Para la sección de Ciencia del blog Ancile, traemos un nuevo post que lleva por título: La homonimia como paradigma de la complejidad de los significados.
LA HOMONIMIA COMO PARADIGMA
DE LA COMPLEJIDAD DE LOS SIGNIFICADOS
Los casos de homofonía (palabras con
significados distintos e idéntica realización fonética: asta / hasta) y
homografía (palabras que se escriben igual pero que tiene significados distintos:
paso: sustantivo / paso, verbo) que sustentan la homonimia, se fundamentan
-dizque- en la economía del código, en atención a la diferente función
sintáctica, o bien por el contexto, por lo que las confusiones suelen ser raras
en la transmisión de mensajes. En cualquier caso, no se niega que es un defecto de
perspectiva que sólo se ha de producir aislando artificialmente una unidad
lingüística homónima.
Personalmente,
como investigador del fenómeno lingüístico y como aficionado a la astronomía,
siempre me cautivó un caso: la traslación de la constelación Osa mayor (en
acadio eriq(q)u: que significa igualmente carro u osa), y que los
griegos acabarían por elegir Osa, que en esta lengua no era el significado que
le correspondía, que muy bien puede considerarse error del traductor
helénico, y que sin embargo ha permanecido. Precioso y singular caso de homonimia.
Estas
avenencias y desavenencias de los significados, a parte de llevar a intricados
juegos de ingenio, lleva a plantear no pocas controversias que tratan de
dilucidar la Semántica, y que afectará inevitablemente al fenómeno de la
sinonimia. Es aceptado que no pueden existir sinónimos estrictamente idénticos,
por lo que la pureza de significados no es considerada posible. Todo lo
antecedido, son ejemplo entre otros fenómenos lingüísticos que aderezan muy a la
sazón del polemista estas problemáticas: veáse cuando una palabra puede
poseer a lo largo de la historia significados contrapuestos (antónimos), o
sentidos, de manera simultánea, activos y pasivos, formando curiosos binomios
léxicos: el género femenino de la palabra mano, y el masculino pie, o el masculino día, frente al femenino noche.
Sin
entrar en profundidades sobre este fenómeno, viene al punto para seguir con la
cuestión de los significados en determinados ámbitos de difícil solución. En el
dominio de lengua literaria, tenemos la poesía como ejemplo más
evidente en el manejo (¿extravagante?) de dicha lengua, donde la ambigüedad, e
incluso la ausencia de referentes, no es cosa particularmente extraña. En el ámbito de la
ciencia y de la filosofía de la ciencia se abre también una vertiente nada fácil
a la hora de desentrañar significados a la realidad física que tratan de
describir los propios científicos.
No
es difícil inferir que estamos ante dos propuestas de significado que se
enmarcan en disciplinas diferentes de aprehensión y entendimiento, a saber:
filosófica, la primera; psicológica o espiritual, la segunda.
Es
claro que es muy distinto hablar de algo que tiene significado que experimentar
ese algo que significa. El poeta, muchas veces poniendo patas arriba la norma,
entra a saco en la búsqueda de un significado profundo que habla de sí mismo y
de su relación con el mundo, yendo un paso más allá de la razón lingüística.
Al
teórico de la ciencia le sucede algo parecido que le sucede al poeta cuando
tiene que expresar significados sobre el mundo extravagante (para el sentido
común) del territorio cuántico. Nunca en el mundo de la ciencia ha sucedido que
el significado debe implicar una relación significativa entre el sujeto que experimenta
y la cosa que se está experimentando. Quizá por eso no es extraño el recurso al lenguaje metafórico
y analógico de la retórica poética.
Este
ámbito de búsqueda de significado que pone en relación el mundo de la ciencia y la matemática en sus aspectos dinámicos, orgánicos y no lineales, con el no
menos activo, emprendedor, vívido de la poesía, es realmente fascinante y,
aunque su complejidad inicial pueda suponer una barrera intelectiva, merece la
pena el intento de acceder a sus entresijos, pues no es, sino el de entrar en el
orbe más profundo que dinamiza y conecta a cada cual con el cosmos.
Más
adelante seguiremos discurriendo y discutiendo con otro post sobre temática de
tanto interés y atractivo intelectual y, ya veremos que, emocional, psicológico y espiritual también.
Francisco Acuyo
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