 1989), El final de la contemplación (Visor, Madrid, 1992), Rápida plata (La General, Granada, 1992), Cuaderno de campo (Hiperión, Madrid, 1996), Paisajes en el Prado (La Moderna, Luxemburgo, 1997), Sobre el blanco (Villafranca del Bierzo, 1998), Elegías (La Moderna, Luxemburgo, 2002), Poemas de Segovia (Diputación provincial, Segovia, 2002), Rota (La Moderna, Luxemburgo, 2003), Poemas escogidos. Antología 1965-2005 (Antólogo: Gustavo Martín Zarzo. Junta de Castilla y León Barrio de Maravillas, Valladolid, 2005), En contra y a favor (2005) (Fundación Jorge Guillén, Valladolid, 2007). Prosa: La puntada y el nudo -Diarios I- (Segovia, 1993), En el cuartel de invierno -Diarios II- (Diputación provincial de Granada, Maillot amarillo, Granada, 1997), Cuaderno de paso -Diarios III- (La Tertulia de los martes, Segovia, 2000), En la llama del fuego (El Extramundi, Iria Flavia, 2001), Horas Marinas -Diarios IV- (Diputación provincial de Cádiz, Cádiz, 2005), Carta de Cide Hamete Benengeli (Campo de Agramante, Cádiz, 2005). Traducciones: Horacio: Odas (Antología. Barcelona, 2000), Robert Lowell  , Día a día / Day by Day (Losada, Madrid, 2003).


Luis Javier Moreno, poeta invitado, Ancile
Andrés Trapiello, José Jiménez Lozano, Pilar Celma y Luis Javier Moreno



POÉTICA




POR QUÉ ESCRIBO, PARA QUÉ ESCRIBO


                Estas dos cuestiones que el editor de Zurgai propone no son propiamente una "poética", aunque podrían constituir parte de los asuntos que trata ese género. Intentaré responder de modo breve. Diacrónicamente (según recuerdo) el origen de mi escritura lo sitúo en la lectura de los poemas que las enciclopedias y libros de texto de mi infancia y juventud incluían. En esas páginas y la fascinación que me producían, quizá esté el origen de mi inclinación a la escritura en verso. Siguiendo el curso de la diacronía, un segundo móvil de esta actividad que comencé hacia los 12 años de mi edad, situaría el estímulo y la emulación: me explico. Por esos años tuve la suerte de contar entre mis profesores con un gran poeta, Jesús Tomé, cuya marcha a Puerto Rico, donde todavía vive, le apartó del circuito patrio-lírico. Tomé animó a sus alumnos a escribir, insistiendo en lo provechoso y noble de tal tarea; ni yo ni el benemérito poeta que Jesús Tomé era, debía ser consciente por entonces de la perfecta inutilidad de un género absolutamente prescindible, mucho antes de que Karl Marx situase las actividades estéticas entre las superestructuras de la realidad. Después, creo, he seguido escribiendo poesía por la inercia que produce el ejercicio de una actividad que uno emprende con una cierta dosis de entusiasmo... Y así sigo.
                La segunda cuestión: "Para qué escribo", me sitúa en el ámbito de las intenciones, un terreno tan resbaladizo como confuso. Puede (y enlazo con el párrafo anterior) que la rutina puede, a veces rozar el entretenimiento, incluso una porción de gusto cuando los resultados, particularmente, me satisfacen... En cualquier caso no deja de ser un ejercicio extraño donde, además del aspecto lúdico de la actividad, nos introduce en ámbitos cuyos componentes son tan variados como los sujetos que lo ejercitan: unos intentan llamar la atención, otros conquistar a una mujer, otros para celebrar un acontecimiento (la vida e incluso la muerte), otros intentan explicar el mundo (su mundo, al menos) y progresar en el conocimiento de sus complejidades, incluso (ingenuidad suprema) no deja de haber quien cree obtener fama y dinero por las trochas de la lírica... Ignoran que la fama y la riqueza se obtienen por otras vías y otros procedimientos menos inocuos y escrupulosos que rellenar cuartillas en líneas discontinuas, desde la regularidad vertical del margen izquierdo a la irregularidad del derecho.


                                                                                                                             Luis Javier Moreno



Luis Javier Moreno, poeta invitado, Ancile


SALZKAMMERGUT: ALGUNOS CAMINOS


Luis Javier Moreno, poeta invitado, Ancile
                Para Adrián Nicolae por afinidad espacial
 y otras proximidades de más y mejor tiempo



Veo desde el camino el accidente
suyo, su allá más próximo: unas flores,
la bajante sonora del arroyo,
música donde escucho deletrear mi nombre
en una tregua entre mis tempestades
y exigidas renuncias renuentes,
papel indefectible que no cambia
más de lo justo, pese a mis esfuerzos
por deshinchar la luz de sus tormentas
y acomodar su ausencia a mi silencio.

Puede que haya paisajes en el mundo
(limbos en un diluvio de linajes)
igual de hermosos pero más, no creo.
¡Ese aire, de Bad Ischl a St. Wolfgang,
bajo la claridad del cielo frío,
riza el azul del agua azul del lago,
alargado, de Stobl a St. Gilgen!
El futuro, se sabe, de estas formas
será lo que ya fuera: un armisticio
entre celeridad y parsimonia,
como nuestro pasado y su presente.
De los manzanos cae fruta madura
ante el desdén del vecindario ahíto.
¿Por qué no las recogen? les pregunto.
Miran y no contestan. Allí cerca,
en la Im Weisses Rössl, las camareras
disponen en las mesas primorosos,
manjares por si acaso en esta noche
vuelve el emperador, como aquel día,
a ser de nuevo el rey de la taberna
antes de que la fiesta se termine
y el agua se oscurezca por echarle
las píldoras de plata de las sobras
desde la loza de las alacenas.




