martes, 24 de mayo de 2022

¿LO INVISIBLE DE LA MATERIA, O LA MATERIA DE LO INVISIBLE?

 Finalizamos las entregas sobre las aproximaciones a la estructura de la realidad, incluidas en la sección de Ciencia del blog Ancile, esta vez con el título: ¿Lo invisible de la materia, o la materia de lo invisible?

¿LO INVISIBLE DE LA MATERIA, 

O LA MATERIA DE LO INVISIBLE?

 

Lo invisible de la materia, o la materia de lo invisible? Francisco Acuyo

El fascinante estudio de la teoría de campos nos lleva hasta la misma frontera de lo tangible, al límite mismo de la realidad material. De ella podemos inferir que el carácter corpuscular de la partícula se difumina, y en realidad, solo podemos saber de ella por los efectos que origina, y nos parece sugerir que no existe la consistencia de la realidad misma como tal, sino como interacciones continuas sin número y como objetos con consistencia determinada.

                El campo pone de relieve esas interconexiones entre las entidades básicas subatómicas en un caos continuo de movimiento y trasformación que, por sí solos, no pueden hablarnos del orden maravilloso e incomprensible de lo que en el mundo macroscópico existe y acontece, manifiesto todo en variedad sin cuento de formas extraordinarias y en un equilibrio asombroso. Esa realidad pasmosa que acaso pueda ser también apariencia se sostiene, a nuestro juicio, sobre otra realidad más profunda que algunos han llamado un vasto pensamiento y que para nosotros tiene más que ver con la conciencia[1].

                La simetría primordial básica de la que surge todo lo que conocemos responde a un orden subyacente del que, desde luego, no podemos hoy hablar con consistencia, pues necesita de un campo de aforo para conservar dicha simetría. Si las partículas que conforman esta sopa primordial simétrica de donde todo lo conocido nace, y habida cuenta que dichas partículas (gluones) obtienen realidad no por su consistencia objetiva si no como elementos nebulosos de la interacción de campos inmateriales, no nos queda otra alternativa que interrogar de nuevo: ¿Qué son, en última instancia, estos campos realmente? Podemos decir en principio que son el fundamento de toda realidad. ¿Podríamos aportar alguna noción más sobre ese pilar básico del universo?

Lo invisible de la materia, o la materia de lo invisible? Francisco Acuyo
                Tratando de responder de forma coherente a la última interrogante propuesta en el párrafo anterior, nos cabe decir, que dicha realidad última es información (recordamos, otro de los pilares básicos sobre los que se sostiene la concepción de la realidad nuestra de lo cotidiano y de lo científicamente observable y medible). Pues bien, esa matriz inmensa de información es una red de interconexiones que por el momento no comprendemos y que nos habla de aquel célebre orden implícito del gran físico David Bohm, que sostiene, según sus presupuestos, lo más hondo de la realidad. Dicho orden no tendría ningún sentido si no hubiese una conciencia que la hiciese interaccionar en todos esos complejísimos esquemas de información.

                La consecuencia inmediata de la aceptación de esta proposición será la de la era física semántica, que denominaba Jean Guitton, [2] mediante la que intentemos descifrar la ley física acercándonos al ámbito de los significados. No debería resultarnos extraña esta afirmación en tanto que el campo cuántico muy bien pudiere estar en el mismo continuo que el de la conciencia, de hecho, el observador en la mecánica cuántica es el elemento esencial en cualquier cálculo o aproximación, dejando claro que el objeto y el sujeto conforman un único sistema.

                Que las partículas no puedan ser entendidas como objetos independientes del observador y que aquellas depende la realidad de su consistencia más o menos vaga en virtud de la observación, quedando los no observados como probabilidades de partículas fantasma. Esto nos sugiere algo en verdad sorprendente: la toma de conciencia modifica la realidad y puede determinarla.

                Cuando en anteriores post decíamos de manera reiterada que en el fondo no sabes,  en puridad, lo que es la materia, lo hacíamos con la imagen de la interacción de la que venimos también hablando en este y otros post como constante para entender la realidad y la materia misma, ya que hablar de materia y de consciencia tal vez sea la misma cosa.[3] No en vano Heisenberg, ante el principio de complementariedad cuántico, entendía que era del todo imposible dar crédito a la visión dualista cartesiana de partícula material y onda porque ambos conforman una misma realidad.

                Nuestra participación en el mundo es una realidad incuestionable que aún no acabamos de entender correctamente, tal vez porque dicha realidad no es, en su profundidad, del todo cognoscible.

 

Francisco Acuyo

               



[1] Recuerden la acepción extraída de su misma etimología en anteriores post. El prefijo con: como unión, conjunto, todo y, ciencia como cualidad del que sabe, y que nos ha de poner en contacto con la realitas, como cualidad relativa a la cosa verdadera.

[2] Guitton, J.: op. cit. 89.

[3]  El físico Louis de Broglie así lo apreciaba a tenor de sus observaciones y reflexiones sobre el fenómeno cuántico.



Lo invisible de la materia, o la materia de lo invisible? Francisco Acuyo


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