Para la sección, Noticias, del blog Ancile, traemos la
primicia editorial de la Fundación Jorge Guillén de Valladolid y Ediciones de
la Universidad de Valladolid, que lleva por título: Correspondencia (1924-1972), Jorge Guillén –Américo Castro, bajo la
exigente dirección de Antonio Piedra, con una avisada y muy entretenida
introducción de Manuel J. Villalba (Los restos del naufragio).
En este libro podrá encontrase el lector interesado con la
interesantísima correspondencia que mantuvieron durante casi cincuenta años el
insigne filólogo e hispanista Américo Castro y el genial poeta de Valladolid
Jorge Guillén. Estos 205 documentos (cartas, postales, tarjetas, telegramas…),
cuyo valor epistolar es reconocido por los propios autores con fundamento y que
nosotros ahora ponemos de relieve a la sazón de esta primicia editorial. La
reunión de todos estos documentos (Biblioteca Nacional de España y la Fundación
Xavier Zubiri en Madrid, y el diverso tono de esta correspondencia (familiar,
institucional, literario, prosaico…) hace del volumen una publicación singular
que, además, ofrece con los textos, un
contraste de caracteres entre uno y otro de sus autores que hará sin duda la
delicia de los lectores.
Los diferentes momentos históricos en los que se desarrolla dicha
correspondencia hace también de esta publicación un documento particularmente
interesante: durante el trauma de la
guerra civil y de la posguerra, con todos los innumerables exiliados que
tuvieron que salir de España, situación y testimonios que pueden de una u otra
forma dar una semblanza de gran relevancia (personal e) histórica, plasmando en
su relación de amistad en estas cartas, una muestra especial de lo que pudiera
ser una construcción para una identidad exílica colectiva.
Por estas y otras mucha razones deducibles de estas páginas verán elementos
de atracción y aliciente para su lectura mucho más que suficientes para acceder
a su lectura. De este modesto espacio nuestro recomendamos vivamente su adquisición
y disfrute intelectual, emocional e histórico que desbordan sus páginas.
Ofrecemos una brevísima muestra de dos de las cartas que componen
este producto editorial de excepción. Se trata de la correspondencia en la que
se debate, entre otros asuntos de interés (reseña de un libro de Pedro Salinas),
la corrección de la próxima publicación de la primera tesis doctoral sobre el
libro Cántico.
CORRESPONDENCIA
(1924-1972)
12
CARTA MANUSCRITA DE AMÉRICO
CASTRO A JORGE GUILLÉN Membrete
impreso: Department of Modern Languages and Literatures, Pnnceton University,
Princeton, New Jersey Dirección manuscrita: 120 Prospect Avenue
1 de octubre (de 1940)
Querido
Guillén:
Un
saludo desde aquí, en donde me tiene sus órdenes.
A ver si nos vemos.
The Kenyon Review quiere
publicar una reseña del libro de Salinas (dos mil quinientas palabras). A mí
me es imposible por estar con deudas de trabajo que empiezan a abrumarme. Me
instan a que busque alguien que lo haga. No veo a nadie sino usted. Me apena
tener que proponerle esta incumbencia, pero me mueve a ello el gran interés que
tiene en hacer algo de “calidad”, dada la dificultad que les ofrece una obra
como la de Salinas.
La señorita
Pleak presentó la tesis67 sobre Cántico6S. Tuvo que
terminarla sola, y hay partes algo escolares, con citas de críticas, etc. En conjunto es trabajo decoroso, y
sería bueno para usted que se publicara eso en este país. En cuanto reciba una
de las copias se la mandaré. No sé por qué no la mandó ya.
¿Llegó Leví?
Me alegraría saberlo ahí. Cuénteme de cómo le va por entre tanta ninfa y
hamadríada.
Afectos
a su señora. Un abrazo,
Américo
Castro
13
CARTA
MANUSCRITA DE JORGE GUILLÉN A AMÉRICO CASTRO Dirección manuscrita:
201 Weston Road, Wellesley
7 de
octubre de 1940
Mi
querido amigo y maestro:
Aquí
me tiene usted, contento sobre todo de estar cerca de ustedes, los amigos
buenos de este continente. Yo espero que no se hará esperar la ocasión de
reunirnos: ¡nos unen lazos de vecindad!
Le agradezco mucho que me haya
escrito con motivo tan honroso. Pero, a la vez, lo lamento, porque me duele
muchísimo verme obligado a responder negativamente. Y no solo porque pese sobre
mis hombros la nueva tarea de Wellesley y su Infinito administrativo. (¡Usted
no sabe lo que es una República femenina!). No es tampoco por falta de interés
o diligencia, naturalmente. Me importan de modo tan esencial los temas de ese
artículo que me es imposible “despacharlo” con rapidez en las actuales circunstancias.
Manrique, Garcilaso, Fray Luis, San Juan de la Cruz, Góngora, la poesía y la
realidad, y, por último, la poesía y la realidad de Pedro Salinas, poeta y
crítico: ¡imposible! Todo ello constituye una montaña de trascendencia y
gravedad que no puedo escalar ahora, en estos días, en estas semanas. Y claro
que esta negativa me causa gran disgusto. Es indispensable que se publique en
esa revista esa reseña. ¿Por qué no la hace usted? Nadie mejor.
Don Pedro, me dice, en carta recibida anoche, que Spitzer acaba de
escribir un extenso estudio sobre su poema: “Le conceptisme interieur
dans la poesie de Pedro Salinas”. Acaso el propio Spitzer
pudiera... Pero no. ¡Usted, querido Américo, usted! En cuanto a la
“disertación” de Miss Pleak, ¿qué voy a decirle? Que no salgo de mi asombro
-¡no vaya usted a figurarse que a mí eso me parece natural!-, y que no tengo
palabras para expresarle a usted, verdadero “responsable”, mi gratitud. ¿Cuál
es la dirección de esa señorita? ¿Por qué no me manda ella una de las copias? Ezio
Levi está aquí con su señora. Ya le dije que usted preguntaba por él.
¿Y su Historia de la Literatura?
Saludos para
Augusto Centeno.
¿Llegó
su hijo? Nuestro recuerdos a su mujer. Y para usted, un gran abrazo de
Jorge Guillén
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