Movida por la misma curiosidad que muchos otros sobre la naturaleza de la realidad, prosigo con indagaciones alrededor de las peculiaridades de la que se supone es fundamento de aquella realidad cual es lamteria, y todo para la sección de Ciencia del blog Ancile; esta vez siguiendo el post anterior y con el título: Más curiosidades sobre la materia y la conciencia. ¿Es posible una física inmaterial de la conciencia?
MÁS CURIOSIDADES SOBRE
LA MATERIA Y LA CONCIENCIA
¿ES POSIBLE UNA FÍSICA
INMATERIAL DE
LA CONCIENCIA?
Para comenzar este apartado, y
siguiendo la dinámica de otras secciones anteriores, plantearemos una nueva
interrogante que bien podría ser un nuevo e irritante agravio y sin sentido
para el científico netamente positivo materialista, y aun para quien aspira a
emitir juicios de común razonables, no atreviéndose a emitir opinión sobre el
particular, tanto más cuanto se ha engañado y lo reconoce en inciertas conjeturas siempre que intentó
responder a la pregunta: ¿puede la conciencia (la mente, la psique…) influir y
decidir sobre el mundo de la materia?
Sería
injusto no advertir que también hay científicos que se siente concernidos por
estas interrogantes y sugerentes designios, que bien pudieren parecer en
principio preguntas de corte estrafalario para el ortodoxo de la ciencia de la materia,
pero que encierran una curiosidad que reclama la dignidad de la verdadera
estirpe científica de su interrogante. Hay de hecho, una corriente científica
que se ha venido a denominar psicoenergética (sita en la Universidad de
Stanford) que abre una alternativa bien diferente de interpretación del mundo, y
donde las interacciones entre materia y mente que se han estudiado de manera
persistente, han ofrecido resultados harto sorprendentes para cualquier
espíritu curioso. Pero, de ser verdadera esta interacción, ¿qué significado
podríamos obtener de tales resultados?
La
primera consecuencia lógica sería que el nódulo fundamental de la realidad del
mundo pasa por la conciencia. La segunda, es que bien puede ser que el mundo
físico material emerja de niveles más profundos que los que la propia materia
parece informarnos. Después de tantos naufragios de la razón positiva
materialista para explicar su propia naturaleza, cabe al menos imaginar otras
alternativas de respuesta a su origen y naturaleza.
encontrado, ni podrá encontrar nunca, algo fuera de la conciencia,[1] nos suena ahora no tanto como una exageración idealista, sino como un argumento muy digno de consideración.
Mas,
llegados a este punto, ¿qué significa todo esto?, acaso ¿que la materia tiene
conciencia en una suerte de pamsiquismo y que la conciencia procede de la
materia? O, por lo el contrario, ¿la materia es singularmente una vía empírica
de la conciencia? Del monismo materialista al monismo idealista, diríase, que
parece no haber más que un paso. En cualquier caso, la visión netamente
materialista se acantona en la más resistente creencia ¿irracionalista?
La
visión oriental y mística de que lo primero es la conciencia parece volver a la
palestra filosófica y a la teoría del conocimiento en nuestra actualidad. La
causalidad y linealidad de nuestra realidad convencional es puesta en duda, porque
¿la conciencia (como fenómeno universal) es el origen y fundamento de cualquier
cosa dentro del mismo universo? De dotas maneras, es claro que para entender la
auténtica dimensión de esta primordial realidad es preciso cuestionar la
creencia dualista sujeto y objeto, mente y materia.
A
través de estas fascinantes curiosidades, no será el axioma vulgar del sentido
común el único puesto en cuestión, lo será también, como ya habíamos señalado
anteriormente, el tiempo (y el espacio) como pilar(es) básico(s) de nuestra
comprensión y situación del mundo. Aquella realidad en la que no hay un antes
ni un después para la mente, en la que solo existe el ahora de Schrödinger, parece imponerse ante estas expectativas y reflexiones.
Seguiremos
la indagación sobre estas cuestiones y otras análogas en próximas entradas del
blog Ancile.
Francisco Acuyo
[1] Spira,
R.: The Nature of consciousness,
Naturaleza y conciencia, Ediciones la Llave, 2019, Pág. 125
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