viernes, 24 de febrero de 2023

LA INFORMACIÓN O EL SIGNIFICADO: PARA UNA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

 A vueltas con los significados de los descubrimientos de la nueva física y sus potenciales aportaciones para una teoría del conocimiento, traemos una nueva entrada para la sección de Ciencia del blog Ancile, que lleva por título: La información o el significado: para una teoría del conocimiento.



LA INFORMACIÓN O EL SIGNIFICADO:

PARA UNA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO


La información o el significado: para una teoría del conocimiento. Francisco Acuyo


 

Si el informare (dar forma) es la acción de dar conocimiento, en tanto que da forma, ordena y organiza, debemos reconocer que la información, como tal, nos lleva a una autorreferencia inacabable que acabará por ser poco coherente, tanto para definir lo que sea el conocimiento, como lo que atañe a la propia información. El hecho es que la semántica en la que se mueve el concepto de información es bastante tenebrosa. Así, en la teoría de la informática y de la teoría matemática de la información, al margen de las interacciones descritas a través de los conceptos de software- hadware, y la expresión bits (como dígitos binarios) trata de hacerse inteligible con éxito en su ámbito; otras ciencias no describen un concepto tan claro de ella, teniendo, además, por evidente que lo no tiene esos bits es precisamente significado.

La información o el significado: para una teoría del conocimiento. Francisco Acuyo
                No en vano la propia matemática se refiere a la información en virtud de lo que ésta puede medir con exactitud o probabilidad emitiendo señales o símbolos mediante un canal de comunicación, sin que estos símbolos contengan ningún conocimiento o significado, por lo que todo parece indicar que no podemos caer en el equívoco de que ambos conceptos, información y significado, son iguales o siquiera sinónimos.

                Así las cosas, no debe parecernos cosa rara establecer interrogantes sobre cómo se imprime la forma y significado en el lenguaje, y cómo este hace referencia a fenómenos tan distintos como la materia y la energía y su naturaleza en dominios tan extraños como el que nos ofrece la física moderna (la relatividad, la teoría de la complejidad y el caos y, sobre todo, la física cuántica) y sus implicaciones en el ámbito del conocimiento y de los significados.

                La polisemia, como fenómeno lingüístico bien estudiado, puede, no obstante, servirnos para entrar en el complejo mundo de la significación, y si este puede ser llevado a los territorios de la ciencia o de la filosofía de la ciencia, para establecer unos instrumentos de entendimiento y comunicación mediante los que atacar lingüísticamente estos fenómenos extravagantes, tan difíciles de explicar más allá de la simbología cuantitativa matemática.

                Los factores psicológicos (establecidos para la economía del código) o evolutivos (para significar técnicamente de manera diferente en determinadas lenguas), no nos sirven de demasiado para establecer significados coherentes con lo que resolver expresivamente aquellos fenómenos tan complicados de comunicar y, en definitiva, de significar.

                Las acepciones de significado nos llevan a una ambivalencia que atañe al lingüista y al filósofo, en tanto que están centradas en el estricto significado de las palabras. Pero hemos de reconocer la otra vertiente que atañe al aspecto existencial de significado, que no podemos diluir, en tanto que afecta al aspecto fundamental del sentido vital y que debemos reconocer como de interés inevitable. Pero, ¿podremos hacer una distinción plenamente excluyente de una y otra acepción?

                Así, cuando inferimos de la fenomenología cuántica un mundo donde el tiempo y el espacio carecen de sentido porque son inexistentes, ¿cómo debemos significar dicho fenómeno, si este forma parte de nuestra realidad física? Los significados que pueden extraerse sobre esta cuestión no son fáciles de dilucidar, en tanto que la significación lingüística o simbólica que pudiésemos colegir, no será excluyente sobre el sentido que pueda tener esta realidad cuántica para el significado que pueda, así mismo, contener para la comprensión y entendimiento de un mundo que, al fin y al cabo, forma parte de nosotros y que, sin embargo, no comparte las convenciones, por ejemplo, del espacio y tiempo, mediante las que los seres humanos convergen y conforman ordenadamente para hacer coherente sus vidas.

                En estudios y reflexiones sobre la sobre la homonimia llevados a cabo por quien suscribe, le llevaron a conclusiones bastante peculiares, espero que no escandalosas, que se obtuvieron en virtud de las apreciaciones de significación lingüística y vital (evolucionista), de las que hablaremos en próximos post de este blog Ancile.

 

 

Francisco Acuyo



La información o el significado: para una teoría del conocimiento. Francisco Acuyo


 

 

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