MEZQUITA: INTERLUDIO CORDOBÉS 
EN EL BOSQUE DE SCHAFBERGER






Anoche las imágenes de un sueño
me arrastraron al bosque... Allí cambiaban
el tono y forma de la fronda, su ancho,
el riguroso enlace de colores
bajo el exacto medio punto estricto
que adoptaban las ramas por encima
de un techo arcano, próximo a mis ojos.
¿He regresado a Córdoba? Dudaba.
Tienen los nombres ciertos aires tristes
cuando una boca triste los enuncia
como mi percepción de Córdoba, insistente
del blanco oscuro al rojo-feroz-rojo
de un acanto que pierde por el suelo
de pulida madera hojas caídas
y las esconde tras los capiteles
en apariencia de mujeres, hombres
y animales confusos en razón de su cuerpo...
Luis Javier Moreno, poeta invitado, AncileCandorosa pereza de la carne,
calvas cabezas, húmedas de llanto
en el extremo duro del remate,
que se dejan tocar, rubias melenas
por donde el oro, lento, más progresa
desde mí mismo, en las consolaciones
de haber vivido no como yo quise
sino como he podido... Silencioso.
Reconozco esas trenzas, vientres planos,
percance que acontece cuando no se le espera
en el costado seco de la sangre,
ése de un verso que no ha encontrado ritmo
para el poema, límite y distancia,
donde fluir... Así se hace visible
el blanco en la deriva de los sueños
donde lo que ya ha muerto y lo que vive
son una misma cosa, un mismo cuerpo,
en la metamorfosis del paisaje
dejada por la ausencia privada de su atmósfera.

No son recuerdos, sólo analogía
con un lugar distinto y digo Córdoba
por la disposición del panorama,
por la ternura de los ademanes,
por la transformación y la belleza
de las acciones y sus resultados...
Es decididamente Córdoba, una tarde
tibia de otoño, cerca del invierno,
entre la verticalidad de las columnas
con otros capiteles, desde el lado
norte de la mezquita, ese otro bosque,
propiciador de tanta maravilla,
a que llegué en ocaso por el ángulo
quebrado de un espejo cuya imagen
era más bella que su asunto, enfrente,
y mi sueño del bosque de Schafberger...
Escuché cierta voz, como de insidia:
todos los maricones fuman mucho
y se curan con vodka las llagas de su mugre...
Discurso desgajado de un poema,
a veces carne, aroma de los troncos,
que ven ponerse el sol febril de ocaso,
recto olor (tecnológico) por roce
transformador de mi perpleja vida.









LINZ AN DER DONAU




Por su naturaleza no deberían los sitios
asumir culpas, responsabilidades
de quienes humillaron sus espacios-rostros
con cicatrices que los maquillajes
sutiles-cuidadosos no revocan.
Detrás de los espejos, en su óxido,
un arrebato de tragedia alienta
en el umbral de su enmascaramiento.
En la cara de Linz un surco cruza
de verde pus: ser la ciudad de Hitler,
ese engendro, acuarelista pésimo,
que cuando empezó malva acabó malva,
muro sobre las flores arrumbadas
en el insomnio de su horror-pintura,
visible mordedura de la fiera.
Desconozco si el río-azul-Danubio
lo ha sido en Linz... Jamás en esta zona
de su margen derecha, hacia la altura
de Nibelungenbrücke, frente al puente,
en el nº 6 de Untere Donaulände,
por donde 20 chinos huían de 2 chinos
y veía "el bastardo" el curso lento
de las aguas pacíficas del río
con los reflejos-Hitler en 100 bolas
de un reluciente abeto navideño,
mientras planificaba el fin del mundo
a la deriva de un futuro impávido.

Se asomaba la noche a sus pupilas
ratificando oscuros vasallajes
y entregar el planeta a fieras ratas,
untado de una crema de queso,
para que no quedase casa indemne.
Inquiere Lucifer-Hitler: ¿Hay alguien
que se atreva a contar los días de mi vida?
Sistemático máximo, el imbécil
de Linz temía... Había ya agrietado
los frescos de Altomonte en una de sus bárbaras
visitas a St. Florian de turista palurdo,
tan germánico (cuánto) y decidido
a convertir a Linz en la moderna
y más monumental ciudad del Reich,
deshaciendo sus círculos de bóveda.
Ni siquiera Anton Bruckner, voz ardiente,
neutralizó esos humos ácidos con su obra,
donde la transintoria eternidad no cambia
una realidad en otra... ¿Cómo hacerlo 
(Treue um Treue, dementes compasivos)
si la fiera legaba basuras y ceniza,
latas mugrientas, cáscaras de huevo,
el modo en que los sádicos quebrantan
el frágil cuello de las aves frágiles?
¡Cuanto, Linz infeliz, has soportado,
austroalemana, que te arrojó Hitler
hacia la vejación de su ignominia
como si del paisaje un rito fuese,
demostrador de cuanto puede un loco,
decidido a matar, poner en jaque
con sus chinches al manto de la tierra,
como quien baila un vals frente a la galería
entre los desperdicios que la rondan!



                               Luis Javier Moreno








Luis Javier Moreno, poeta invitado, Ancile






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