martes, 14 de diciembre de 2021

EL SIGNO Y EL IMPULSO CREATIVO: EL SEGURO AZAR DE LA POESÍA

 Con el título: El signo y el impulso creativo: el seguro azar de la poesía, traemos un nuevo post para la sección de Ciencia del blog Ancile.


EL SIGNO Y EL IMPULSO CREATIVO: 

EL SEGURO AZAR DE LA POESÍA

 

El signo y el impulso creativo: el seguro azar de la poesía, Francsico Acuyo



Cuando Heidegger advertía de que el lenguaje poético (con todo su despliegue singular: lingüístico, semiótico,  retórico...) es una manera de encontrarse entre las cosas[1], exponía una vertiente conceptual y acaso fáctica de una realidad física descrita a través del signo lingüístico, matemático e incluso detectable a través del experimento científico, de donde caben también deducirse las implicaciones de la matriz de todo lenguaje cual es la conciencia.[2] El recurso a la simbología y al aparato retórico metafórico y poético nos ofrecen una muestra palmaria de que los sistemas que los conforman hacen y rehacen el mundo así como el recurso a las apreciaciones estéticas (también en las ciencias y particularmente en las matemáticas) son cognoscitivos, si en virtud de ellos manejamos los signos necesarios para obtener un conocimiento pertinente.

                Decía Paul Ricoeur que la metáfora (y todo el complejo desfile semiótico que puede conllevar) es al lenguaje poético lo que el modelo al lenguaje científico[3] (en relación a lo real que cada cual quiere representar), pero, cuando además, los modelos (científicos) pueden basarse, para su comprensión e idónea interpretación, en elementos semióticos emparentados con los fenómenos metafóricos, se muestra además una potencia epistemológica en la que la poeisis creativa nos dice que la realidad no es nada sin la concurrencia de dicho impulso creativo,[4]  apreciación que de nuevo nos retrotrae a las reflexiones tan traídas y llevadas en estas entradas sobre el significado de la conciencia en el ámbito material más básico: el mundo subatómico con sus leyes tan particulares.
El signo y el impulso creativo: el seguro azar de la poesía, Francsico Acuyo

                Aquellas leyes que extrañamente nos hablan de comportamientos azarosos de los objetos cuánticos exponían, recordamos, el valor fundamental de las probabilidades como vía de acercamiento a la realidad última de aquellos objetos. La verdad es que a tenor de aquellas observaciones, y atendiendo a la semiótica del lenguaje más anárquico o desviado de la norma de la lengua, y por tanto, de cualquier teoría de signos como es la poesía, siempre anduve con mucha cautela a la hora de emplear el término azar en su dinámica y construcción. Intuí una suerte de leyes del caos que de algún modo habían de intervenir a la hora de escoger estos o aquellos signos (lingüísticos) equilibrados por el código singular que estructura el discurso poético. No pude dejar de emparentar este con los movimientos e impulsos que ordenan y hacen creativa a la propia naturaleza (de todo ello diserté ampliamente en lo que afecta al aspecto métrico de la poesía)*.

                Es el caso que, lo mismo que surgió con posterioridad una visión de la nueva ciencia de lo infinitamente pequeño que cuestionaba el papel del azar porque todo objeto ocupa un lugar concreto en el espacio, y que las leyes que le rigen son las mismas para todos los objetos del espacio,[5] observé que el azar (seguro) no se  constataba en los procesos de construcción del signo lingüístico y poético, por lo que aquella óptica no distaba mucho en verdad del extraño funcionamiento de la semiosis, que se hacía compartible y competente  en prácticamente cualquier ámbito de interpretación del mundo.

                Aún consciente de que esta apreciación del mundo conlleva un bagaje poco ortodoxo de entendimiento de la realidad, cada vez me siento más reacio a la resolución de que la realidad está constituida bajo las leyes (físicas) que rigen en dos categorías aceptadas convencionalmente: sistemas físicos que no se observan y cumplen dichas leyes y la de los sistemas que sí se observan, y que vienen a ser una versión más de la tradicional separación de objeto y sujeto. Mas ¿hasta qué punto las aproximaciones (representaciones y signos matemáticos e incluso lingüísticos)  físicas (como, por ejemplo, la función  de onda), son meras abstracciones sin relación física con los objetos que quieren representar?

                De todo ello reflexionaremos en la próxima entrada del blog Ancile.

Francisco Acuyo




[1] Heidegger, M.: El ser y el tiempo, FCE, México 1980.

[2] Mucho hemos debatido esta cuestión en el ámbito de la mecánica cuántica y el papel fundamental del observador.

[3] Ricoeur, P: La metáfora viva, Trotta, Madrid, 2001, p.316

[4] Acuyo, F.: blog Ancile, Lenguaje terapéutico: Metáfora y poesía, https://franciscoacuyo.blogspot.com/2018/02/lenguaje-terapeutico-metafora-y-poesia.html

* Acuyo, F.: De la proporción en lo diverso, de la simetría y la asimetría endecasílabica. Tesis doctoral.

[5] Nos referimos a la visión que planteó en momento el físico David Bhom.




El signo y el impulso creativo: el seguro azar de la poesía, Francsico Acuyo


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