Para la sección, Pensamiento, del blog Ancile traemos un fragmento de un conjunto de reflexiones de próxíma edición; lleva por título: El ángel de la nada.
EL ÁNGEL DE LA
NADA
INTROITO
Visión del cielo constelado
en una noche estival,
[…] el
pensamiento es el esclavo de la vida,
y la vida es el loco del tiempo, y el
tiempo,
que domina el mundo entero, debe
detenerse.
W. Shakespeare
La noche al infinito
constelada: el olvido, la oscuridad, la ausencia, el silencio, la soledad, la
nada. La quietud del espacio sideral el olvido sin tiempo ni distancia abre al
vacío inmarcesible donde la luz está presente al ser que se sustancia sin sustancia.
Sí.
Anoche tuve un sueño. Alguien en él creía ser. Su mismo ser en otro ser
intangible se conforma. Y vio la vacuidad del mal. Y vio la luz de la
conciencia, cuya sombra al mundo proyecta el sin sentido de la lógica y la
razón existencial. La entraña vio del vacío si reminiscencia de la nada. En el
cielo una figura delinea fantástica una luz. En ella, lejos de cualquier mirada,
supo del devenir de las estrellas que será
sólo constante la nada.
Son
vacuas las promesas, imposibles las razones: que nunca en este mundo tuvo
presencia verdadera nadie. Se vio, por fin, en este sueño, sin reconocerse vivo.
De las fértiles entrañas el vacío solidario
abre el germen de la nada. Al sopor de lo real la soledad el ángel en el cielo
nocturno dibujaba.
¿Es
esplendente en verdad el silencio que ilumina este panorama? ¿Quién con inútil
anhelo osó la calma profanar de la hermana muerte? ¿Quién en ningún cabo al
ansia audaz dejó reposo en su querer ser y perdurar? ¿Quién al condumio célico de la luz renuncia,
si oscuridad ofrece en derredor al ser para no ser en un instante eternidad?
¿Qué es el azar sino el sueño frugal de la materia? ¿Qué es,
sino tapar, cegar todas las lucernas y todas las troneras por donde el ojo
puede la ley del caos atisbar? Mas, no será realidad siniestra la existencia. No. A la obediencia
de esta órbita el ángel su retiro olvida y, al universo en paz, en armas ahora
desafía, que es justa casi siempre la causa de la nada. Su flamígera espada, si
es esclavo de la vida el pensamiento, arrasará con cólera. Suena en su escudo
la oquedad horrísona del vacío y su honda gravedad.
El ángel su caballo, arrebatado, espolea en veloz galope
por el sideral espacio, que parece con furia el tiempo devorar. Es hora que el
cielo bese la tierra. Que muera todo
orden y la noche sólo quede para los muertos sepultar. Se duerme tras la
victoria del sueño el ángel de la nada en soledad.
Francisco Acuyo
Precioso relato corto, no se explicar muy bien las sensaciones que me provoca, pero , veo, un poco de realida, un poco de fantasía y calidad en el texto.
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